HISTORIA
Textos sobre la historia de España
Reflexiones y frases de Azaña, Alcalá- Zamora, Largo Caballero, Max Aub, George Orwell.
"Hoy nos han quemado: siete iglesias, seis casas, todos los centros políticos de derecha y el Registro de la Propiedad. A media tarde, incendios en Albacete y Almansa. Ayer, motín y asesinatos en Jumilla. El sábado, Logroño; el viernes, Madrid, tres iglesias. El jueves y miércoles, Vallecas... Han apaleado en la calle Caballero de Gracia a un comandante de uniforme, que no hacía nada. En Ferrol, a dos oficiales de artillería; en Logroño, acorralaron y encerraron a un general y cuatro oficiales. Creo que van más de 200 muertos y heridos desde que se formó el Gobierno (febrero 36), y he perdido la cuenta de las poblaciones en que se han quemado iglesias y conventos: ¡hasta en Alcalá! [donde había nacido]".
Carta de Azaña a Rivas Cherif, su cuñado, días después de las elecciones de 1936, siendo presidente del Gobierno don Manuel
Desde el 16 de febrero de 1936, España cayó en un periodo anárquico y de enorme violencia en el que el gobierno, presidido por el propio Azaña, pero tutelado por la ultra izquierda revolucionaria, liderada por el PSOE de Largo Caballero, fue incapaz de corregir, por temor a ser desalojado del poder por las fuerzas marxistas.
Los diarios de Alcala-Zamora, primer presidente de la II República, enfatizan en este tipo de crímenes, acontecidos desde días antes de los comicios.
“El Frente Popular se adueñó del poder el 16 de febrero gracias a un método electoral tan absurdo como injusto, y que concedió a la mayoría relativa, aunque sea una minoría absoluta, una prima extraordinaria. De este modo, hubo circunscripciones en las que el Frente Popular, con 30.000 votos de menos que la oposición, pudo sin embargo conseguir diez puestos de cada trece, sin que en ningún sitio hubiese rebasado en un 2% al adversario más cercano. Este caso paradójico fue bastante frecuente. Al principio se pensó que el Frente Popular resultaba vencido. Pero cinco horas después de la llegada de los primeros resultados, se comprendió que las masas anarquistas, tan numerosas y que hasta entonces se habían mantenido fuera de los escrutinios, habían votado compactas. Querían mostrar su potencia, reclamar el precio de su ayuda: la paz, y tal vez la misma existencia de la patria.”
“A pesar de los refuerzos sindicalistas, el Frente Popular obtenía solamente un poco más, muy poco, de 200 actas, en un Parlamento de 473 diputados. Resultó la minoría más importante, pero la mayoría absoluta se les escapaba. Sin embargo, logró conquistarla, consumiendo dos etapas a toda velocidad, violando todos los escrúpulos de legalidad y de conciencia.
Primera etapa: desde el 17 de febrero, incluso desde la noche del 16, el Frente Popular, sin esperar el fin del recuento del escrutinio y la proclamación de los resultados, la que debería haber tenido lugar ante las Juntas Provinciales del censo en el jueves 20, desencadenó en la calle la ofensiva del desorden, reclamó el poder por medio de la violencia. Crisis: algunos gobernadores civiles dimitieron. A instigación de dirigentes irresponsables, la muchedumbre se apoderó de los documentos electorales; en muchas localidades los resultados pudieron ser falsificados.
Segunda etapa: Conquistada la mayoría de este modo, le fue fácil hacerla aplastante. Reforzada con una extraña alianza con los reaccionarios vascos (PNV), el Frente Popular eligió la Comisión de Validez de las actas parlamentarias, la que procedió de una manera arbitraria. Se anularon todas las actas de ciertas provincias donde la oposición resultó victoriosa; se proclamaron diputados a candidatos amigos vencidos. Se expulsó de las Cortes a diputados de las minorías. No se trataba solamente de una ciega pasión sectaria, se trataba de la ejecución de un plan deliberado y de gran envergadura. Se perseguían dos fines: hacer de la cámara una convención, aplastar a la oposición y asegurar el grupo menos exaltado del Frente Popular. Desde el momento en que la mayoría de izquierdas pudiera prescindir de él, este grupo no era sino el juguete de las peores locuras”.
