NOCTURNOS
Cuando el amor solo es sexo
En el principio era el verbo y el verbo era con Dios y el verbo estaba con Dios y el verbo era Dios. Bien. Eso he leído. Yo soy muy del tiempo subjuntivo. Prefiero la palabra al silencio. Si bien, de cuando en cuando, me callo para no herir oídos castos.
Si me dieran a elegir entre el verbo, el amor y el sexo, me quedaría con el amor, porque me muestra cómo se conjugan los verbos. Hay hombres que se quedan con el sexo. Desdeñan cualquier otra posibilidad de relación con una mujer que no sea la consecución del placer.
Conozco varones que desprecian el verbo amar, porque intuyen que si lo conjugan mal, si cometen algún error, sufrirán. Cuando se ha amado mucho, un final cruel te vacuna para no volver a enfermar de amor.
Si te desprecia la dama a la que regalaste el ombligo de tu alma, nunca mirarás a Eva como a una diosa a la que adorar más allá del altar del sexo, ni tus caricias tejerán sosiego sobre una epidermis femenina mientras que la ternura solo será una palabra que permanecerá archivada en el diccionario de tu vida.
El sexo, cuando sustituye al amor, debe considerarse como la venganza de los hombres y mujeres que perdieron en la batalla del amor.
Eugenio-Jesús de Ávila
En el principio era el verbo y el verbo era con Dios y el verbo estaba con Dios y el verbo era Dios. Bien. Eso he leído. Yo soy muy del tiempo subjuntivo. Prefiero la palabra al silencio. Si bien, de cuando en cuando, me callo para no herir oídos castos.
Si me dieran a elegir entre el verbo, el amor y el sexo, me quedaría con el amor, porque me muestra cómo se conjugan los verbos. Hay hombres que se quedan con el sexo. Desdeñan cualquier otra posibilidad de relación con una mujer que no sea la consecución del placer.
Conozco varones que desprecian el verbo amar, porque intuyen que si lo conjugan mal, si cometen algún error, sufrirán. Cuando se ha amado mucho, un final cruel te vacuna para no volver a enfermar de amor.
Si te desprecia la dama a la que regalaste el ombligo de tu alma, nunca mirarás a Eva como a una diosa a la que adorar más allá del altar del sexo, ni tus caricias tejerán sosiego sobre una epidermis femenina mientras que la ternura solo será una palabra que permanecerá archivada en el diccionario de tu vida.
El sexo, cuando sustituye al amor, debe considerarse como la venganza de los hombres y mujeres que perdieron en la batalla del amor.
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