PRIMERA DIVISIÓN RFEF
Partidazo para empezar la Liga: Zamora-Bilbao Ath.
Mañana, domingo, a las 19.30 horas, el cuadro rojiblanco, muy endeble esta pretemporada, recibe al filial del Athletic Club, un equipo joven, con mucha calidad y difícil de doblegar
El Zamora CF inaugura este fin de semana nueva categoría, en una temporada cargada de alicientes y de incognitas. Acontecerá mañana, domingo, 29 de agosto, a las 19:30 horas, en el Ruta de la Plata, frente a un rival complicado, el filial del Athletic Club de Bilbao, que cuenta con una joven, pero excelente plantilla, con jugadores que entrenaron y jugaron en pretemporada con el primer equipo, cual es el caso de Beñat Prados, el pivote de los vascos, que, a no tardar, acabará jugando en Primera División.
Junto al futbolista navarro, especial atención a Diarrá, una máquina en el centro del campo, que corre, disputa y, además, sabe jugar el balón. En la defensa, manda un veterano, Sillero, un hombre muy fuerte, pero no demasiado alto, que empezó su carrera como lateral diestro, pero que ahora dirige las acciones de la zaga.
Destacaría, además, al extremo zurdo Cabo, alto, poderoso, con buen regate, profundo; y en la punta Ewan Urain, vasco, hijo de escocesa, sub-21 por la nación británica. Y Artola, que pudo haber jugado en el Amorebieta, pero que, finalmente, sigue un año más en el filial, aunque el técnico lo emplee en la banda diestra, y no en la media punta como hacìa Echevarría.
Equipo que juega al ataque y al que cuesta mucho doblegar. Por supuesto, lo que comento, ya lo conoce, mejor que un servidor, Movilla, vizcaíno.
Lo que ignoro es qué Zamora veremos ante el filial bilbaino. Porque no sé a qué juega todavía la escuadra rojiblanca, endeble en defensa, sin un timón en la medular, que quiere ser Luque, y, por tanto, tampoco con presencia ofensiva. La pretemporada ha dejado una mala imagen del equipo, quizá porque ha habido que sincronizar a jugadores que no se conocían y que, además, aprendieran lo que exige Movilla.
No sucedió así la temporada anterior, cuando el técnico vasco apostó por casi el once que ascendió a Segunda B. Quizá las cinco sesiones de entrenamientos, desde el últimopartido en Burgos sirvieran para asimilar conceptos y transformarse en un equipo competitivo.
Y un aviso para los más de 2.000 socios rojiblancos: todavía no podrán ocupar el asiento asignado en el abono, debido a las consignas de Sanidad. El que llegue primero elegirá.
El Zamora CF inaugura este fin de semana nueva categoría, en una temporada cargada de alicientes y de incognitas. Acontecerá mañana, domingo, 29 de agosto, a las 19:30 horas, en el Ruta de la Plata, frente a un rival complicado, el filial del Athletic Club de Bilbao, que cuenta con una joven, pero excelente plantilla, con jugadores que entrenaron y jugaron en pretemporada con el primer equipo, cual es el caso de Beñat Prados, el pivote de los vascos, que, a no tardar, acabará jugando en Primera División.
Junto al futbolista navarro, especial atención a Diarrá, una máquina en el centro del campo, que corre, disputa y, además, sabe jugar el balón. En la defensa, manda un veterano, Sillero, un hombre muy fuerte, pero no demasiado alto, que empezó su carrera como lateral diestro, pero que ahora dirige las acciones de la zaga.
Destacaría, además, al extremo zurdo Cabo, alto, poderoso, con buen regate, profundo; y en la punta Ewan Urain, vasco, hijo de escocesa, sub-21 por la nación británica. Y Artola, que pudo haber jugado en el Amorebieta, pero que, finalmente, sigue un año más en el filial, aunque el técnico lo emplee en la banda diestra, y no en la media punta como hacìa Echevarría.
Equipo que juega al ataque y al que cuesta mucho doblegar. Por supuesto, lo que comento, ya lo conoce, mejor que un servidor, Movilla, vizcaíno.
Lo que ignoro es qué Zamora veremos ante el filial bilbaino. Porque no sé a qué juega todavía la escuadra rojiblanca, endeble en defensa, sin un timón en la medular, que quiere ser Luque, y, por tanto, tampoco con presencia ofensiva. La pretemporada ha dejado una mala imagen del equipo, quizá porque ha habido que sincronizar a jugadores que no se conocían y que, además, aprendieran lo que exige Movilla.
No sucedió así la temporada anterior, cuando el técnico vasco apostó por casi el once que ascendió a Segunda B. Quizá las cinco sesiones de entrenamientos, desde el últimopartido en Burgos sirvieran para asimilar conceptos y transformarse en un equipo competitivo.
Y un aviso para los más de 2.000 socios rojiblancos: todavía no podrán ocupar el asiento asignado en el abono, debido a las consignas de Sanidad. El que llegue primero elegirá.
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