Adiós politicas

El calor abrasa las ciudades y huyen quienes pueden a lugares apacibles donde refrescarse, ya las vacaciones en la mente omnipresentes, huyendo de labores, problemas, desagradables condiciones. También el Parlamento y su verborrea cierra con sus castas que con diversos colores parecen iguales en tomar privilegios y enriquecerse a costa de sus votantes, a quienes representan traicioneramente. No es problema solo español, se ve también en Francia y mucho más en Grecia o Italia: la partitocracia, el sistema democrático que vivimos ha fracasado y ha encaramado a los más ineptos para dirigir nuestros destinos, unidos, aunque abominen de ellas, a las multinacionales y sus intereses económicos. El pueblo, mientras, se empobrece. Y se encaraman muchachas en los más importantes puestos de decisión diciendo que la cultura del mérito y el trabajo hay que dejarla atrás... Ahora los vagos, sin saber, necios, cretinos, podrán acceder a dirigir a los demás, quieran o no, dominándolos. Es la igualdad que despreciaba Nietzsche, de quienes no quieren que nadie sobresalga, de quienes piensan que hay que cortar la cabeza de los más altos, y que todos estén mirándose los pies, enfangados con un mismo y putrefacto barro. La igualdad de los idiotas, así en las escuelas, en las universidades, en la política, mientras todo se desmorona y aplauden en una bajeza execrable, a la que nos abocan.

            Vacaciones, necesitamos descansar y mirar más allá de los nubarrones que alimentan un horizonte de tormentas... Tal vez cambien los vientos, no lo olvidemos cuando ejerzamos el voto: el único poder del que disponemos los esclavos de este sistema falso, ridículo, de democracia mutilada, impotente, dirigida por los más ineficientes. Esperemos que algún día -basta ver los escándalos continuos- se condene a estos dirigentes corruptos, necios, por estafarnos. Que paguen con su dinero multas severísimas, que sean excluidos de todo gobierno... Así, antes de colocar a sus amigotes en los puestos relevantes se lo pensarán un momento para ver si reúnen las condiciones, si no son inmorales y estafadores... Pues quien apoya a los malos, es malo. Los peores están arriba ahora, y hablan de igualdad mientras se enriquecen y nos empobrecen. No todos son iguales, cierto, pero son tantos los tontos... Imbecilandia podría ser el nuevo nombre de España y jurar una bandera rota y llena de mocos de sentimentaloides niñatos, empezando por los ministros... Hacia ese imperio de la hilaridad desesperada nos conducen...

            Pero descansemos un poco... Meditar, leer, pasear, encontrar el sabor alegre de las familias, los amigos, la frescura y la alegría de la vida, para volver con fuerzas y forzar a los impotentes mentales a dejar su puesto, supuesto que espero, por bien de todos, incluso de ellos mismos. No hay derecho a dejar un país en ruinas, y las matemáticas financieras son demasiado exactas como para perderse entre somnolencias.

Ilia Galán