Niceto Alcalá-Zamora, presidente de la II República. Editorial publicado en el Journal de Genéve, 17 de febrero de 1937.
¿Fueron unas elecciones legales? Después de lo escrito por Azaña y Alcalá-Zamora, analícese.
Más textos sobre aquellos momentos históricos, quizá no registrados en las nuevas leyes del Gobierno sanchista. Verbigracia
"La razón más profunda de una derrota tan enorme fue la estúpida y brutal dictadura comunista que dirigió nuestra desgraciada guerra y provocó este trágico desenlace."
Max Aub, poeta y escritor, socialista de carné, exiliado hasta que quiso (1969) y vocero del Frente Popular durante la guerra.
"Entramos en el país como heroicos defensores de la democracia y tuvimos que abandonarlo cruzando la frontera de puntillas y con la policía pisándonos los talones. (...) Sin embargo, aunque nosotros salimos bien librados, casi todos nuestros amigos y conocidos están en la cárcel, y es probable que se queden allí indefinidamente; en realidad no se les acusa de nada, sólo son sospechosos de "trotskismo". Cuando me fui sucedían las cosas más terribles: detenciones en masa, heridos sacados a rastras de los hospitales y metidos en celdas, la gente hacinada en calabozos hediondos donde apenas había espacio para acostarse, presos apaleados y medio muertos de hambre, etc, etc."
George Orwell (Eric Arthur Blair, en realidad), escritor y periodista británico nacido en la India; vino a España a luchar al lado de los comunistas y aquí espabiló, convirtiéndose en uno de los más feroces anticomunistas.
"El actual régimen, no puede subsistir sin el apoyo de los socialistas y en cambio la dictadura del proletariado la podemos instaurar sin el concurso de los republicanos. ¿Por qué, entonces, se ha de malgastar en una colaboración inútil las energías que necesitará el marxismo cuando le toque actuar en su día?"
"Quiero decirles a las derechas que si triunfamos colaboraremos con nuestros aliados; pero si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la Guerra Civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos."
Francisco Largo Caballero, líder carismático del PSOE, el "Lenin español", según sus fieles seguidores.
Nótese que el Lenin español, como le gustaba ser reconocido al líder del PSOE marxista, diferencia republicanos de revolucionarios. Los republicanos, Azaña, Alcalá-Zamora, Martínez Barrios era burgueses para los socialistas. Compañeros de viaje.
"Estamos derrotados nacionalmente por habernos dejado arrastrar a la línea bolchevique, que es la aberración política más grande que han conocido quizás los siglos. La política internacional rusa, en manos de Stalin y tal vez como reacción contra un estado de fracaso interior, se ha convertido en un crimen mostruoso que supera en mucho las más macabras concepciones de Dostoievsky y de Tolstoi ( Los hermanos Karamazof, El poder de las tinieblas). La reacción contra ese error de la República de dejarse arrastrar a la línea bolchevique, la representan genuinamente, sean los que quieran sus defectos, los nacionalistas que se han batido en la gran cruzada antiComitern."
Julián Besteiro, veterano líder y militante del PSOE que el 6 de marzo de 1939 siguió los pasos de Franco tres años antes: junto con anarquistas, socialistas no sovietizados y los tres republicanos del tambor que quedaban en su zona, dio un golpe de Estado contra sus antiguos aliados, los comunistas. Murió en una cárcel española en 1940 de septicemia. Se le había conmutado la pena de muerte por 30 años de prisión, y de no haber fallecido es más que probable que esos 30 se hubieran convertido en los 4 que su socio "golpista", el anarquista Cipriano Mera (amigo de las pistolas, al contrario que Besteiro), pasó en la trena después de las conocidas conmutaciones.
“Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral…”. Me quedo con la reflexión de José Ortega y Gasset.
