MEMORIA
Una sartén llena de duros
En el año 1965, cuando mis suegros Alfonso y Victoria se mudaron a vivir en Tardobispo desde la Dehesa de Valcamín Alto en la que habían vivido muchos años, hicieron algunas reformas en la casa que pasaron a habitar en el pueblo. La obra más importante fue derribar las viejas cuadras y construir en su lugar una nave-tenada para las ovejas que era el ganado que constituía su medio de vida.
Cuando los obreros que estaban haciendo el derribo de las viejas cuadras picaban una de las paredes, descubrieron bajo una losa de pizarra un sartén que tenía un buen número de monedas de a duro, de las de plata que habían circulado en los años 1870 a 1900, y que estaban colocadas dentro del recipiente a modo de una serpiente enroscada.
Además de los obreros, estábamos presentes en aquel momento, colaborando en los trabajos, mi suegro y yo. Como pensábamos que se trataba de un tesoro, lo comunicamos inmediatamente al Secretario del Ayuntamiento, que entonces había en el pueblo, quien levantó acta y trajimos las monedas a depositarlas en un Banco de Zamora.
Poco después conocimos que aquellas cuatrocientas monedas no tenían la consideración de tesoro por haber circulado hasta época reciente, con lo que se nos permitió disponer libremente y hacer un reparto, conforme a derecho. entre quienes las hallamos y el propietario del terreno donde estaban.
Este hallazgo me sirvió como argumento para escribir un relato con el título "Los Duros de Genaro", que presenté en mayo del año 2001 a un Certamen que había convocado la Federación ESPIGAS y me premiaron con un accésit.
Balbino Lozano
En el año 1965, cuando mis suegros Alfonso y Victoria se mudaron a vivir en Tardobispo desde la Dehesa de Valcamín Alto en la que habían vivido muchos años, hicieron algunas reformas en la casa que pasaron a habitar en el pueblo. La obra más importante fue derribar las viejas cuadras y construir en su lugar una nave-tenada para las ovejas que era el ganado que constituía su medio de vida.
Cuando los obreros que estaban haciendo el derribo de las viejas cuadras picaban una de las paredes, descubrieron bajo una losa de pizarra un sartén que tenía un buen número de monedas de a duro, de las de plata que habían circulado en los años 1870 a 1900, y que estaban colocadas dentro del recipiente a modo de una serpiente enroscada.
Además de los obreros, estábamos presentes en aquel momento, colaborando en los trabajos, mi suegro y yo. Como pensábamos que se trataba de un tesoro, lo comunicamos inmediatamente al Secretario del Ayuntamiento, que entonces había en el pueblo, quien levantó acta y trajimos las monedas a depositarlas en un Banco de Zamora.
Poco después conocimos que aquellas cuatrocientas monedas no tenían la consideración de tesoro por haber circulado hasta época reciente, con lo que se nos permitió disponer libremente y hacer un reparto, conforme a derecho. entre quienes las hallamos y el propietario del terreno donde estaban.
Este hallazgo me sirvió como argumento para escribir un relato con el título "Los Duros de Genaro", que presenté en mayo del año 2001 a un Certamen que había convocado la Federación ESPIGAS y me premiaron con un accésit.
Balbino Lozano






















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