GESTIÓN FORESTAL
Interesantes aportaciones en la Jornada de Prevención y Extinción de Incendios de IU
Técnicos en gestión forestal, bomberos y políticos reflexiones sobre el futuro de nuestros bosques
Política de la buena, de la que merece el pueblo, de la vieja Hélade, durante la Jornada sobre Prevención y Extinción de Incendios, organizada por Izquierda Unida, que se ha celebrado esta mañana en La Alhóndiga, con dos mesas redondas en las que ha participado técnicos en la materia, bomberos forestales, ganaderos y ecologistas, con interesantes reflexiones, alejadas del partidismo y basadas en la ciencia y la experiencia.
Extracto de algunas de las reflexiones más interesantes pronunciadas por algunos de los participantes en la primera mesa redonda. Verbigracia: la de Pablo Zurro, bombero forestas: “Si la administración sigue actuando de la misma manera, pasaremos de un año puntualmente malo a ser un año normal. No tiene vuelta atrás si no se toman medidas. Repito. El fuego siempre ha estado, pero no siempre hizo el mismo daño, porque ha cambiado la situación. Y el cambio ha sido humano, por lo tanto, hay que hacer un cambio humano a mejor. Cambio en voluntad política: hay que querer hacerlo. La inversión pública hay que verlo como un beneficio para la sociedad. Nosotros, como colectivo, podemos venir a exigir unos derechos que no se nos dan. Pero mientras la sociedad no se conciencia de ello…los incendios no son solo un problema de los bomberos, sino de la sociedad. En Zamora han muerto tres personas, un compañero y dos civiles. Insisto en que este es un problema de la sociedad.El despoblamiento es un problema social. Mientras no haya conciencia social de este problema, será difícil cambiarlo”.
Tras la intervención del bombero forestal, analizó las cuitas Alejandro Martínez, como miembro de una cooperativa que se dedica a la gestión forestal, persona invitada a esta Jornada, para transmitir la experiencia de más de 20 años en la gestión forestal en toda España y también en Castilla y León. Martínez comentó que “hemos ido haciendo un proceso de aprendizaje tecnológico y científico de aquellos aspectos que merecen ser tenidos en cuenta en la gestión forestal, no solo desde el punto de vista de extinción de incendios, sino lo que incide en la gestión forestal como un recurso que nos permite el desarrollo rural y conservación del sistema”.
La opinión de los gestores forestales es básicamente que “hay mucho que recorrer todavía en lo que tiene que ver con la gestión, la base científica de lo que hacemos, y, como datos, solo tenemos un 20% de Castilla y León de superficie forestal ordenada, mitad pública y mitad privada. Un 20%, pues, está ordenado y tiene una planificación, una herramienta básica para saber hacia dónde va el bosque, darle un seguimiento y controlarlo. Ha habido una evolución, porque en 2005 solo había un 10%. Pero hay otras comunidades en las que fijarse, como Navarra, que alcanza el 58%. Castilla y León está en la medida, pero es una comunidad muy forestal en la cual el sector, como recurso económico, solo aporta el 1% al PIB. Por lo tanto, hay margen de crecimiento, que debería basarse en políticas de implementación y de conocimiento científico y con lo que tiene que ver con políticas que valoren lo industrial, para que el producto forestal pase de ser una materia prima barata a ser algo con recorrido tecnológico y crear empleo. Detrás de los incendios subyacen problemas profundos de lo que tiene que ver con modernización del sector y apuesta para que en los pueblos haya una industria asociada al recurso que se tiene, que ese el agrícola y ganadero, pero también el forestal, con la madera, la biomasa y otros servicios como el senderismo, el montañismo y el turismo rural”.
Las medidas que se deberían planificar, según Alejandro Martínez, sería “invertir en planificación, con todos los montes que tuvieran un enfoque técnico; cómo gestiono unidades mayores de territorios que vayan más allá del monte, con un avance coordinado. Hace falta una reordenación del territorio. Atender a la estructura de la propiedad forestal en la región, donde hay más de 700.000 propietarios, y la finca media está en poco más de seis Ha. Es de una gran complejidad incentivar la coordinación de actuaciones con un número tan amplio de montes y propietarios. La legislación sobre este sector también está algo verde”.
