Domingo, 16 de Noviembre de 2025

Nélida L. Del Estal Sastre
Viernes, 11 de Marzo de 2022
CON LOS CINCO SENTIDOS

Recuerdos

[Img #63360]Mi primer beso con lengua no fue con un chico, no. Fue con mi mejor amiga de aquél entonces, experimentando para ser las mejores besadoras del universo, para que nuestros besos fuesen la leche, lo mejor, inolvidables, para que quedasen tatuados en la piel del cerebro de algún gañán o algún chico realmente listo e importante para mí, ese que me provocaba tartamudear en clase o que se me cayeran las gafas al suelo, un cuadro. Pero ese chico se quedaba extasiado cuando yo declamaba un poema de Lorca o de Machado, cuando la profesora de Literatura me decía cómo demonios podía haber sacado esa conclusión de tal o cual escrito, porque resulta, para su asombro, que era la correcta. Y yo entonces, me crecía, sin ser más que un palo con gafas, pero con una mirada que te tumbaba sin remisión si osabas acercarte a mí, a la rara de la clase, y hablar un rato conmigo. 

 

Confieso que me enamoré de alguien, de una persona que entendía mis quebraderos de cabeza y, aún bajo tales circunstancias, se quería seguir viendo conmigo. Pero no me besaba.  Le daba miedo. A mí, más miedo si cabe. Por eso un día de primavera nos entretuvimos a besos con lengua y sin lengua una amiga y yo. Estuvimos varias tardes, pero os aseguro que gracias a esas juveniles experiencias y enseñanzas hoy sé besar y sé que mis besos harán levitar a hombres y a mujeres porque aprendí bien, muy bien. Mi madre me decía que ojalá hubiese sido lesbiana para no tener nunca que sufrir la tremenda adversidad de traer al mundo a alguien por accidente. Luego se le pasaba y era capaz de admitir que no era natural que una mujer no anduviese con un hombre, como regla escrita, como “conditio sine qua non” para ser aceptada en la sociedad patriarcal en la que nos enseñaron a vivir, a planchar, a esperar sentadas a nuestro amado esposo con la cena en la mesa y tan guapas como para hacernos otro hijo en cualquier momento. Asco.  

 

  Menos mal que la tendencia cambia, que ya no estamos sometidas a tal aberración cuando valemos lo mismo y para lo casi lo mismo que ellos (salvando las distancias de trabajos en los que la fuerza física impera, pero ya no son tantos). Menos mal. Pensaba que tendría que estar maravillosa, depilada y maquillada para siempre, con los hijos alimentados, vestidos y dormidos para cuando llegase el hombre, mi hombre. 

 

 A la mierda todo. Mi primer beso con lengua fue a una mujer y si sé besar es gracias a ella. Nadie besa así…Nadie. Y si es así, que me busque. 

Nélida l. del Estal Sastre 

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.34

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.