Morir por Zamora con las botas puestas

Zamora cuenta con un partido de izquierdas, no radical, sentato, respetuoso con la democracia y la Constitución, que no vino a terminar con la propiedad privada, y que, además, es independiente. También tiene otro de izquierda moderada, muy de la tierra, pero sin representación institucional: Zamora Decide. Y también otra formación de izquierdas, el PSOE, que obedece órdenes superiores, de Valladolid y Madrid, que tampoco es marxista, en principio, porque solo lo conocen por fotografía. El socialismo zamorano, desde Demetrio Madrid, siempre jugó a ganador: fue felipista, zapaterista y ahora sanchista, y mañana, cuando Sánchez se desmorone, del que toque.

En la derecha, contamos con otro partido que depende de quien mande en la autonomía o en el ámbito nacional. Zamora le importa poco. Lo ha demostrado durante décadas. Recuerdo el lector que Maíllo fue la mano derecha, zurda o negra de Mariano Rajoy y todavía no sé qué hizo por su ciudad y provincia y los zamoranos.

También existe otra formación nacional, Vox, del que aún desconocemos quién encabezará la lista al Ayuntamiento, pero también carece de poder provincial. Hará lo que mande Abascal o, en su defecto, el actual vicepresidente de la Junta.

UPL, un partido muy currante, limpio y honrado, no sé sabe si es de derechas, de izquierdas o liberal. Leonesista y, por tanto, preocupado por una de las provincias leonesas  más perjudicadas durante la democracia por decisiones política del PSOE y PP. UPL no es formación ajena  las cuitas zamoranos. Lo viene demostrando.

Pero nuestra ciudad y provincia siente una orfandad absoluta de un partido zamorano liberal, interclasista, que defiende los intereses de los zamoranos aquí y allá. Mientras los zamoranos conservadores y de centro o centro izquierda no encuentren una formación que los represente de verdad, que no obedezca órdenes de Valladolid y Madrid, se les tomará el pelo, se prometerán el agua en una cesta y la vuelta al mundo en 80 días. Zarandajas electorales.

Los zamoranos de la diestra no tienen a quién votar, carecen de opciones electorales, una vez que el PP ha demostrado su incapacidad para darnos lo que exigimos, como sucedió durante los incendios de este verano. Todas las ayudas que lleguen ahora jamás nos harán olvidar el trato del ejecutivo autonómico con esta provincia. Solo le pediría a Mañueco que trata a Zamora como el mismo cariño y mimo que a Valladolid y Burgos.

El PP, el dueño de este cortijo de 10.500 km2, gobernó como le dio la gana. Se beneficiaron de ese poder militantes que acabaron en la función pública, una bicoca; empresarios que recibieron un trato exquisito y exclusivo de presidentes de la Diputación o del Ayuntamiento de Zamora cuando lo gobernaron. Y los zamoranos ya se hartaron de tanto nepotismo político, de innumerables promesas que nunca se hicieron realdad, de sus siervos de la gleba. Cierto que el PP no ha sido el único ni el mayor culpable de nuestros males económicos y sociales, porque el PSOE fue aún más dañino desde la primera legislatura de Felipe González, cuando el gobierno desmanteló Zamora, la aíslo, la minimizó, la olvidó.

Necesitamos zamoranos dispuestos a dar un paso al frente por nuestra tierra, a dar la cara en las instituciones públicas, locales, provinciales y autonómicas y, por qué no, en el Congreso de los Diputados y Senado. Zamora ha sufrido más la inquina política que Teruel. Tenemos que ser más reivindicativos y, si es preciso, morir con las botas puestas en el combate por el progreso de nuestra tierra y de nuestra gente.  

“Sólo se alcanza la categoría de vencido después de haber luchado, y eso distingue al vencido del desertor y del cobarde." Distingámonos como zamoranos después de haber combatido. Nos echarán de nuestra tierra, pero habremos adquirido la categoría de vencidos, más cobardes ni desertores, ni apáticos,

Eugenio-Jesús de Ávila