AUTONOMÍAS
Vox: Análisis de la actual situación de Castilla y León
Evaluar la eficacia en la gestión de los diferentes gobiernos autonómicos de España es un ejercicio altamente recomendable que debe hacerse comparando, para un periodo determinado, los resultados de las políticas aplicadas por cada uno de ellos. Este análisis comparativo en el tiempo es fundamental para identificar aquellas políticas aplicadas que han dado mejores resultados y para entender las razones por las que se está agrandando la brecha económica existente entre las diferentes partes de España.
Es innegable la influencia de los Presupuestos Generales del Estado a la hora de entender las razones por las que unas partes de España se han visto especialmente favorecidas. Y es incuestionable que el proceso continuado de cesiones por parte del Partido Popular (PP) y Partido Socialista Obrero Español (PSOE), cuando se encuentran en el gobierno de España, a los partidos independentistas, ha provocado que en España haya ciudadanos de primera y de segunda. Es en este este segundo grupo en el que nos han situado PP y PSOE, una posición que los diferentes gobiernos del PP que ha tenido la Junta de Castilla y León han asumido dócilmente.
Es necesario realizar este análisis comparativo entre comunidades y en el tiempo si queremos identificar las mejores prácticas y poder entender las razones que han llevado, en los últimos años, a un importante cambio en el peso económico de cada una de las regiones en el Producto Interior Bruto (PIB) total de España.
Un análisis que muestra la creciente pérdida de importancia de Castilla y León en la economía nacional. Una pérdida de importancia que se refleja en el peso cada vez menor del PIB de Castilla y León en el PIB total de España, que ha pasado de suponer un 5,5% en el año 2000 a un 4,8% en el año 2019. Un PIB autonómico que en los últimos 20 años ha crecido significativamente menos que la media nacional. Son datos, al igual que lo es el dato que los castellanos y leoneses tengamos un PIB per cápita un 9,55% inferior a la media nacional.
Frente a estas realidades, nos encontramos ante un gobierno autonómico de la Junta de Castilla y León instalado en la autocomplacencia, con la obsesión de controlar todos los resortes de la sociedad civil y que muestra una alarmante falta de iniciativa, tan necesaria en una economía abierta, dinámica y competitiva.
Tener iniciativa significa actuar proactivamente, tener claros los objetivos, adaptarse a las nuevas realidades, mostrar confianza, ordenar las ideas, perder el miedo.
Nada de ello vemos ni el actual gobierno autonómico de la Junta ni en los gobiernos autonómicos de los últimos años. Gobiernos más interesados en mantenerse en el poder que en potenciar la iniciativa privada. Gobiernos más interesados en dominar todos los resortes de la sociedad civil que en fomentar la iniciativa privada. Gobiernos más interesados en actuar como agencias de colocación de afiliados y simpatizantes que en ejercer de eficientes gestores de lo público en interés de todos los castellanos y leoneses.
Gestionar lo público de forma eficiente es el mejor ejemplo que pueden dar nuestros gobernantes y la mejor forma de transmitir credibilidad en lo público a los ciudadanos. Cuando esto se olvida, se pierde la confianza en los políticos gobernantes y la iniciativa privada busca otros lugares donde invertir.
Esta circunstancia la hemos observado en Castilla y León y lo prueba el hecho que, entre principios del año 2016 y el año 2020, el saldo en el número de empresas en nuestra región ha descendido en 1.165, mientras que en el conjunto de España el número de empresas se mantiene. Un descenso en el número de empresas que retroalimenta el principal problema por el que atraviesa nuestra tierra, que es la pérdida de población.
Es una evidencia que Castilla y León ha perdido población, peso económico y tejido empresarial. Frente a ello tan solo escuchamos propaganda y palabras grandilocuentes por parte del gobierno de la Junta de Castilla y León, todo ello para intentar tapar una alarmante falta de ideas y de iniciativa.
Los castellanos y leoneses necesitamos un gobierno con un proyecto claro de futuro, que tenga credibilidad, que dé ejemplo en su funcionamiento, que reduzca burocracia, que elimine gasto político, que asigne eficientemente los recursos, que suprima duplicidades, que aumente la transparencia. Un proyecto que permita revertir la triste realidad de una continua pérdida de población y de peso político y económico de nuestra región en el conjunto de España.
El tiempo apremia. Los ciudadanos queremos hablar cuanto antes. Todo el tiempo que transcurra es tiempo que los castellanos y leoneses estamos perdiendo y que más nos costará recuperar.
Es la hora de un cambio de rumbo en Castilla y León. Es la hora del trabajo eficaz y de la ilusión.
