Una placa conmemorativa recuerda la figura de Sor Dositea Andrés

En la mañana de hoy se ha procedido a la colocación de una placa conmemorativa con un código QR por el que se puede acceder a una pequeña biografía de Sor Dositea Andrés, una monja nacida en 1863 en Cheste, provincia de Valencia y que residió en Zamora entre 1903 y 1918 y que dio su vida prestando auxilio a los enfermos de la llamada 'gripe española', una epidemia por la que fallecieron miles de personas por toda Europa y América y que coincidió con el final de la 1ª Guerra Mundial.

La colocación de la placa es una iniciativa del IES Ricardo Marín de Cheste, como extensión del proyecto 'nombres de mujeres en las calles de Cheste', y galardonado en los V premios de Urbanismo, Movilidad, Paisaje, Vivienda y Arquitectura con Perspectiva de Género, convocados por la Generalitat Valenciana el pasado año. La propuesta, que tiene como objetivo "poner en valor el trabajo y la dedicación de mujeres que dieron lo mejor de ellas mismas" tal y como ha asegurado Yolanda Marco, se inició en 2017 a través de la colocación de códigos QR en las calles de la localidad valenciana con la biografía de cada mujer, y en este caso concreto, en colaboración con el Ayuntamiento de  Cheste y el Ayuntamiento de Zamora, han considerado extenderlo a nuestra ciudad al existir una calle en el casco antiguo dedicada a Sor Dositea Andrés, donde residió 15 años y donde falleció dando su vida atendiendo a los enfermos de la gripe española. De la misma forma, Yolanda Marco ha anunciado que se instalará una placa gemela en Cheste, en la casa que la vio nacer.

Al acto de entrega y colocación de la placa ha asistido el concejal de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Zamora, Pablo Novo, la coordinadora del proyecto y profesora del IES Ricardo Marín de Cheste, Yolanda Marco, alumnos del instituto y familiares de Sor Dositea. Pablo Novo ha agradecido a los familiares y a la comunidad educativa del instituto esta iniciativa en homenaje a una mujer destacada en nuestra ciudad y que no se rindió ante la adversidad del momento, dando su vida por ayudar a los demás.

En 1918 Zamora fue muy castigada por la gripe y la congregación de Sor Dositea atendía con celeridad a los afectados, principalmente clases humildes. Sor Dositea destacó en el cuidado de los soldados enfermos de gripe destinados en el Castillo de Zamora donde los atendió durante aquel año, trabajando incansablemente. La misma enfermedad por la que ella procuraba curar y aliviar a los demás, provocó su muerte, falleciendo el 30 de septiembre de 1918. Su fama se extendió por toda la ciudad y la prensa relatando su muerte la nombró como una “heroína y ejemplar Sierva de María, Ministra de los Enfermos”.