La Ley del Embudo

Voy a intentar introducir un diálogo con el lector, como si nos halláramos en la Atenas del siglo V a.C. Verbigracia: ¿Es ERC, un partido, en su génesis filo fascista, con tres golpes de Estado en su historia, como los de Prats de Molló, junio de 1926; Generalidad, en Barcelona, 6 de octubre de 1934, y Parlamento de Cataluña, 1 de octubre de 2017, respeta la Constitución la unidad de España, la monarquía parlamentaria más que el partido que lidera Abascal?

Prosigo con más preguntas: ¿Es Unida Podemos, con líderes que admiran a Lenin, Stalin, La Unión Soviética, Corea del Norte, Mao, la dictadura cubana, donde un tercio de su población vive lejos de su patria, y a Putin, aunque se avergüencen, que, si pudieran, guillotinarían a los monarcas, mientras uno de sus líderes afirmó, hace unos días, que si la ultraderecha pudiera los fusilaría, y otras asaltaron capillas católicas mientras se decía misa, al grito de “arderéis como en el 36”, aunque la analfabeta se equivocara de año, pues cuando ardieron iglesias y bibliotecas fue en mayo de 1931,  más democrática que VOX?

¿Es Bildu, formación integrada por parte de asesinos y secuestradores de ETA, entre los que se encuentran políticos del PSOE, niños, ancianos, mujeres, quiosqueros, taxistas, ingenieros, españoles, por el mero hecho de serlo; incluso asesinaron a Yoyes, ex militante, por dejar la banda cuando paseaba por una plaza de su pueblo vasco, de la mano de su pequeño, más democrática que VOX?

¿Estoy equivocado o el mayor caso de corrupción, de acuerdo a lo robado, de la historia de la democracia española, se produjo en Andalucía, con gobiernos del PSOE, los famosos EREs, cuando se robó el dinero procedente de Europa para los parados, para la gente que pasaba hambre, mientras los beneficiarios se ponían morados a mariscos y coca, además de gastarse la pasta que no era suya en heteras? No ignoro que políticos del PP han sido verdaderos golfos, pero tampoco me olvido de la corrupción durante el felipismo, desde los GAL, la Cruz Roja, el BOE, Filesa, los hermanos Guerra…

Y respecto a la historia del PSOE, que quizá no se cuente en eso de la memoria histórica, recuerdo el golpe de Estado de octubre de 1934, y podría traer frases de Largo Caballero en las que evidenciaba su talante democrático y el respeto que tenía por la República, o la batalla, una vez concluida la Guerra Civil,  por el dinero, joyas, lingotes y otros bienes incautados por la República, transportados en el yate Vita, que desaparecieron entre acusaciones mutuas de Indalecio Prieto y Negrín, altos cargos del PSOE ¿Entrarán estos acontecimientos, contrastados, en la Memoria Histórica?

Formularía la misma pregunta sobre PNV, partido racista, fundado por un tarambana, un tipo sin cabeza, Sabino Arana, con calles en el País Vasco, que odiaba todo lo español; también preguntaría por el partido de Pujol, el mayor ladrón de la democracia, que sigue en su casa, ya anciano, sin pisar un juzgado; partido racista, que odia a los emigrantes andaluces, murcianos, manchegos, extremeños que emigraron a Cataluña, región a la que el franquismo concedió enormes prebendas, incluido al Barça.

Pues hete aquí que todas estas formaciones amparan al actual Gobierno de Pedro Sánchez, cuyos correveidiles, como la señorita Lastra, advierten al PP del grave peligro que supone para España y la democracia que pacte ejecutivos con VOX. La paja en el ojo ajeno y la viga en el suyo, la Ley de Embudo.

Y sin ejercer de Pitia: si el PP de Feijóo ganase las próximas elecciones generales, que se celebrarían a finales del 2023 o enero de 2024, y formase gobierno con VOX, España conocerá, de forma inmediata, huelgas generales revolucionarias, golpes de Estado en Cataluña y quizá en el País Vasco, manifestaciones organizadas por todas las izquierdas en contra del ejecutivo elegido, de forma democrática, por el pueblo español.

 No me gusta la ficción, me divierte, pero recuerdo al lerdo, al analfabeto que va de progre, de izquierdista, que el 6 de octubre de 1934 el PSOE dio un golpe de Estado contra el legítimo gobierno republicano, porque no admitía que la CEDA de Gil Robles, al que la guardia pretoriana de Indalecio Prieto intentó asesinar, el partido más votado, una especie del PP de ahora, entrase a formar parte del ejecutivo junto a Lerroux, líder del Partido Radical Republicano. Por cierto, Indalecio Prieto, ya en el exilio, se arrepentiría de su partición en el golpe de 1934.

Ningún partido, ni el PSOE, ni el PP, volverán a obtener mayoría absoluta en elecciones legislativas. Pedro Sánchez gobierna con la extrema izquierda, los bilduetarras y los secesionistas, enemigos todos de las Constitución del 1978. No quiso pactar con Ciudadanos. El PP de Feijóo tendrá que pactar con VOX, no ya en Castilla y León, sino en Andalucía o en España. Y si a la izquierda revolucionaria le disgusta, a los españoles que no somos de izquierdas, porque la conocimos por dentro cuando había que ser "rojo", no ahora, que es muy fácil, que demuestra su pasión por la democracia o prepare otro golpe de Estado como en 1934.

“Quiero decirles a las derechas que, si triunfamos, colaboraremos con nuestros aliados. Pero, si triunfan las derechas, nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la Guerra Civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos”. Largo Caballero, al que tanto admira Pedro Sánchez, en “El Liberal”, el 20 de enero de 1936. No va más. Se es demócrata, se respeta la decisión del pueblo o se dan golpes de Estado, como ERC, un auténtico peligro para la unidad de España. Tiempo al tiempo. Queda poco.

Según los socialistas, los millones de españoles que votan a VOX no tienen derechos, ni tan si quiera a votar, pero los etarras y golpistas, enemigos de la democracia, de España, de la Constitución, no representan peligro alguno para esta nación.

Por cierto, todavía no he visto a Santiago Abascal, ni a Macarena Olona, ni a Ortega Smith, ni a los zamoranos de VOX saludar a la romana ni portar banderas nazis. Pero he visto a los izquierdistas cerrar el puño, cantar la Internacional, aquello de famélica legión, con estómagos burgueses, y pasearse con la bandera soviética, con su hoz y martillo.

Eugenio-Jesús de Ávila