Pablo Sáez Alonso-Muñumer
Diputado Nacional de Vox por Valladolid
Evaluar la eficacia en la gestión de los diferentes gobiernos autonómicos de España es un ejercicio altamente recomendable que debe hacerse comparando, para un periodo determinado, los resultados de las políticas aplicadas por cada uno de ellos. Este análisis comparativo en el tiempo es fundamental para identificar aquellas políticas aplicadas que han dado mejores resultados y para entender las razones por las que se está agrandando la brecha económica existente entre las diferentes partes de España.
Es innegable la influencia de los Presupuestos Generales del Estado a la hora de entender las razones por las que unas partes de España se han visto especialmente favorecidas. Y es incuestionable que el proceso continuado de cesiones por parte del Partido Popular (PP) y Partido Socialista Obrero Español (PSOE), cuando se encuentran en el gobierno de España, a los partidos independentistas, ha provocado que en España haya ciudadanos de primera y de segunda. Es en este este segundo grupo en el que nos han situado PP y PSOE, una posición que los diferentes gobiernos del PP que ha tenido la Junta de Castilla y León han asumido dócilmente.
Es necesario realizar este análisis comparativo entre comunidades y en el tiempo si queremos identificar las mejores prácticas y poder entender las razones que han llevado, en los últimos años, a un importante cambio en el peso económico de cada una de las regiones en el Producto Interior Bruto (PIB) total de España.
Un análisis que muestra la creciente pérdida de importancia de Castilla y León en la economía nacional. Una pérdida de importancia que se refleja en el peso cada vez menor del PIB de Castilla y León en el PIB total de España, que ha pasado de suponer un 5,5% en el año 2000 a un 4,8% en el año 2019. Un PIB autonómico que en los últimos 20 años ha crecido significativamente menos que la media nacional. Son datos, al igual que lo es el dato que los castellanos y leoneses tengamos un PIB per cápita un 9,55% inferior a la media nacional.
Frente a estas realidades, nos encontramos ante un gobierno autonómico de la Junta de Castilla y León instalado en la autocomplacencia, con la obsesión de controlar todos los resortes de la sociedad civil y que muestra una alarmante falta de iniciativa, tan necesaria en una economía abierta, dinámica y competitiva.
Tener iniciativa significa actuar proactivamente, tener claros los objetivos, adaptarse a las nuevas realidades, mostrar confianza, ordenar las ideas, perder el miedo.
Nada de ello vemos ni el actual gobierno autonómico de la Junta ni en los gobiernos autonómicos de los últimos años. Gobiernos más interesados en mantenerse en el poder que en potenciar la iniciativa privada. Gobiernos más interesados en dominar todos los resortes de la sociedad civil que en fomentar la iniciativa privada. Gobiernos más interesados en actuar como agencias de colocación de afiliados y simpatizantes que en ejercer de eficientes gestores de lo público en interés de todos los castellanos y leoneses.
Gestionar lo público de forma eficiente es el mejor ejemplo que pueden dar nuestros gobernantes y la mejor forma de transmitir credibilidad en lo público a los ciudadanos. Cuando esto se olvida, se pierde la confianza en los políticos gobernantes y la iniciativa privada busca otros lugares donde invertir.
Esta circunstancia la hemos observado en Castilla y León y lo prueba el hecho que, entre principios del año 2016 y el año 2020, el saldo en el número de empresas en nuestra región ha descendido en 1.165, mientras que en el conjunto de España el número de empresas se mantiene. Un descenso en el número de empresas que retroalimenta el principal problema por el que atraviesa nuestra tierra, que es la pérdida de población.
Es una evidencia que Castilla y León ha perdido población, peso económico y tejido empresarial. Frente a ello tan solo escuchamos propaganda y palabras grandilocuentes por parte del gobierno de la Junta de Castilla y León, todo ello para intentar tapar una alarmante falta de ideas y de iniciativa.
Los castellanos y leoneses necesitamos un gobierno con un proyecto claro de futuro, que tenga credibilidad, que dé ejemplo en su funcionamiento, que reduzca burocracia, que elimine gasto político, que asigne eficientemente los recursos, que suprima duplicidades, que aumente la transparencia. Un proyecto que permita revertir la triste realidad de una continua pérdida de población y de peso político y económico de nuestra región en el conjunto de España.
El tiempo apremia. Los ciudadanos queremos hablar cuanto antes. Todo el tiempo que transcurra es tiempo que los castellanos y leoneses estamos perdiendo y que más nos costará recuperar.
Es la hora de un cambio de rumbo en Castilla y León. Es la hora del trabajo eficaz y de la ilusión.
Pablo Sáez Alonso-Muñumer
Diputado Nacional de Vox por Valladolid
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