Mª Soledad Martín Turiño
Miércoles, 03 de Agosto de 2022
ZAMORANA

Resilencia y connivencia entre los políticos

[Img #68473]Es un vocablo que se ha puesto de moda: resiliencia; palabra que utilizan hasta los bancos para llamar a sus clientes; pero ¿qué significa? Según la RAE, es “la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”; o, para decirlo en términos más coloquiales, es “la capacidad que tienen las personas para recuperarse de situaciones complicadas y seguir avanzando hacia el futuro”.

 

Esta última definición viene al pelo para definir el carácter de los zamoranos, manifestado en los recientes incendios que han arrasado una gran parte del territorio de esta provincia; más de 67.000 hectáreas calcinadas, una cifra que equivale al terreno que se suele quemar de media en España en un año normal. Aparte de abrasarse cosechas, ganado, casas, medio de vida, se ha calcinado también un espacio natural protegido con una fauna y flora que eran el orgullo de la parte noroccidental de la provincia y, lo más importante e irreparable: ha habido también pérdidas humanas.

 

Además de la Sierra de la Culebra, se ha quemado Losacio, Tábara, Asturianos, Losacinos, Figueruela, Manzanal y otros municipios en un rosario de fuegos que no parece dar tregua. La desgracia es total para esta tierra pobre y necesitada de atención, y el fuego parece ser este verano una constante inextinguible con la desgracia añadida en algunos de la intencionalidad, algo que debe erradicarse con penas duras, definitivas y disuasorias.

 

Aún se están dirimiendo las responsabilidades políticas por una gestión ineficaz, tardía e incompetente por parte de la Junta; tanto de su presidente el Sr. Mañueco, como del responsable de Medio Ambiente Sr. Suárez Quiñones; pero ambos continúan en sus cargos como si nada hubiera ocurrido en una connivencia muy habitual entre los políticos que, lejos de reconocer un error de graves consecuencias y dimitir para que otro lo haga mejor, se alían entre ellos con el fin de permanecer en sus cargos. Así, los responsables políticos han dado muestra –una vez más- de su ineptitud ante una situación que la AEMET avisaba con antelación y a la que no se había puesto remedio en forma de prevención. Las advertencias al presidente de la Junta se han hecho evidentes por otros políticos autonómicos y nacionales que le han reconvenido por no prever la limpieza de los bosques durante todo el año, la falta de medios, y el desoír las alertas que avisaban de unas olas de calor cada vez más severas ante las que era vital prepararse para no llegar a estos extremos.

 

Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención es que Zamora se ha levantado y ¡por fin! ha dado un puñetazo en la mesa; los zamoranos se han sublevado, se han manifestado, han sacado las pancartas a la calle, han exigido medidas concretas, han evidenciado las penosas condiciones en las que trabajan bomberos, protección civil, forestales... ese personal tan necesario que se entregan para combatir las llamas, en primera línea en medio de un calor asfixiante y, a falta de que la administración autonómica haga algo, ellos han hecho su particular homenaje a las dos personas fallecidas, con una marcha nocturna en Valladolid (sede de la Junta), en silencio, ataviados con su ropa de faena, en una interminable cola que avergonzaba a esos que se llaman políticos y no han tenido sino las típicas palabras de consuelo. Los que murieron tenían nombres y apellidos: el brigadista Daniel Gullón y el ganadero Victoriano Antón; dos buenas personas que fallecieron por salvar a otros y merecen ser recordados.

 

¡Queremos hechos, estamos hartos de palabras hueras, de gestos para la galería, de visitas que no aportan nada! ¡Exigimos que se estudie una solución rápida para la Sierra de la Culebra y los pueblos afectados, exigimos ayudas para la gente que se ha quedado con lo puesto, exigimos que se honre a los caídos en estos incendios, exigimos que las autoridades autonómicas y nacionales pongan en marcha las ayudas prometidas con celeridad!

 

Hay un dicho de Joseph de Maistre que dice: "Cada pueblo o nación tiene el gobierno que se merece". Zamora merece mucho más que aquellos que la gobiernan, porque quienes han demostrado resiliencia son los habitantes de los pueblos que han sufrido los incendios, no los políticos que los han visitado entre acto y acto.

 

 

Mª Soledad Martín Turiño

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