PASIÓN POR ZAMORA
Las máquinas se van de Barcial del Barco
Las máquinas se van ¿para siempre? de los terrenos que la Diputación adquirió a Ecobarcial hace unos cuantos meses. Vicente Merino Febrero no ha podido formalizar su sueño. Al parecer, miembros de la Junta de Castilla y León, como sucedió antaño, cuando Villanueva hacía y deshacía en toda la comunidad, se oponen a que se construya en nuestra tierra una biorrefinería multifuncional. Empresas que deseaban invertir en este proyecto transcendental desistieron de su idea, forzadas, presuntamente, por altos cargos del ejecutivo autonómico. De tal manera, la mayor inversión privada que Zamora recibiría en toda su historia se esfuma. Quedará como un recuerdo. El mal, por enésima vez, derrota al bien.
Todos los partidos que ocupan sillón en las Cortes de Castilla y León, excepción de Podemos, guardan silencio, tras la noticia, escandalosa, que nuestro periódico ofreció a todos los zamoranos que quieran enterarse qué sucede en nuestra tierra para que agoniza, para que espera ya la extremaunción. Tampoco otros medios se dan por enterados. Les importa poco el futuro de Zamora, simplemente, porque no nacieron aquí, pacen, más bien, por estos pagos.
La tristeza del otoño se nos llevó las últimas hojas secas del progreso de la olvidada Zamora, tierra que está, pero no es; que existe, pero que está muerta, en la que vive gente, sin darse cuenta que solo dura; personas sin la gallardía de Viriato, sin la bizarría de Bellido Dolfos. Aquí, a no tardar, ya no nos quedarán ni lágrimas.
Hasta las máquinas abandonan Zamora, metáfora del vacío sentimental que sufre esta desdichada provincia, tan hermosa, como pusilánime; tan lírica, como ágrafa. Solo me queda la palabra. A los zamoranos, ni eso. Hablarán en silencio, como los muertos en los cementerios.
Eugenio-Jesús de Ávila
Las máquinas se van ¿para siempre? de los terrenos que la Diputación adquirió a Ecobarcial hace unos cuantos meses. Vicente Merino Febrero no ha podido formalizar su sueño. Al parecer, miembros de la Junta de Castilla y León, como sucedió antaño, cuando Villanueva hacía y deshacía en toda la comunidad, se oponen a que se construya en nuestra tierra una biorrefinería multifuncional. Empresas que deseaban invertir en este proyecto transcendental desistieron de su idea, forzadas, presuntamente, por altos cargos del ejecutivo autonómico. De tal manera, la mayor inversión privada que Zamora recibiría en toda su historia se esfuma. Quedará como un recuerdo. El mal, por enésima vez, derrota al bien.
Todos los partidos que ocupan sillón en las Cortes de Castilla y León, excepción de Podemos, guardan silencio, tras la noticia, escandalosa, que nuestro periódico ofreció a todos los zamoranos que quieran enterarse qué sucede en nuestra tierra para que agoniza, para que espera ya la extremaunción. Tampoco otros medios se dan por enterados. Les importa poco el futuro de Zamora, simplemente, porque no nacieron aquí, pacen, más bien, por estos pagos.
La tristeza del otoño se nos llevó las últimas hojas secas del progreso de la olvidada Zamora, tierra que está, pero no es; que existe, pero que está muerta, en la que vive gente, sin darse cuenta que solo dura; personas sin la gallardía de Viriato, sin la bizarría de Bellido Dolfos. Aquí, a no tardar, ya no nos quedarán ni lágrimas.
Hasta las máquinas abandonan Zamora, metáfora del vacío sentimental que sufre esta desdichada provincia, tan hermosa, como pusilánime; tan lírica, como ágrafa. Solo me queda la palabra. A los zamoranos, ni eso. Hablarán en silencio, como los muertos en los cementerios.
Eugenio-Jesús de Ávila




















Xuanba | Lunes, 22 de Noviembre de 2021 a las 17:33:16 horas
Seguramente también se irá la de León.
Y dónde aparecerán ?
Valladolid o Burgos
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