LIBERTAD
O limpiamos esta democracia de mediocres y jetas o sufriremos las consecuencias
Felonías, corrupción, deslealtad, mentiras…todo cabe en la política nacional y regional cuando la democracia española, el periodo más largo de libertad que conoció nuestra tormentosa historia, se gobierna por la generación más mediocre que conociera la res pública nacional en estos más de cuarenta años. A la izquierda y a la derecha, por arriba y por abajo, solo destaca la vulgaridad, la patochada, la chabacanería, la ordinariez, una falta de clase que causa dolor. Si el pueblo se hubiese cultivado, no sería engañado por tirios y troyanos, montescos y capuletos. Pero ya se han encargado los partidos políticos de inyectar por las venas de la televisión la peor de las drogas, un batido de apatía, desinterés e ignorancia.
La ruptura matrimonial de Fernández Mañueco con lo poco que le va quedando a Ciudadanos, no me ha sorprendido. Gente que conoce de qué va parte del personal de la formación naranja, me contaba, casi como cotilleo, que procuradores de Cs buscaban acomodo en otros partidos, toda vez que asumieron que formación fenecía, que no llegaría a las elecciones de 2023. Porque tengo para mí que toda persona sin talento, sin una profesión, sin casi futuro, cuando conoce la política y sus placeres, se agarra como el percebe a la roca. Tipos y tipas capaces de vender el alma, como el personaje de Goethe, por permanecer, forever, en un cargo público.
Y sí a un servidor le llegaron esos comentarios sobre potenciales ventas de mujeres y hombres de Ciudadanos, imagínese el lector lo que Mañueco conocía de esta peña anaranjada, que dilapidó el extraordinario capital político de Ciudadanos desde su irrupción en la política catalana, comunidad en quiebra ética y política, donde hablar en español se persigue, donde rotular en castellano se sanciona, donde se considera a andaluces, castellanos, murcianos, manchegos y extremeños como raza inferior, charnegos, españoles. Jordi Pujol, el arquitecto del secesionismo catalán, ya lo expresó en su día. Felipe pudo mandarlo a la cárcel por el caso de la Banca Catalana. No quiso. Ahora todos pagamos aquel perdón al miserable político catalán, el ser más corrupto que anduvo en la política nacional y europea en toda su historia.
Fernández Mañueco temía la moción de censura. Supongo que en Zamora, durante su visita de la semana pasada, comentaría algo sobre el particular a sus más allegado del PP zamorano. O quizá no tiene confianza real con ninguno de ellos. No se olvide que Mañueco nunca fue casadista, sino rajoyista, como Maíllo y Barrios. Pero el presidente sintió que era el momento idóneo cortar por lo sano con ese extraño y molesto compañero de gobierno que ha sido Ciudadanos.
Convencido estoy que el PP no ganará las elecciones del 13 de febrero del próximo año por mayoría absoluta y que Vox obtendrá incluso más votos que Ciudadanos en el 2019. Además formaciones como UPL, si la Junta sigue despreciando a provincias como la nuestra, recogerán más favores del pueblo, y, por qué no, podría aparecer algún partido provincial con gente que fue de Ciudadanos.
No obstante, apostaría por una abstención extraordinaria ese 13 de febrero. Quizá, si Mañueco hubiera programado el día 14, San Valentín, muchos enamorados lo habrían celebrado acudiendo a las urnas, que no deja de ser un forma de hacer el amor con ese tipo de libertad parva, mocha, roma que padecemos, no obstante, siempre mejor que las dictaduras totalitarias, comunistas, nacionalsocialistas y fascistas.
Debemos limpiar nuestra democracia de mediocres, incapaces, gente burda y sin clase ni elegancia. Si seguimos en este estado somnoliento, abotargados, sin pulso, sentados ante el televisor que exhibe las memeces de heteras y chulo putas, nos mereceremos estos partidos y estos políticos que nos gobiernan.