Lo escrito es historia. Nada más que eso. Documentos.
"Hoy nos han quemado: siete iglesias, seis casas, todos los centros políticos de derecha y el Registro de la Propiedad. A media tarde, incendios en Albacete y Almansa. Ayer, motín y asesinatos en Jumilla. El sábado, Logroño; el viernes, Madrid, tres iglesias. El jueves y miércoles, Vallecas... Han apaleado en la calle Caballero de Gracia a un comandante de uniforme, que no hacía nada. En Ferrol, a dos oficiales de artillería; en Logroño, acorralaron y encerraron a un general y cuatro oficiales. Creo que van más de 200 muertos y heridos desde que se formó el Gobierno (febrero 36), y he perdido la cuenta de las poblaciones en que se han quemado iglesias y conventos: ¡hasta en Alcalá! [donde había nacido]".
Carta de Azaña a Rivas Cherif, su cuñado, días después de las elecciones de 1936, siendo presidente del Gobierno don Manuel
Desde el 16 de febrero de 1936, España cayó en un periodo anárquico y de enorme violencia en el que el gobierno, presidido por el propio Azaña, pero tutelado por la ultra izquierda revolucionaria, liderada por el PSOE de Largo Caballero, fue incapaz de corregir, por temor a ser desalojado del poder por las fuerzas marxistas.
Los diarios de Alcala-Zamora, primer presidente de la II República, enfatizan en este tipo de crímenes, acontecidos desde días antes de los comicios.
“El Frente Popular se adueñó del poder el 16 de febrero gracias a un método electoral tan absurdo como injusto, y que concedió a la mayoría relativa, aunque sea una minoría absoluta, una prima extraordinaria. De este modo, hubo circunscripciones en las que el Frente Popular, con 30.000 votos de menos que la oposición, pudo sin embargo conseguir diez puestos de cada trece, sin que en ningún sitio hubiese rebasado en un 2% al adversario más cercano. Este caso paradójico fue bastante frecuente. Al principio se pensó que el Frente Popular resultaba vencido. Pero cinco horas después de la llegada de los primeros resultados, se comprendió que las masas anarquistas, tan numerosas y que hasta entonces se habían mantenido fuera de los escrutinios, habían votado compactas. Querían mostrar su potencia, reclamar el precio de su ayuda: la paz, y tal vez la misma existencia de la patria.”
“A pesar de los refuerzos sindicalistas, el Frente Popular obtenía solamente un poco más, muy poco, de 200 actas, en un Parlamento de 473 diputados. Resultó la minoría más importante, pero la mayoría absoluta se les escapaba. Sin embargo, logró conquistarla, consumiendo dos etapas a toda velocidad, violando todos los escrúpulos de legalidad y de conciencia.
Primera etapa: desde el 17 de febrero, incluso desde la noche del 16, el Frente Popular, sin esperar el fin del recuento del escrutinio y la proclamación de los resultados, la que debería haber tenido lugar ante las Juntas Provinciales del censo en el jueves 20, desencadenó en la calle la ofensiva del desorden, reclamó el poder por medio de la violencia. Crisis: algunos gobernadores civiles dimitieron. A instigación de dirigentes irresponsables, la muchedumbre se apoderó de los documentos electorales; en muchas localidades los resultados pudieron ser falsificados.
Segunda etapa: Conquistada la mayoría de este modo, le fue fácil hacerla aplastante. Reforzada con una extraña alianza con los reaccionarios vascos (PNV), el Frente Popular eligió la Comisión de Validez de las actas parlamentarias, la que procedió de una manera arbitraria. Se anularon todas las actas de ciertas provincias donde la oposición resultó victoriosa; se proclamaron diputados a candidatos amigos vencidos. Se expulsó de las Cortes a diputados de las minorías. No se trataba solamente de una ciega pasión sectaria, se trataba de la ejecución de un plan deliberado y de gran envergadura. Se perseguían dos fines: hacer de la cámara una convención, aplastar a la oposición y asegurar el grupo menos exaltado del Frente Popular. Desde el momento en que la mayoría de izquierdas pudiera prescindir de él, este grupo no era sino el juguete de las peores locuras”.
