Sábado, 22 de Noviembre de 2025

Eugenio de Ávila
Miércoles, 23 de Febrero de 2022
CUITAS

Zamora10 se desmorona: aquí nació Caín

[Img #62655]Si Caja Rural de Zamora, su alma máter, no lo remedia, el organismo Zamora10 se cerrará, como tantos y tantos negocios en nuestra ciudad y provincia. Cuesta abajo en la rodada. Al parecer, según cuentan las lenguas de doble filo, CEOE-Cepyme y Cámara de Comercio e Industria lo dejan. Traduzco: los organismos empresariales zamoranos, oficiales, abandonan a una organización conformada por empresarios y personas con profesiones liberales. Paradójico. ¿Por qué? Me lo imagino, pero no tengo pruebas.

 

 Desde su origen, los presidentes de estos dos organismos, Esbec, Patronal, y Vidal antaño Oliveira hogaño,  Cámara, mostraron ciertas reticencias con esa creación, ex novo, de Cipriano García, cerebro de la única entidad financiera zamorana,  Caja Rural de Zamora, muy preocupado por la deriva económica y social de nuestra provincia.

 

Además de los mencionados Esbec y Vidal, entonces Zamora10 contaba con otro enemigo, una política que no sabe disimular quién le cae de puta madre y a quién odia, Maite Martín Pozo, presidenta de la Diputación. La actual senadora pensaba que Zamora10 iba a jugar a política y podría arrebatarle votos a la derecha, al PP. Vox entonces no contaba en la escena política local. No existía.

 

Escribí, en numerosas ocasiones, que había una quinta columna en Zamora10. Nadie me lo negó. Hubo medios de comunicación que entonces jugaron a dos cartas, porque recibían pasta por ambos mandos. Ahora me he dado a mí mismo la razón. CEOE y Cámara de Comercio nunca alabaron esta creación. Aguardaron a que se estrellase, a que no saliese nada de los proyectos elaborados: ni la Escuela Internacional de Industrias Lácteas, ni la Marca Zamora, ni la oferta de cultural de Bassat para un museo en la ciudad, ni Fromago, la Fería del Queso, que apoyó la Diputación, merced al apoyo de Francisco Requejo, pero idea surgida de los cerebros de Zamora10. Pero del fracaso deseado se pasó a un éxito absoluto, si exceptuamos lo de la pinacoteca.  Y eso duele.

 

Francisco Prieto,  como gerente de Zamora10 realizó excelentes servicios, pero siempre lastrado por esa quinta columna de la que ya hemos hablado. No se llegó más lejos, porque se buscó que la nave zozobrase, que no llegase a buen puerto con el transporte de sus ideas. Y si perduró más tiempo del previsto por sus enemigos, se debió a que Francisco J. Requejo preside la Diputación desde 2019, político que, además,  siempre ha apoyado los proyectos  del organismo empresarial.  Seré aún más claro. Otro presidente de la institución provincial que no hubiera sido este empresario de paso por la política, nunca hubiera aportado nada al trabajo de Zamora10; es más, como se intentó en el anterior mandato, se  habrían roto  los vínculos que unían a la institución pública con el mencionado organismo empresarial, con el único objetivo de debilitarlo y convertirlo en inviable.

 

Voy concluyendo. Ha mucho tiempo, cuando un servidor empezaba a destacar en el periodismo provinciano, en el auténtico El Correo de Zamora, entonces con editores de nuestra tierra, Waldo Santos, gran poeta y persona extraordinaria y genial, me comentó, en una cafetería, mientras el sol se iba a dormir a su lecho oceánico, que me marchase de Zamora, porque nunca el vulgo periodístico soportaría a un tipo con mi personalidad, distinto y sin aristas. La envidia provinciana. Y el vate tuvo razón. Me fui, pero regresé.

 

A Zamora10 le sucede algo parecido. Su labor como conciencia económica y también política de esta ciudad y provincia, defendido la transformación en autovía de la N-122 y la inversión del Gobierno en Monte la Reina, despertó demasiadas envidias entre políticos y esos organismos empresariales. Aquí, para nuestra desgracia, se celebra más el fracaso del prójimo que el éxito propio.

 

En Zamora solo pueden pensar los mismos, porque cuando alguien reflexiona y pasa de la teoría a la práctica, se le persigue, se le sanciona y condena al ostracismo, como en la  Atenas de Clístenes. Aquí, como escribí alguna que otra vez, nació Caín. Zamora10, en verdad, no éramos todos, solo algunos, quijotes sin Rocinante ni Sancho.

 

Eugenio-Jesús de Ávila

 

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