Una Pasión para creyentes, agnósticos y ateos

El traslado del Jesús Nazareno desde San Frontis a la Catedral constituye la procesión más pura de la Semana Santa de Zamora. No hay túnicas ni caperuces, nadie se cubre, todos los que acompañan al Cristo moreno de la margen izquierda dan la cara. Ahora, sin embargo, no pondrían la otra mejilla. Esta procesión la siento como viajar en el tiempo a otros siglos en los que la Pasión se entendía de otra manera. Ahora la tradición, más que la religión, y el turismo protagonizan nuestra Semana Santa, que también es de todos, incluso de agnósticos y ateos.

Eugenio-Jesús de Ávila