PASIÓN POR ZAMORA
Guarido sí sabe lo que le falta a Zamora
Las peticiones, elaboradas por el Ayuntamiento de Zamora para los Fondos Europeos de Recuperación, lo esclarecen

Francisco Guarido, el alcalde de esta ciudad en óbito, sabe lo que quiere para sacarla del coma económico, social y cultural. Lo demostró ayer, en una rueda de prensa, cuando presentó las necesidades que pedirá el Ayuntamiento a cargo de los Fondos Europeos de Recuperación. El regidor conoce la urbe y quiere dinero de Europa para transformarla, pero me temo que, de los 40 millones de euros que componen el cuadro de infraestructuras y recursos sociales, apenas nos llegue alguna limosnita.
Guarido piensa en los zamoranos, que cada vez somos menos y más viejitos, que viven ahora en la ciudad y en otras generaciones con el objetivo que seamos felices en Zamora y que los que todavía no nacieron recojan un patrimonio cívico por el que renuncien a emigrar, que no hay más jóvenes que se vayan, para que se pueda trabajar, disfrutar y, en definitiva, vivir en esta ciudad.
Entre las infraestructuras, a mi juicio, más interesantes que presenta la Casa de las Panaderas a los Fondos de Recuperación, enfatizaría el Parque Tecnológico ADIF-Renfe, del que he escrito en numerosos artículos. Casi ocho millones de euros para ese objeto de deseo industrial de Zamora. Recuero que el actual diputado nacional del PSOE por esta provincia, siendo primer teniente de alcalde, mantuvo conversaciones en Madrid con los responsables de esos dos organismos estatales. Desde entonces el tiempo devoró, si no me equivoco, unos tres años. Y no ha sucedido absolutamente nada, como tampoco con Monte la Reina. Supongo que Fagúndez, que fue votado por miles de zamoranos, ha seguido insistiendo a los responsables de Adif con este asunto, porque es de enorme importancia para el futuro industrial y tecnológico de nuestra ciudad, que también es la suya. Guarido, que tiene memoria de elefante africano no olvida. Pero temo que nuestro alcalde, caso único en la actual Izquierda Unida española, no debe caer muy bien a sus dirigentes nacionales, ni tampoco al diputado nacional del PSOE de esta provincia.
Y me pone mucho lo de la rehabilitación integral de las viviendas sociales de titularidad municipal en la avenida de Galicia, valorada en casi seis millones de euros. Ya de paso, si se consiguiera este proyecto, algo habría que hacer con las últimas casas, frente a las antes citadas, del populoso barrio, porque se han quedado obsoletas estéticamente y, me supongo, también para vivir con cierta holgura.
Y me gusta también la propuesta de Red de ciclocarriles de los municipios del alfoz, una forma de vínculo entre la ciudad y los pueblos cercanos; la remodelación de todo el entorno de la avenida de Cardenal Cisneros, un bulevar que quebró Zamora, una vía que nunca debió construirse en ese espacio y que obedeció a intereses políticos de Luis Ortiz, ministro del MOPU, el que decidió construir el puente sobre el Duero, el de los Tres Árboles, y económicos, de los constructores más poderosos de Zamora en aquel tiempo. Era alcalde de Zamora Andrés Luis Calvo (PSOE). Esa avenida sigue siendo una herida en la epidermis de esta ciudad.
Y, por supuesto, porque es una novedad, y porque tiene aroma a futuro, me place la construcción del nuevo edificio municipal bioclimático y el cambio de la red de alumbrado.
Corolario: Guarido sabe lo que quiere para modernizar, transformar y proyectar Zamora; pero me temo que aquí no llegará más que calderilla de esos 40 millones de coste total de infraestructuras y recursos sociales que se solicitan a los Fondos Europeos de Recuperación. No obstante, el que no llora no mama, que dice el soez refrán.
Francisco Guarido, el alcalde de esta ciudad en óbito, sabe lo que quiere para sacarla del coma económico, social y cultural. Lo demostró ayer, en una rueda de prensa, cuando presentó las necesidades que pedirá el Ayuntamiento a cargo de los Fondos Europeos de Recuperación. El regidor conoce la urbe y quiere dinero de Europa para transformarla, pero me temo que, de los 40 millones de euros que componen el cuadro de infraestructuras y recursos sociales, apenas nos llegue alguna limosnita.
Guarido piensa en los zamoranos, que cada vez somos menos y más viejitos, que viven ahora en la ciudad y en otras generaciones con el objetivo que seamos felices en Zamora y que los que todavía no nacieron recojan un patrimonio cívico por el que renuncien a emigrar, que no hay más jóvenes que se vayan, para que se pueda trabajar, disfrutar y, en definitiva, vivir en esta ciudad.
Entre las infraestructuras, a mi juicio, más interesantes que presenta la Casa de las Panaderas a los Fondos de Recuperación, enfatizaría el Parque Tecnológico ADIF-Renfe, del que he escrito en numerosos artículos. Casi ocho millones de euros para ese objeto de deseo industrial de Zamora. Recuero que el actual diputado nacional del PSOE por esta provincia, siendo primer teniente de alcalde, mantuvo conversaciones en Madrid con los responsables de esos dos organismos estatales. Desde entonces el tiempo devoró, si no me equivoco, unos tres años. Y no ha sucedido absolutamente nada, como tampoco con Monte la Reina. Supongo que Fagúndez, que fue votado por miles de zamoranos, ha seguido insistiendo a los responsables de Adif con este asunto, porque es de enorme importancia para el futuro industrial y tecnológico de nuestra ciudad, que también es la suya. Guarido, que tiene memoria de elefante africano no olvida. Pero temo que nuestro alcalde, caso único en la actual Izquierda Unida española, no debe caer muy bien a sus dirigentes nacionales, ni tampoco al diputado nacional del PSOE de esta provincia.
Y me pone mucho lo de la rehabilitación integral de las viviendas sociales de titularidad municipal en la avenida de Galicia, valorada en casi seis millones de euros. Ya de paso, si se consiguiera este proyecto, algo habría que hacer con las últimas casas, frente a las antes citadas, del populoso barrio, porque se han quedado obsoletas estéticamente y, me supongo, también para vivir con cierta holgura.
Y me gusta también la propuesta de Red de ciclocarriles de los municipios del alfoz, una forma de vínculo entre la ciudad y los pueblos cercanos; la remodelación de todo el entorno de la avenida de Cardenal Cisneros, un bulevar que quebró Zamora, una vía que nunca debió construirse en ese espacio y que obedeció a intereses políticos de Luis Ortiz, ministro del MOPU, el que decidió construir el puente sobre el Duero, el de los Tres Árboles, y económicos, de los constructores más poderosos de Zamora en aquel tiempo. Era alcalde de Zamora Andrés Luis Calvo (PSOE). Esa avenida sigue siendo una herida en la epidermis de esta ciudad.
Y, por supuesto, porque es una novedad, y porque tiene aroma a futuro, me place la construcción del nuevo edificio municipal bioclimático y el cambio de la red de alumbrado.
Corolario: Guarido sabe lo que quiere para modernizar, transformar y proyectar Zamora; pero me temo que aquí no llegará más que calderilla de esos 40 millones de coste total de infraestructuras y recursos sociales que se solicitan a los Fondos Europeos de Recuperación. No obstante, el que no llora no mama, que dice el soez refrán.
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