Niceto Alcalá-Zamora, presidente de la II República. Editorial publicado en el Journal de Genéve, 17 de febrero de 1937.
¿Fueron unas elecciones legales? Después de lo escrito por Azaña y Alcalá-Zamora, analícese.
Más textos sobre aquellos momentos históricos, quizá no registrados en las nuevas leyes del Gobierno sanchista. Verbigracia
"La razón más profunda de una derrota tan enorme fue la estúpida y brutal dictadura comunista que dirigió nuestra desgraciada guerra y provocó este trágico desenlace."
Max Aub, poeta y escritor, socialista de carné, exiliado hasta que quiso (1969) y vocero del Frente Popular durante la guerra.
"Entramos en el país como heroicos defensores de la democracia y tuvimos que abandonarlo cruzando la frontera de puntillas y con la policía pisándonos los talones. (...) Sin embargo, aunque nosotros salimos bien librados, casi todos nuestros amigos y conocidos están en la cárcel, y es probable que se queden allí indefinidamente; en realidad no se les acusa de nada, sólo son sospechosos de "trotskismo". Cuando me fui sucedían las cosas más terribles: detenciones en masa, heridos sacados a rastras de los hospitales y metidos en celdas, la gente hacinada en calabozos hediondos donde apenas había espacio para acostarse, presos apaleados y medio muertos de hambre, etc, etc."
George Orwell (Eric Arthur Blair, en realidad), escritor y periodista británico nacido en la India; vino a España a luchar al lado de los comunistas y aquí espabiló, convirtiéndose en uno de los más feroces anticomunistas.
"El actual régimen, no puede subsistir sin el apoyo de los socialistas y en cambio la dictadura del proletariado la podemos instaurar sin el concurso de los republicanos. ¿Por qué, entonces, se ha de malgastar en una colaboración inútil las energías que necesitará el marxismo cuando le toque actuar en su día?"
"Quiero decirles a las derechas que si triunfamos colaboraremos con nuestros aliados; pero si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la Guerra Civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos."
Francisco Largo Caballero, líder carismático del PSOE, el "Lenin español", según sus fieles seguidores.
Nótese que el Lenin español, como le gustaba ser reconocido al líder del PSOE marxista, diferencia republicanos de revolucionarios. Los republicanos, Azaña, Alcalá-Zamora, Martínez Barrios era burgueses para los socialistas. Compañeros de viaje.
"Estamos derrotados nacionalmente por habernos dejado arrastrar a la línea bolchevique, que es la aberración política más grande que han conocido quizás los siglos. La política internacional rusa, en manos de Stalin y tal vez como reacción contra un estado de fracaso interior, se ha convertido en un crimen mostruoso que supera en mucho las más macabras concepciones de Dostoievsky y de Tolstoi ( Los hermanos Karamazof, El poder de las tinieblas). La reacción contra ese error de la República de dejarse arrastrar a la línea bolchevique, la representan genuinamente, sean los que quieran sus defectos, los nacionalistas que se han batido en la gran cruzada antiComitern."
Julián Besteiro, veterano líder y militante del PSOE que el 6 de marzo de 1939 siguió los pasos de Franco tres años antes: junto con anarquistas, socialistas no sovietizados y los tres republicanos del tambor que quedaban en su zona, dio un golpe de Estado contra sus antiguos aliados, los comunistas. Murió en una cárcel española en 1940 de septicemia. Se le había conmutado la pena de muerte por 30 años de prisión, y de no haber fallecido es más que probable que esos 30 se hubieran convertido en los 4 que su socio "golpista", el anarquista Cipriano Mera (amigo de las pistolas, al contrario que Besteiro), pasó en la trena después de las conocidas conmutaciones.
“Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral…”. Me quedo con la reflexión de José Ortega y Gasset.
Lo escrito es historia. Nada más que eso. Documentos.
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