Miércoles, 24 de Septiembre de 2025

Eugenio de Ávila
Martes, 05 de Octubre de 2021
PASIÓN POR ZAMORA

Los enemigos de Zamora

[Img #57492]Zamora posee dos enemigos esenciales que la obviaron del progreso,  del desarrollo, de la modernidad. Ambos se mantienen. Sus raíces son profundas, forman parte del tiempo: los zamoranos y los políticos. Aquellos, porque hemos sido, somos e, intuyo, seremos pusilánimes, gregarios, serviles, pelotas del poder y da igual quién lo ostente: franquistas, populares, socialistas. Los partidos y las instituciones públicas siempre contaron –pretérito, presente y futuro- con la complicidad de una prensa aduladora y sumisa. Antes sirvió al PP, ahora le hará la coba a Francisco José Requejo y -¡cómo se puede apreciar ya¡- a Izquierda Unida. Hay que ordeñar la vaca que da leche. Si bien es cierto, que alguno amenaza con no informar si no se le pone publicidad. Increíble. Cierto.

 

El zamorano ha estado tan acostumbrado a perder que ganar le ofende. Abrazó el franquismo, festejó la democracia, alabó a Felipe González y sus colegas zamoranos; después a Aznar y sus cuates; a ZP y sus locuras, a Rajoy y sus pamplinas, y ahora a Pedro Sánchez, pero -¡qué curioso!- castigó a sus representantes políticos. Raro, raro, raro. Nuestra gente se conforma con recibir unas cuantas migajas que caen de la mesa política. No pide más. No pelea por lo que le pertenece. Prefiere dar por perdida la batalla antes que salir a disputar el triunfo o encajar la derrota. El conformismo cobarde preside la vida de nuestra ciudad y provincia. Incluso, me temo, que se vota por inercia, porque toca, porque es un deber, más que un derecho.

 

Sucede que hay excepciones que confirman que el zamorano es un pesimista antropológico. Verbigracia: Zamora10 y Viriatos. Enorme mérito, pues, que haya zamoranos que se organicen para combatir al enemigo externo y al doméstico, máxime cuando se trata de empresarios, con un patrimonio considerable, que construyeron imperios merced a su talento, riesgo y genialidad, y sin depender de favores políticos, y profesionales liberales, verdaderos librepensadores. Y, en el  caso de la plataforma que lidera Ana Morillo afirmo que me impacta su capacidad de trabajo, su paciencia, su perseverancia, su preparación intelectual para conocer los resortes del poder.

 

Empresarios de prestigio y profesionales liberales ofrecieron una lección de amor a su tierra, porque la decadencia de Zamora tampoco afectaría a sus negocios. Dieron la cara porque, como a mí, les duele esta ciudad y su provincia, les afecta que tantos zamoranos jóvenes tengan que buscarse la vida en provincias y comunidades alejadas de su patria chica, sienten que el campo se convierta en un desierto demográfico, que el pulso económico se ralentice hasta pararse el corazón. Y su apuesta, casi lírica, resultó ganadora, aunque los poderes públicos, políticos e instituciones, intentaran detener ese avance hacia el futuro.

 

Esta gente que administra la res pública, carente de ideas, solo despierta para perpetuarse en parlamentos, Diputación y ayuntamientos, envidia a cualquiera que se muestra inconformista, beligerante, combativo con el actual estado de las cosas; le fastidia el talento ajeno, la personalidad de los empresarios libres, no atados por favores políticos; de la prensa que solo atiende a la verdad y a la crítica al poder. Francisco Prieto, gerente de Zamora10, podría escribir un libro sobre la guerra vergonzante que debió mantener con ciertas personalidades políticas, que escandalizarían a cualquier persona seria. Ahora bien, sin la fuerza de Caja Rural, esta Asociación para el Desarrollo de Zamora ya sería un recuerdo, memoria –en este caso sí, histórica.

 

He escrito también sobre Viriatos. Asistí a su gestación. Se me invitó a reuniones. Consideré de suma dificultad su aventura política, en su acepción más esencial, porque carecía de tutela de partidos, de empresarios. En su génesis, muchos comerciantes, como la propia Ana Morillo, su portavoz, mujer de verbo fácil, excelente imagen y compromiso inquebrantable. Ningún partido, aunque se haya intentado, pudo silenciar a Viriatos, que hizo honor a su nombre. Ahora, combate la despoblación. Ana Morillo y alguno de sus compañeros asisten a reuniones, debates, conferencias lejos de Zamora. Lo paga de su bolsillo. Deja su tiempo por un futuro que quizá nunca pase de presente y sea devorado por el pasado. Toca a los partidos políticos. Le da igual si son de la diestra o de la siniestra. Conoce el percal. Sabe cómo se han desviado ayudas europeas a las provincias más ricas en detrimento, verbigracia, de la nuestra. Laboriosa, inteligente, preparada, Morillo podría haber sido una política extraordinaria, sin apegos al cargo, representante de los ciudadanos, responsable ante el pueblo. No ha querido. Quizá no haya formación tan honesta para recibir a personas tan honradas y dignas.

 

Frente a la cobardía de la generalidad, Zamora10 y Viriatos ejemplarizan con trabajo, ideas y talento, dónde se encuentra el futuro y lo que hay que hacer para asirlo.

 

 

Eugenio-Jesús de Ávila

 

 

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