DIMES Y DIRETES
El Cotilla
JUBILACIÓN. Se jubiló, el 23 de mayo, uno de los agentes de tráfico más serio y honrado que vistió el uniforme de la Benemerita, Antonio Segurado.Ahora, tendrá todo el tiempo del mundo para hacer con cada segundo de su vida lo que le dé la real gana. Fue un ejemplo para muchos de sus compañeros más jóvenes. ¡Enhorabuena!
INTERÉS. Mi íntimo amigo, mi álter ego, también se ha jubilado... de la pasión. Este veterano seductor mantuvo una ilusión con una dama; pero ya la ha perdido. Lo fue todo para él y él nada para ella. Ya perdió todo interés en esa mujer. Ahora, aunque no busca, encontrará.
PERFECTA. Siempre fue una mujer con un rostro precioso. Pero permitió que su cuerpo se fuese deteriorando. Ahora, cuando lleva un tiempo libre de maridos, ha recuperado su aspecto exterior y ya le van saliendo pretendientes por aquí y por allá.
EL JUGADOR DE GOLF. No sabe si le gusta más jugar al golf a encontrarse en el campo a esa mujer con la que comparte afición. El caballero, que todavía conserva su fuerza y poderío físico, confiesa que le gustaría ir rellenado hoyos con sus palos. De momento, ya se encuentra en el “green”, ahora le queda concretar un par de “eagle” y ganará la partida. Todo es cuestión de que su “hándicap” vaya mejorando. La señorita merece la pena. Y él le enseñará a compartirlo todo.
JUBILACIÓN. Se jubiló, el 23 de mayo, uno de los agentes de tráfico más serio y honrado que vistió el uniforme de la Benemerita, Antonio Segurado.Ahora, tendrá todo el tiempo del mundo para hacer con cada segundo de su vida lo que le dé la real gana. Fue un ejemplo para muchos de sus compañeros más jóvenes. ¡Enhorabuena!
INTERÉS. Mi íntimo amigo, mi álter ego, también se ha jubilado... de la pasión. Este veterano seductor mantuvo una ilusión con una dama; pero ya la ha perdido. Lo fue todo para él y él nada para ella. Ya perdió todo interés en esa mujer. Ahora, aunque no busca, encontrará.
PERFECTA. Siempre fue una mujer con un rostro precioso. Pero permitió que su cuerpo se fuese deteriorando. Ahora, cuando lleva un tiempo libre de maridos, ha recuperado su aspecto exterior y ya le van saliendo pretendientes por aquí y por allá.
EL JUGADOR DE GOLF. No sabe si le gusta más jugar al golf a encontrarse en el campo a esa mujer con la que comparte afición. El caballero, que todavía conserva su fuerza y poderío físico, confiesa que le gustaría ir rellenado hoyos con sus palos. De momento, ya se encuentra en el “green”, ahora le queda concretar un par de “eagle” y ganará la partida. Todo es cuestión de que su “hándicap” vaya mejorando. La señorita merece la pena. Y él le enseñará a compartirlo todo.
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