ENTREVISTA
El presidente de los Cubicularios no convoca elecciones ni cita a los hermanos críticos
Francisco Gustavo Cuesta de Reyna, decano de la cofradía, Título del Reino, conde de Oricaín, así lo denuncia, después de que su presidente, García Faría, guarde silencio
A través de las redes sociales, se intuye que la Cofradía de los Caballeros Cubicularios vive un conflicto interno de extraordinaria gravedad. Se acusa al actual presidente, Javier García Faria, ya jubilado y residente en Salamanca, de haber establecido un régimen dictatorial, como lo evidencia que hayan pasado décadas sin elecciones al cargo que ocupa; de no citar a los hermanos que critican su gestión y de que se estén dando de baja personas que formaron parte de esta hermandad.
Uno de los críticos de la Presidencia, que ya expuso, en asamblea, no hace mucho tiempo, su malestar con García Faria, es el Título del Reino, conde de Oricaín, Francisco Gustavo Cuesta de Reyna, al que acudí para que nos diera su versión de lo que sucede en la cofradía que vela por los restos de San Ildefonso y San Atilano, que, por cierto, los zamoranos contemplan como clasista y distante de la realidad de nuestra ciudad.
“Preferiría que mis críticas no salieran a la luz pública y que todos los problemas se hubieran resuelto en el seno de la cofradía. Pero parece que no es posible. El prior, que es el capellán de los Cubicularios, conoce este feo asunto desde hace ucho. Él me ha comentado que no le corresponde convocar y que se lo ha dicho, en numerosas ocasiones, al presidente. A mí no me citan nunca. De hecho, recibí una carta, muy impertinente, en respuesta a mis requerimientos. La firmaba el canciller, amigo del mayordomo, que así se denomina el presidente, que tampoco vive en nuestra ciudad”. Primer avance que realiza Cuesta de Reyna sobre los problemas de la cofradía.
Entró en materia para abordar los asuntos importantes, los problemas que harán tambalear el actual statuo quo de la hermandad: “Hay gente que se ha dado de baja, incluso algunos directivos, y hermanos que no son de Zamora, que también lo han hecho y no han vuelto por nuestra ciudad. La soberbia y el carácter dictatorial del mayordomo-presidente provocan este estado de las cosas. La constitución que tenemos actualmente data del año 1967, cuando se reorganizó la cofradía. A día de hoy, los estatutos, todavía vigentes, no se están cumpliendo por parte de García Faria. Es más, a los que exigimos que se cumplan, lo que es normal en cualquier asociación civil y eclesiástica, pero aquí la democracia brilla por su ausencia, ni se nos cita. Este señor ha secuestrado la cofradía, se ha apoderado de ella. Nunca ha convocado elecciones y debe de ostentar el cargo desde hace 20 años. El incumplimiento de los estatutos es reiterado hasta en las normas más mínimas. A mí, que soy el más antiguo, y parece que le molesta que diga que soy el decano, que no es ningún cargo, no se me cita. Me he dado cuenta que a otro hermano, residente en Madrid, Javier Palmero tampoco se le cita... Parece ser que a todos los que hemos reclamado el cumplimiento de las normas y elecciones no se nos da cuenta de nada”.
Francisco Gustavo fue, desde la fundación de la Hermandad del Espíritu Santo, paladín de la democracia interna en todas las cofradías de la Semana Santa y, cómo no podría ser menos, también de la de los Cubicularios: “La democracia y la libertad debe ser una lucha constante y diaria, porque, de nada vale, si en tu trabajo, empresa y asociación se ejerce la dictadura. La democracia exige valentía y dar la cara. No nos podemos colocar de perfil”.
La Iglesia también conoce las circunstancias que vive la cofradía. “El 11 de enero registré una carta, dirigida al obispo de Zamora, contando todas las anomalías existentes, ejecutadas por García Faria y la indefensión en la que yo me encontraba”. De hecho, ayer mismo acudí a una citación de Monseñor Valera.
Este decano de los Cubicularios sigue exigiendo, como pidió en su día, cara a cara, transparencia, elecciones, citaciones a todos los hermanos: “No pido nada anormal. Hay otro hecho gravísimo. Asistí a una junta en la que realicé mis críticas a la forma de llevar la cofradía, pero el borrador tergiversó todo. Toda la transcripción fue falsa. Y lo denuncié en otro escrito, que repartí entre los miembros de la corporación. De esto tiene conocimiento el pastor de la diócesis y el prior de la cofradía. El prior, uno de los máximos responsables, no estuvo convocado a tal junta y no tuvo conocimiento de la misiva que me remitió. No se me contesta en nada y me pareció impertinente en sus términos. Pusieron en mi boca palabras que no dije. Nada de lo que expresé figura reflejado en el acta. Es más, se introducen cosas que no comenté en esa reunión. De hecho, muchos hermanos han abandonado el barco y no quieren saber nada. Me resultaría más fácil el marcharme y silenciarlo todo. Pero mi forma de ser, el cariño a la cofradía, el que no se celebren actos con la solemnidad requerida, como se ejercieron en su día, que tuvieron gran repercusión en la ciudad, porque no deja de ser la cofradía que custodia los restos de los patronos de Zamora, me obligan a contar lo deriva de los Cubicularios”.