Eugenio-Jesús de Ávila
Felonías, corrupción, deslealtad, mentiras…todo cabe en la política nacional y regional cuando la democracia española, el periodo más largo de libertad que conoció nuestra tormentosa historia, se gobierna por la generación más mediocre que conociera la res pública nacional en estos más de cuarenta años. A la izquierda y a la derecha, por arriba y por abajo, solo destaca la vulgaridad, la patochada, la chabacanería, la ordinariez, una falta de clase que causa dolor. Si el pueblo se hubiese cultivado, no sería engañado por tirios y troyanos, montescos y capuletos. Pero ya se han encargado los partidos políticos de inyectar por las venas de la televisión la peor de las drogas, un batido de apatía, desinterés e ignorancia.
La ruptura matrimonial de Fernández Mañueco con lo poco que le va quedando a Ciudadanos, no me ha sorprendido. Gente que conoce de qué va parte del personal de la formación naranja, me contaba, casi como cotilleo, que procuradores de Cs buscaban acomodo en otros partidos, toda vez que asumieron que formación fenecía, que no llegaría a las elecciones de 2023. Porque tengo para mí que toda persona sin talento, sin una profesión, sin casi futuro, cuando conoce la política y sus placeres, se agarra como el percebe a la roca. Tipos y tipas capaces de vender el alma, como el personaje de Goethe, por permanecer, forever, en un cargo público.
Y sí a un servidor le llegaron esos comentarios sobre potenciales ventas de mujeres y hombres de Ciudadanos, imagínese el lector lo que Mañueco conocía de esta peña anaranjada, que dilapidó el extraordinario capital político de Ciudadanos desde su irrupción en la política catalana, comunidad en quiebra ética y política, donde hablar en español se persigue, donde rotular en castellano se sanciona, donde se considera a andaluces, castellanos, murcianos, manchegos y extremeños como raza inferior, charnegos, españoles. Jordi Pujol, el arquitecto del secesionismo catalán, ya lo expresó en su día. Felipe pudo mandarlo a la cárcel por el caso de la Banca Catalana. No quiso. Ahora todos pagamos aquel perdón al miserable político catalán, el ser más corrupto que anduvo en la política nacional y europea en toda su historia.
Fernández Mañueco temía la moción de censura. Supongo que en Zamora, durante su visita de la semana pasada, comentaría algo sobre el particular a sus más allegado del PP zamorano. O quizá no tiene confianza real con ninguno de ellos. No se olvide que Mañueco nunca fue casadista, sino rajoyista, como Maíllo y Barrios. Pero el presidente sintió que era el momento idóneo cortar por lo sano con ese extraño y molesto compañero de gobierno que ha sido Ciudadanos.
Convencido estoy que el PP no ganará las elecciones del 13 de febrero del próximo año por mayoría absoluta y que Vox obtendrá incluso más votos que Ciudadanos en el 2019. Además formaciones como UPL, si la Junta sigue despreciando a provincias como la nuestra, recogerán más favores del pueblo, y, por qué no, podría aparecer algún partido provincial con gente que fue de Ciudadanos.
No obstante, apostaría por una abstención extraordinaria ese 13 de febrero. Quizá, si Mañueco hubiera programado el día 14, San Valentín, muchos enamorados lo habrían celebrado acudiendo a las urnas, que no deja de ser un forma de hacer el amor con ese tipo de libertad parva, mocha, roma que padecemos, no obstante, siempre mejor que las dictaduras totalitarias, comunistas, nacionalsocialistas y fascistas.
Debemos limpiar nuestra democracia de mediocres, incapaces, gente burda y sin clase ni elegancia. Si seguimos en este estado somnoliento, abotargados, sin pulso, sentados ante el televisor que exhibe las memeces de heteras y chulo putas, nos mereceremos estos partidos y estos políticos que nos gobiernan.
Eugenio-Jesús de Ávila
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