Eva García Sempere, de Ganaderas en la Red, confesó que “el ser humano no es el centro, sino pensar en una mayor diversidad. Es muy importante. No podemos seguir aplicando las mismas fórmulas desde hace años. La gestión forestal tiene que tener en cuenta el cambio climático, para aplicar soluciones distintas a las que teníamos hasta ahora. Se habla de prevención para mitigar el impacto, pero los incendios van a seguir produciéndose y cada vez más. Por lo tanto, lo que tenemos que hacer es planificar para que sean lo menos virulentos posible. Pero seguirán produciéndose, como sucedió siempre. Lo que hay que evitar es estos incendios tan violentos e incontrolados como los sufridos en la provincia de Zamora, incendios de sexta generación”.
Considera que hay que poner fin a los monocultivos, el llamado paisaje mosaico. El monocultivo significa que todos los ejemplares tienen la misma edad, que se trata de bosques densísimos, con especies que no está adaptados al terreno. Sucede que el pino crece más rápido y le puedes sacar más rendimiento, y evitar las grandes extensiones continuas. Debe haber varias especies y debe haber huecos en el dosel, con pastos, por ejemplo. Hay que hacer clareos, porque el aumento de la sequía, el estrés de los ejemplares es tremendo. Hay que talar masas forestales, para que los especímenes que quedan crezcan con mucha más fuerza ante la posibilidad de plagas e incendios. Es importante saber qué se hace después de los incendios. Se intentó conservar gran parte de la manera, porque el suelo necesita de los nutrientes que le aporta la madera. La descomposición de la madera, no obstante, es un proceso muy lento. Para que tener un suelo que aporte beneficios, hay que tener paciencia. Si eliminas toda la madera, no hay protección del terreno y si vienen lluvias fuertes, se acaba contaminando las aguas. Hay que repoblar con castaños, encinas, sauces de ribera. La naturaleza también se regenera”.
A la jornada, asistieron Francisco Guarido, alcalde de Zamora, y Miguel Ángel Viñas, teniente de Alcaldía.
Política de la buena, de la que merece el pueblo, de la vieja Hélade, durante la Jornada sobre Prevención y Extinción de Incendios, organizada por Izquierda Unida, que se ha celebrado esta mañana en La Alhóndiga, con dos mesas redondas en las que ha participado técnicos en la materia, bomberos forestales, ganaderos y ecologistas, con interesantes reflexiones, alejadas del partidismo y basadas en la ciencia y la experiencia.
Extracto de algunas de las reflexiones más interesantes pronunciadas por algunos de los participantes en la primera mesa redonda. Verbigracia: la de Pablo Zurro, bombero forestas: “Si la administración sigue actuando de la misma manera, pasaremos de un año puntualmente malo a ser un año normal. No tiene vuelta atrás si no se toman medidas. Repito. El fuego siempre ha estado, pero no siempre hizo el mismo daño, porque ha cambiado la situación. Y el cambio ha sido humano, por lo tanto, hay que hacer un cambio humano a mejor. Cambio en voluntad política: hay que querer hacerlo. La inversión pública hay que verlo como un beneficio para la sociedad. Nosotros, como colectivo, podemos venir a exigir unos derechos que no se nos dan. Pero mientras la sociedad no se conciencia de ello…los incendios no son solo un problema de los bomberos, sino de la sociedad. En Zamora han muerto tres personas, un compañero y dos civiles. Insisto en que este es un problema de la sociedad.El despoblamiento es un problema social. Mientras no haya conciencia social de este problema, será difícil cambiarlo”.
Tras la intervención del bombero forestal, analizó las cuitas Alejandro Martínez, como miembro de una cooperativa que se dedica a la gestión forestal, persona invitada a esta Jornada, para transmitir la experiencia de más de 20 años en la gestión forestal en toda España y también en Castilla y León. Martínez comentó que “hemos ido haciendo un proceso de aprendizaje tecnológico y científico de aquellos aspectos que merecen ser tenidos en cuenta en la gestión forestal, no solo desde el punto de vista de extinción de incendios, sino lo que incide en la gestión forestal como un recurso que nos permite el desarrollo rural y conservación del sistema”.
