Viejo, de nombre y de estado, camino de Villaralbo

Fue viejo, como tantas cosas desde el mismo momento, en que hubo otro nuevo. Dejó de ser la principal vía de comunicación con el municipio del alfoz, pero no por ello quedo sin uso, por varias razones. No tiene rotondas en su trayecto, el tráfico es bastante reducido y permite una conducción tranquila, sin estrés alguno. Su carácter de vía pecuaria, y su pertenencia administrativa, al menos reconocida como otras tantas cosas, a la junta autonómica, la ha convertido en una carretera completamente abandonada. Décadas sin atender su mantenimiento, menos plantarse una mejora.

El trazado  sinuoso, siempre mejorable, no es lo peor de la vía. Para empezar, sus reducidas dimensiones la hacen especialmente peligrosa  para la conducción, tanto en el momento que se cruza otro vehículo en  sentido contrario, mal coche, peor si tiene mayores dimensiones, caso en que la complicación es mayor. Encontrar a ciclistas, incluso peatones en la carretera, es también de lo más normal, porque supone un paseo agradable, de muy pocos kilómetros a falta de otros, el peligro está ahí.

El firme, abandonado desde hace años, hace notar esa ausencia de mantenimiento, tanto en los bordes de la capa bituminosa, que se encuentran en un proceso de desmoronamiento progresivo, reduciéndola aún más la mínima anchura de que dispone; cosa que también ocurre cuando la vegetación, especialmente en época veraniega, que llega al mismo límite del alquitrán, se come literalmente la carreta de asfalto. De asfalto, pero de los ochenta, como fácilmente se puede apreciar, y más se sufre  conduciendo, porque además del agrietamiento en casi su totalidad, hay ciertos baches insalvables, porque, aun queriendo evitar uno, siempre hay otro al lado imposible de eludir.

Los días de lluvia y posteriores el problema es aun mayor, porque atiende a la lógica, que en los baches e formen charcos, que sean lagunas es algo de mayores dimensiones. Cosa que pasa en la parte baja de ambos puentes, sobre los que atraviesan sus carreteras. Donde proveniente de las tierras cercanas y sin una canalización adecuada grandes acumulaciones de agua,  que obligan a los coches a pasar obligatoriamente, sobre balsas, evitarlo resulta imposible.

Manuel Herrero Alonso