PASIÓN POR ZAMORA
Zamora tiene que provocar al turismo
Hay varias Zamoras: la de siempre, que vive una lenta agonía económica y demográfica, y la de la Semana Santa, agosto y fiestas de la Navidad, cuando la ciudad recibe a sus hijos y a visitantes. Son dos urbes absolutamente distintas. Aquella, la nuestra, la que vivimos en ella, padece una enfermedad social y política que la ha postrado en el lecho de la decadencia. La otra, la de los zamoranos que se marcharon a buscarse la vida en otros lares, inyecta sangre nueva en forma de alegría, esperanza, fuerza y ganas de vivir…y dinero.
Los políticos, los que trabajan aquí, buscan ideas para que, al menos, cada mes del año, se provoque una fiesta, se seduzca a españoles y extranjeros para que nos visiten, se alojen en nuestros hoteles, restauren sus cuerpos, compren en nuestros comercios, recorran nuestras rúas y plazuelas, disfruten de estilos arquitectónicos en los que somos singulares como el románico, o el eclecticismo y el modernismo.
El 950 aniversario de El Cerco de Zamora, hecho histórico que marca la historia medieval de España, se celebra con un buen programa, pero habría que exportarlo, a través de publicidad pública a otras ciudades de la nación, porque interesaría a un turismo culto y preparado. Y habrá que conmemorar todos los años esta historia, potenciándola, enfatizándola. Y, por supuesto, embellecer la ciudad todos los días, todos los meses, todos los años.
Eugenio-Jesús de Ávila
Hay varias Zamoras: la de siempre, que vive una lenta agonía económica y demográfica, y la de la Semana Santa, agosto y fiestas de la Navidad, cuando la ciudad recibe a sus hijos y a visitantes. Son dos urbes absolutamente distintas. Aquella, la nuestra, la que vivimos en ella, padece una enfermedad social y política que la ha postrado en el lecho de la decadencia. La otra, la de los zamoranos que se marcharon a buscarse la vida en otros lares, inyecta sangre nueva en forma de alegría, esperanza, fuerza y ganas de vivir…y dinero.
Los políticos, los que trabajan aquí, buscan ideas para que, al menos, cada mes del año, se provoque una fiesta, se seduzca a españoles y extranjeros para que nos visiten, se alojen en nuestros hoteles, restauren sus cuerpos, compren en nuestros comercios, recorran nuestras rúas y plazuelas, disfruten de estilos arquitectónicos en los que somos singulares como el románico, o el eclecticismo y el modernismo.
El 950 aniversario de El Cerco de Zamora, hecho histórico que marca la historia medieval de España, se celebra con un buen programa, pero habría que exportarlo, a través de publicidad pública a otras ciudades de la nación, porque interesaría a un turismo culto y preparado. Y habrá que conmemorar todos los años esta historia, potenciándola, enfatizándola. Y, por supuesto, embellecer la ciudad todos los días, todos los meses, todos los años.
Eugenio-Jesús de Ávila






























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.153