Zamora: un erial de tiempo, un desierto de progreso

El agua es la sangre de la tierra. Zamora tiene muchos glóbulos rojos. Iberdrola juega con la sangre de esta tierra. Se la ha “chupado” en un mes. Descubrió los huesos de los campos, de los agrestes montes, los dejó a la intemperie, para que los agrietara el sol. La Zamora que anego, abierta en canal a su historia. Políticos y empresas, partidos nacionales y dirigentes de multinacionales nos han arrancado la piel a jirones, nos han quitada a la gente, al paisanaje, ahora el paisanaje. Así se evapora el agua de lluvia, el agua de los cielos. Nosotros que solo somos agua que piensa, que ama, que llora, que sufre. Al desierto demográfico de nuestra geografía, se suma ahora el erial del tiempo para enterrarnos en la memoria. Ya no nos quedan ni lágrimas.