Eugenio de Ávila
Lunes, 21 de Junio de 2021
ME QUEDA LA PALABRA

Zamora, entre la adolescencia y la madurez política y empresarial

[Img #54355]En nuestra tierra se produce un raro fenómeno, un hecho inexplicable que escapa a la razón,  como es la convivencia de una adolescencia mental con una vejez física. Adolescencia mental en la política, adolescencia en los medios de comunicación, adolescencia en el mundo de la empresa. Siempre hay excepciones que confirman la regla. Y hay una ancianidad física, como lo demuestran los datos demográficos.

Aquí se piensa como los adolescentes, que la vida es sentarse en un queso y comer de otro, como comentaba, con sorna, un profesor del viejo Corazón de María. La gente quiere que se lo den todo hecho, pero sin exigir nada a los jefes, a los jerarcas de la política, a los partidos ladrones de votos y magos de las promesas. Quizá se deba a esa apatía antropológica o a una cobardía ancestral.

Con personas mayores en edad, pero pusilánimes; con políticos adolescentes, que llevan, desde la tierna infancia, viviendo del partido, del cobismo, como sucede con los socialistas y populares  zamoranos que ocupan mando en plaza, sillón de preboste en Senado, Congreso y Cortes de Castilla y León, percibiendo sueldos superiores a los que les depararía su capacidad profesional, Zamora se nos muere.

Vamos del rosa al amarillo, de la adolescencia a la vejez, con aportaciones de madurez política en Francisco J. Requejo, por citar a un político joven; con la única izquierda real que representa Guarido, pero una izquierda no revolucionaria, no marxista, sino pragmática, de ama de casa humilde, sencilla, sin grandes aspiraciones a cambiar de la vivienda del barrio a una lujosa en el centro de la ciudad, más Zamora10 y sus ideas, casi siempre abortadas por una quinta columna arcaica, y Viriatos, con esa mujer excepcional que es Ana Morillo; las plataformas contra las fotovoltaicas, y organizaciones luchadores, que se fajan con el poder como la que lideran Pedrero y Cantuche, dúo dinámico de la salud en esta provincia que social y económicamente clama por la extremaunción.

La Zamora, postrada y olvidada, solo saldrá de su coma económico y demográfico si adquirimos madurez, si el pueblo maduro educa en progreso, en desarrollo, en bizarría a los adolescentes políticos y empresariales, los que vienen representando en Valladolid y Madrid a nuestra gente, con los resultados, ya conocidos, que padecemos, de miseria y decadencia por doquier.

Sostengo que hay una Zamora política, madura y fuerte, hecha y valiente, que ya ha dado un paso al frente, que quiere combatir, que anhela romper vínculos con el statu quo, con esa tradición  pusilánime  de que aquí no hay nada qué hacer, que estamos bien tal cual, que da igual que los jóvenes, la gente preparada, tomen el camino del pueblo hebreo.

Requejo, ahora criticadísimo por los políticos profesionales del PSOE, casos de Fagúndez y Sánchez, que entraron en el PSOE después de la Primera Comunión, ha demostrado su madurez con su decida apuesta por la Biorrefinería Multifuncional de Barcial del Barco, el proyecto industrial privado de la historia de esta provincia, al que los politicastros del PP de la Junta, algunos zamoranos y empresarios locales torpedearon desde hace más de una década. Y el presidente de la Diputación, que no está en la res pública para ganarse un sueldo, un salario superior a la media, como suele suceder en esta provincia con gente mediocre, sigue pensando en nuevas proyectos para transformar nuestra tierra.

Porque no nos equivoquemos. Este empresario, que sabe lo que es pagar nóminas todos los meses, se mueve de acuerdo a otros conceptos políticos, a otra forma de entender el servicio público. Requejo ni es, por suerte, Martínez-Maíllo, ni Mayte Martín Pozo, ni, cambiando de acera ideológica, si es que la hubiera o hubiese, Ana Sánchez ni Antidio Fagúndez.  Requejo no llegó a la política para vivir por encima de sus posibilidades, sino para abandonar la labor en su empresa. Y, cuando sea menester, regresará a su trabajo, sin temor a no volver a salir en la foto, como amenazaba Guerra a los socialistas que se movieran, que no comulgasen con las ruedas de molino de la jerarquía, de la nomenklatura del PSOE.

Como personas maduras son Vicente Merino Febrero y su señor padre; Francisco Prieto Toranza, gerente de Zamora10; Cipriano García, que es algo más que el director general de Caja Rural, nada más ni menos que un zamorano al que le hierve en la sangre la decadencia de su tierra; Ana Morillo, portavoz y alma máter de Viriatos, y toda la buena gente que pelea en las plataformas provinciales a la búsqueda del progreso de nuestra tierra, en combate frente a los malandrines, políticos y empresariales, que la quieren borrar del mapa de España.

Eugenio-Jesús de Ávila

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