DE ZAMORA A LA PATAGONIA
Fuera de Ruta: Buenos Aires
Para algunos –sobre todo los recién incorporados– esta es la parte mejor del viaje: Paseo por Puerto Madero, de la Capital Federal, es decir, de “Bs As”, (como escriben ellos). Cena en el Nápoles,-tienda-exposición de antigüedades-...¡con restaurante!
Tal vez un tango porteño, que posibles tiene Manolo para bailarlo. Encuentro en una esquina del “Barrio de Caminito” con Maradona, como dios omnipresente que es, bajo su bandera confundiendo sus azules terrenales y celestes.
Por supuesto visita a la Casa de Zamora donde, de seguro, como ya ha ocurrido en otros eventos/encuentros a los que ya ha sido invitado, contará su viaje, su devenir por aquellas tierras que se “dejan querer sin hacer nada”... con aquellas gentes que nos quieren y valoran sin pedir nada a cambio.
Manuel lo acepta en nombre de todos y les deja el orgullo de haber hecho un viaje desde un punto que ya casi han borrado del mapa, pero que él ha restituido de nuevo. El nombre de la provincia que fue para tantos que tomaron un barco desde la Zamora que no tiene puerto... y seguramente por ello nunca pudieron volver. Desde luego aquel país les dio más, –mucho más– de lo que éste, (el nuestro, el suyo), les quitó.
Manuel, en parte, con tu visita, con tu hazaña sin pretensiones, a más de uno se lo has restituido. Y a muchos de los que quedamos aquí, nos lo has recordado.
Gonzalo Julián
Para algunos –sobre todo los recién incorporados– esta es la parte mejor del viaje: Paseo por Puerto Madero, de la Capital Federal, es decir, de “Bs As”, (como escriben ellos). Cena en el Nápoles,-tienda-exposición de antigüedades-...¡con restaurante!
Tal vez un tango porteño, que posibles tiene Manolo para bailarlo. Encuentro en una esquina del “Barrio de Caminito” con Maradona, como dios omnipresente que es, bajo su bandera confundiendo sus azules terrenales y celestes.
Por supuesto visita a la Casa de Zamora donde, de seguro, como ya ha ocurrido en otros eventos/encuentros a los que ya ha sido invitado, contará su viaje, su devenir por aquellas tierras que se “dejan querer sin hacer nada”... con aquellas gentes que nos quieren y valoran sin pedir nada a cambio.
Manuel lo acepta en nombre de todos y les deja el orgullo de haber hecho un viaje desde un punto que ya casi han borrado del mapa, pero que él ha restituido de nuevo. El nombre de la provincia que fue para tantos que tomaron un barco desde la Zamora que no tiene puerto... y seguramente por ello nunca pudieron volver. Desde luego aquel país les dio más, –mucho más– de lo que éste, (el nuestro, el suyo), les quitó.
Manuel, en parte, con tu visita, con tu hazaña sin pretensiones, a más de uno se lo has restituido. Y a muchos de los que quedamos aquí, nos lo has recordado.
Gonzalo Julián
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