La opinión de los gestores forestales es básicamente que “hay mucho que recorrer todavía en lo que tiene que ver con la gestión, la base científica de lo que hacemos, y, como datos, solo tenemos un 20% de Castilla y León de superficie forestal ordenada, mitad pública y mitad privada. Un 20%, pues, está ordenado y tiene una planificación, una herramienta básica para saber hacia dónde va el bosque, darle un seguimiento y controlarlo. Ha habido una evolución, porque en 2005 solo había un 10%. Pero hay otras comunidades en las que fijarse, como Navarra, que alcanza el 58%. Castilla y León está en la medida, pero es una comunidad muy forestal en la cual el sector, como recurso económico, solo aporta el 1% al PIB. Por lo tanto, hay margen de crecimiento, que debería basarse en políticas de implementación y de conocimiento científico y con lo que tiene que ver con políticas que valoren lo industrial, para que el producto forestal pase de ser una materia prima barata a ser algo con recorrido tecnológico y crear empleo. Detrás de los incendios subyacen problemas profundos de lo que tiene que ver con modernización del sector y apuesta para que en los pueblos haya una industria asociada al recurso que se tiene, que ese el agrícola y ganadero, pero también el forestal, con la madera, la biomasa y otros servicios como el senderismo, el montañismo y el turismo rural”.
Las medidas que se deberían planificar, según Alejandro Martínez, sería “invertir en planificación, con todos los montes que tuvieran un enfoque técnico; cómo gestiono unidades mayores de territorios que vayan más allá del monte, con un avance coordinado. Hace falta una reordenación del territorio. Atender a la estructura de la propiedad forestal en la región, donde hay más de 700.000 propietarios, y la finca media está en poco más de seis Ha. Es de una gran complejidad incentivar la coordinación de actuaciones con un número tan amplio de montes y propietarios. La legislación sobre este sector también está algo verde”.
Eva García Sempere, de Ganaderas en la Red, confesó que “el ser humano no es el centro, sino pensar en una mayor diversidad. Es muy importante. No podemos seguir aplicando las mismas fórmulas desde hace años. La gestión forestal tiene que tener en cuenta el cambio climático, para aplicar soluciones distintas a las que teníamos hasta ahora. Se habla de prevención para mitigar el impacto, pero los incendios van a seguir produciéndose y cada vez más. Por lo tanto, lo que tenemos que hacer es planificar para que sean lo menos virulentos posible. Pero seguirán produciéndose, como sucedió siempre. Lo que hay que evitar es estos incendios tan violentos e incontrolados como los sufridos en la provincia de Zamora, incendios de sexta generación”.
Considera que hay que poner fin a los monocultivos, el llamado paisaje mosaico. El monocultivo significa que todos los ejemplares tienen la misma edad, que se trata de bosques densísimos, con especies que no está adaptados al terreno. Sucede que el pino crece más rápido y le puedes sacar más rendimiento, y evitar las grandes extensiones continuas. Debe haber varias especies y debe haber huecos en el dosel, con pastos, por ejemplo. Hay que hacer clareos, porque el aumento de la sequía, el estrés de los ejemplares es tremendo. Hay que talar masas forestales, para que los especímenes que quedan crezcan con mucha más fuerza ante la posibilidad de plagas e incendios. Es importante saber qué se hace después de los incendios. Se intentó conservar gran parte de la manera, porque el suelo necesita de los nutrientes que le aporta la madera. La descomposición de la madera, no obstante, es un proceso muy lento. Para que tener un suelo que aporte beneficios, hay que tener paciencia. Si eliminas toda la madera, no hay protección del terreno y si vienen lluvias fuertes, se acaba contaminando las aguas. Hay que repoblar con castaños, encinas, sauces de ribera. La naturaleza también se regenera”.
A la jornada, asistieron Francisco Guarido, alcalde de Zamora, y Miguel Ángel Viñas, teniente de Alcaldía.




















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