DENUNCIAS
Mesas nuevas donde no había, mientras las colocadas hace años esperan su reparación
Algunas, tras décadas instaladas, se encuentran totalmente inservibles
Sin existencia oficial es la Concejalía que mejor funciona del Ayuntamiento, la de propaganda. Cada dos por tres, salta en las redes sociales, la penúltima buena obra de los administradores locales. Una de tantas ha sido la colocación, de nada menos que mesas en distintos puntos de la ciudad. Sin cuestionar las ubicaciones, por ser muchas, las habrá mejor y peor situadas, ahí están para disfrute de todo aquel que lo desee, que alguien no las considera necesarias, bien fácil, con no usarlas asunto resuelto.
Sobra añadir que es de esperar que quienes las utilicen, lo hagan apropiadamente, lo que no quita para que llegado el momento necesiten una reparación, que puede consistir en la colocación de un tornillo, antes de que se suelte la madera, la sustitución de alguna de las tablas por estar deteriorada, y como siempre tratándose de este material, conviene aplicar un protector que prolongue sus días.
Las otras, las que ya llevan colocadas sus años, no han tenido tanta suerte. El paso del tiempo principalmente, junto con alguna que otra gamberrada, han dejado huella. Así, tanto en Valorio como en los Tres Arboles, podemos encontrar mesas, pero no todas están “útiles”. A unas les falta un banco, a otras los dos, con lo cual difícilmente puede alguien sentarse. Y, las que tienen poyos no en todos los casos permite posar cierta parte sobre ellos, puesto que aunque es sabido, que no es el sofá de casa, tampoco que se encuentre el usuario obligado a poner un periódico sobre la tabla, antes de sentarse, aunque en la práctica es la utilidad que puede tener algún medio escrito.
El motivo es el estado de la madera que aun preparada para soportar las inclemencias del tiempo, tiene una vida, conviniendo pasado cierto tiempo renovar lo que se encuentre en mal estado, sustituyéndolo si fuera necesario, así como proteger con un tratamiento adecuado para evitar que se astille y pueda tener consecuencias.
Pero no solo los bancos, los que hay o los inexistentes, son los que plantean problemas, la propia mesa también. Las tablas que la conforman han sido quemadas, escritas, mutiladas, agujereadas, maltratas y usadas también convenientemente con el consiguiente desgaste. Así, que está muy bien que se coloquen mesas nuevas, pero también, que se reparen y se tengan en buen estado las que ya había antes.
Manuel Herrero Alonso
Sin existencia oficial es la Concejalía que mejor funciona del Ayuntamiento, la de propaganda. Cada dos por tres, salta en las redes sociales, la penúltima buena obra de los administradores locales. Una de tantas ha sido la colocación, de nada menos que mesas en distintos puntos de la ciudad. Sin cuestionar las ubicaciones, por ser muchas, las habrá mejor y peor situadas, ahí están para disfrute de todo aquel que lo desee, que alguien no las considera necesarias, bien fácil, con no usarlas asunto resuelto.
Sobra añadir que es de esperar que quienes las utilicen, lo hagan apropiadamente, lo que no quita para que llegado el momento necesiten una reparación, que puede consistir en la colocación de un tornillo, antes de que se suelte la madera, la sustitución de alguna de las tablas por estar deteriorada, y como siempre tratándose de este material, conviene aplicar un protector que prolongue sus días.
Las otras, las que ya llevan colocadas sus años, no han tenido tanta suerte. El paso del tiempo principalmente, junto con alguna que otra gamberrada, han dejado huella. Así, tanto en Valorio como en los Tres Arboles, podemos encontrar mesas, pero no todas están “útiles”. A unas les falta un banco, a otras los dos, con lo cual difícilmente puede alguien sentarse. Y, las que tienen poyos no en todos los casos permite posar cierta parte sobre ellos, puesto que aunque es sabido, que no es el sofá de casa, tampoco que se encuentre el usuario obligado a poner un periódico sobre la tabla, antes de sentarse, aunque en la práctica es la utilidad que puede tener algún medio escrito.
El motivo es el estado de la madera que aun preparada para soportar las inclemencias del tiempo, tiene una vida, conviniendo pasado cierto tiempo renovar lo que se encuentre en mal estado, sustituyéndolo si fuera necesario, así como proteger con un tratamiento adecuado para evitar que se astille y pueda tener consecuencias.
Pero no solo los bancos, los que hay o los inexistentes, son los que plantean problemas, la propia mesa también. Las tablas que la conforman han sido quemadas, escritas, mutiladas, agujereadas, maltratas y usadas también convenientemente con el consiguiente desgaste. Así, que está muy bien que se coloquen mesas nuevas, pero también, que se reparen y se tengan en buen estado las que ya había antes.
Manuel Herrero Alonso






















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