Un hermano paga 120 € anuales: “No sé los hermanos que formamos parte de la cofradía. Ignoro dónde está el archivo, quien lo lleve, etc. Yo estoy al corriente de pago. Tampoco hay un libro de actas en las reuniones, solo hojas sueltas. Seguro que la Cofradía tiene dinero, no da pérdidas. Me gustaría hacer una auditoría para ver el estado económico de la misma. Pero es complicadísimo. No existe contestación a nada y, si te la dan, resultan impertinentes. Es como aquello de usted pregúnteme lo que quiera, que yo le responderé lo que me da la real gana. No sé cómo acabará esto. Si se denuncia por vía canónica, tardaría muchísimo. Tengo toda la documentación. Quizá acuda al Arzobispado de Valladolid y hasta el Vaticano. Quién debería resolverla sería el obispo de Zamora, que es a quién corresponde”.
Recuerda Francisco Gustavo que formó parte de una directiva anterior a la de García Faria, que fue “destituido sin comunicación, pero eso es lo de menos. A nivel personal, defiendo mi nombre, mi dignidad y lo que represento. Recuerdo que aquella etapa se recuperó un códice pergamino del siglo XVI, que recibí con el anterior canciller, persona muy documentada sobre la cofradía, un norteamericano, alto directivo de un banco internacional, que llegó a nuestra ciudad, no era católico, y nos entregó este documento. Lo que se trata es de conservar y mantener lo que tenemos en Zamora y no crear un mal ambiente. Las cofradías deben respetar el estatuto marco. Hay muchos hermanos fuera de Zamora, ni este señor ni el canciller viven aquí. Los actos que marcaban los estatutos no se han vuelto a hacer. Solo hay una celebración anual en las que él invita a autoridades políticas y militares. No sé el criterio, bastante subjetivo, que se sigue para admitir nuevos hermanos”.
A través de las redes sociales, se intuye que la Cofradía de los Caballeros Cubicularios vive un conflicto interno de extraordinaria gravedad. Se acusa al actual presidente, Javier García Faria, ya jubilado y residente en Salamanca, de haber establecido un régimen dictatorial, como lo evidencia que hayan pasado décadas sin elecciones al cargo que ocupa; de no citar a los hermanos que critican su gestión y de que se estén dando de baja personas que formaron parte de esta hermandad.
Uno de los críticos de la Presidencia, que ya expuso, en asamblea, no hace mucho tiempo, su malestar con García Faria, es el Título del Reino, conde de Oricaín, Francisco Gustavo Cuesta de Reyna, al que acudí para que nos diera su versión de lo que sucede en la cofradía que vela por los restos de San Ildefonso y San Atilano, que, por cierto, los zamoranos contemplan como clasista y distante de la realidad de nuestra ciudad.
“Preferiría que mis críticas no salieran a la luz pública y que todos los problemas se hubieran resuelto en el seno de la cofradía. Pero parece que no es posible. El prior, que es el capellán de los Cubicularios, conoce este feo asunto desde hace ucho. Él me ha comentado que no le corresponde convocar y que se lo ha dicho, en numerosas ocasiones, al presidente. A mí no me citan nunca. De hecho, recibí una carta, muy impertinente, en respuesta a mis requerimientos. La firmaba el canciller, amigo del mayordomo, que así se denomina el presidente, que tampoco vive en nuestra ciudad”. Primer avance que realiza Cuesta de Reyna sobre los problemas de la cofradía.
Entró en materia para abordar los asuntos importantes, los problemas que harán tambalear el actual statuo quo de la hermandad: “Hay gente que se ha dado de baja, incluso algunos directivos, y hermanos que no son de Zamora, que también lo han hecho y no han vuelto por nuestra ciudad. La soberbia y el carácter dictatorial del mayordomo-presidente provocan este estado de las cosas. La constitución que tenemos actualmente data del año 1967, cuando se reorganizó la cofradía. A día de hoy, los estatutos, todavía vigentes, no se están cumpliendo por parte de García Faria. Es más, a los que exigimos que se cumplan, lo que es normal en cualquier asociación civil y eclesiástica, pero aquí la democracia brilla por su ausencia, ni se nos cita. Este señor ha secuestrado la cofradía, se ha apoderado de ella. Nunca ha convocado elecciones y debe de ostentar el cargo desde hace 20 años. El incumplimiento de los estatutos es reiterado hasta en las normas más mínimas. A mí, que soy el más antiguo, y parece que le molesta que diga que soy el decano, que no es ningún cargo, no se me cita. Me he dado cuenta que a otro hermano, residente en Madrid, Javier Palmero tampoco se le cita... Parece ser que a todos los que hemos reclamado el cumplimiento de las normas y elecciones no se nos da cuenta de nada”.
