Eugenio de Ávila
Viernes, 08 de Julio de 2022
PASIÓN POR ZAMORA

Tener ideas en Zamora, un delito social

[Img #67759]En esta ciudad pretérita, sales a la calle y, a la vuelta de la esquina, te encuentras con la envidia. La gente vulgar vive con un solo objetivo: que nadie destaque, que no haya alguien, hombre o mujer, que triunfe, que tenga éxito; que no se piense, porque ese verbo desvela la verdad.

Como aquí se persigue la idea y el talento, el club de los mediocres, que abunda en el periodismo e instituciones públicas, partidos políticos y tertulias cafeteras, dedica sus afanes a destruir a cualquier zamorano que anhele crear, juntar, unir, vincular y romper el eslabón de esa cadena que nos impide avanzar hacia el progreso y nos ata al pretérito. Patético que ses copian ideas ajenas. Verbigracia: el Plan Zamora lo parió Zamora10. Pero la Cámara de Comercio de lo apropió. ¿Cómo definir este gesto?

Zamora, desde el inicio de esta democracia de cartón-piedra, merced a decisiones del felipismo, tendentes a que el Estado franquista adelgazase, entró en una deriva económica y demográfica constante, que se aceleró en el último lustro. El PSOE vació la capital de la provincia: cerró líneas férreas, Prisión Provincial, cuartel Viriato, Universidad Laboral, y ejecutó, por exigencias franceses para que España entrase en Europa, una reconversión agroganadera tan profunda como silente, que condujo al sector primario a perder su papel esencial en la economía de Zamora ciudad.

Los datos de actividad económica y de población resultan empíricos, contundentes, demoledores. No se trata de una opinión, como todas subjetivas, sino de una realidad, de esa triste verdad de la que cantaba Serrat, de la que no tiene remedio. A principios de esta centuria, ya hubo protestas ciudadanas, tanto de la patronal como de los sindicatos ante el estado que ya se esbozaba en el lienzo de la vida cotidiana de nuestra sociedad. 15 años después,  cuál no sería la caída socioeconómica de nuestra tierra, que Caja Rural de Zamora, entidad bancaria ejemplar en estos últimos 20 años, que habrá cometido sus errores, porque la dirigen seres humanos, no arcángeles celestiales, se convirtió en la sangre que llevó por las venas y arterias zamoranas glóbulos rojos y blancos créditos para invertir, para crecer, para ayudar, organizó, convenció y vinculó a más de un centenar de empresarios y profesionales liberales, más a la CEOE y Cámara de Comercio e instituciones públicas locales, provinciales y regionales, para crear Zamora10, Asociación para el Desarrollo, que nació con el objetivo de parar la dinámica hacia el abismo de esta provincia y proponer ideas para recuperar la economía zamorana.

Zamora 10 pecó de candidez. La gente, muy inteligente, de éxito en sus negocios y profesiones, creyó que, ¡por fin!, los zamoranos se unían para salir de nuestra miseria económica y social. Sin embargo, poco después, la entonces presidenta de la Diputación y todavía en la res púbica, senadora, la ínclita Mayte Martín Pozo, le comentaba a la prensa que las ideas del organismo que gerenciaba Francisco Prieto ya las ejecutaba la Institución Provincial. Mal empezábamos. No tardó la quinta columna en hacer la guerra doméstica. La alianza entre la Diputación, el presidente antaño de la Cámara de Comercio, Manuel Vidal, y la patronal, acordó acabar, cuanto antes mejor con Zamora10. No obstante, si la Asociación triunfaba, sería su éxito; pero si fracasaba se debería a Cipriano García, director general de la entidad bancaria zamorana.

Durante un lustro, Zamora10 padeció esa fiebre de la envidia que registra el termómetro de la vida zamorana. Se diría que tener ideas en Zamora es causa de un delito social.  En solitario, Francisco Prieto, en nombre de su Asociación para el Desarrollo, trabajó por Monte la Reina, la transformación de la N-122 en autovía, el turismo, la extensión de Internet por toda la provincia, una de las principales rémoras que sufre esta provincia. Se diría que Zamora10 fue casi un partido político que exigía al Gobierno central inversiones para esta tierra, que buscaba acelerar los proyectos del ejecutivo sanchista. Prieto Toranzo actuó como un representante del pueblo, de esa gente que no habla, que guarda silencio. El gerente de Zamora 10 demostró un papel más reivindicativo que los políticos de la oposición. Le pidió a Antidio Fagúndez y a Fernández Blanco informaciones sobre los proyectos gubernamentales en la provincia. Recuerdo que hubo una cita a la que faltaron ambos políticos socialistas.

Pasó el tiempo. Y hace unos meses, CEOE y Cámara de Comercio, al unísono, hicieron mutis por el foro de Zamora10. Pensaron que esta Asociación no tenía ya razón de ser. Craso error. Lo que se evidenció es que esta tierra se muere, porque hay zamoranos a los que se les da mejor destruir que crear, que existe gente que goza mas con la desgracia ajena que con la gloria propia. Empírico.

Y hoy, por las buenas, Antidio Fagúndez acudía a la CEOE a informar de la marcha de los proyectos del Gobierno en la provincia, lo que Zamora 10 ha venido pidiendo desde hace mucho tiempo. El diputado nacional podría, digo yo, haber convocado una rueda de prensa para mostrar el estado de la cuestión, si tener que acudir a esa cita. No obstante, me alegro que Monte la Reina vaya cubriendo etapas, y que la N-122, con paso lento, avance.

Ahora bien, lo que demostró, a mi juicio, Zamora10, que concluirá su historia el 31 de diciembre de 2022, durante estos cinco años de vida, de ideas, de reivindicaciones, es que nuestra capital y su provincia ocupan el último puesto en actividad económica y despoblación porque Caín nació en Zamora, porque sus políticos no representan al pueblo, sino que no son otra cosa que vicarios de sus respectivos partidos y resulta más sencillo destruir que construir. El talento crea. La envidia mata, más al envidioso que al envidiado. ¡Cómo Zamora podría progresar si dentro de su mente arcaica solo existe el rencor!

Admitamos que Zamora sigue siendo provincia española: “El tema de la envidia es muy español. Los españoles siempre están pensando en la envidia. Para decir que algo es bueno dicen: "Es envidiable". Jorge Luis Borges. No tengo más que añadir.

Eugenio-Jesús de Ávila

 

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