Francisco Gustavo fue, desde la fundación de la Hermandad del Espíritu Santo, paladín de la democracia interna en todas las cofradías de la Semana Santa y, cómo no podría ser menos, también de la de los Cubicularios: “La democracia y la libertad debe ser una lucha constante y diaria, porque, de nada vale, si en tu trabajo, empresa y asociación se ejerce la dictadura. La democracia exige valentía y dar la cara. No nos podemos colocar de perfil”.
La Iglesia también conoce las circunstancias que vive la cofradía. “El 11 de enero registré una carta, dirigida al obispo de Zamora, contando todas las anomalías existentes, ejecutadas por García Faria y la indefensión en la que yo me encontraba”. De hecho, ayer mismo acudí a una citación de Monseñor Valera.
Este decano de los Cubicularios sigue exigiendo, como pidió en su día, cara a cara, transparencia, elecciones, citaciones a todos los hermanos: “No pido nada anormal. Hay otro hecho gravísimo. Asistí a una junta en la que realicé mis críticas a la forma de llevar la cofradía, pero el borrador tergiversó todo. Toda la transcripción fue falsa. Y lo denuncié en otro escrito, que repartí entre los miembros de la corporación. De esto tiene conocimiento el pastor de la diócesis y el prior de la cofradía. El prior, uno de los máximos responsables, no estuvo convocado a tal junta y no tuvo conocimiento de la misiva que me remitió. No se me contesta en nada y me pareció impertinente en sus términos. Pusieron en mi boca palabras que no dije. Nada de lo que expresé figura reflejado en el acta. Es más, se introducen cosas que no comenté en esa reunión. De hecho, muchos hermanos han abandonado el barco y no quieren saber nada. Me resultaría más fácil el marcharme y silenciarlo todo. Pero mi forma de ser, el cariño a la cofradía, el que no se celebren actos con la solemnidad requerida, como se ejercieron en su día, que tuvieron gran repercusión en la ciudad, porque no deja de ser la cofradía que custodia los restos de los patronos de Zamora, me obligan a contar lo deriva de los Cubicularios”.
Un hermano paga 120 € anuales: “No sé los hermanos que formamos parte de la cofradía. Ignoro dónde está el archivo, quien lo lleve, etc. Yo estoy al corriente de pago. Tampoco hay un libro de actas en las reuniones, solo hojas sueltas. Seguro que la Cofradía tiene dinero, no da pérdidas. Me gustaría hacer una auditoría para ver el estado económico de la misma. Pero es complicadísimo. No existe contestación a nada y, si te la dan, resultan impertinentes. Es como aquello de usted pregúnteme lo que quiera, que yo le responderé lo que me da la real gana. No sé cómo acabará esto. Si se denuncia por vía canónica, tardaría muchísimo. Tengo toda la documentación. Quizá acuda al Arzobispado de Valladolid y hasta el Vaticano. Quién debería resolverla sería el obispo de Zamora, que es a quién corresponde”.
Recuerda Francisco Gustavo que formó parte de una directiva anterior a la de García Faria, que fue “destituido sin comunicación, pero eso es lo de menos. A nivel personal, defiendo mi nombre, mi dignidad y lo que represento. Recuerdo que aquella etapa se recuperó un códice pergamino del siglo XVI, que recibí con el anterior canciller, persona muy documentada sobre la cofradía, un norteamericano, alto directivo de un banco internacional, que llegó a nuestra ciudad, no era católico, y nos entregó este documento. Lo que se trata es de conservar y mantener lo que tenemos en Zamora y no crear un mal ambiente. Las cofradías deben respetar el estatuto marco. Hay muchos hermanos fuera de Zamora, ni este señor ni el canciller viven aquí. Los actos que marcaban los estatutos no se han vuelto a hacer. Solo hay una celebración anual en las que él invita a autoridades políticas y militares. No sé el criterio, bastante subjetivo, que se sigue para admitir nuevos hermanos”.


















Uno austado | Viernes, 19 de Noviembre de 2021 a las 20:06:31 horas
J... Esta noche no duermo
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