Eugenio de Ávila
Miércoles, 21 de Septiembre de 2022
RES PÚBLICA

El verdadero enemigo del pueblo

[Img #69849]Los políticos son, en esencia, los verdaderos enemigos del pueblo, al que prometen un paraíso en la tierra y le obligan a vivir en un purgatorio de cuitas; al que engañan, una y otra vez, sin vergüenza; al que acuden para mantenerse en el poder y después olvidan.

 

Desde las primeras elecciones libres, 15 de junio de 1977, la democracia española se ha ido corrompiendo, degradando, hasta apartar la ética de toda acción política. Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de la miseria. Aserto de Marx, no de Karl, sino de Groucho. Ambos judíos, el de Tréveris, converso.

 

Todos los partidos, con un líder destacado, el PSOE, seguido muy cerca por el PP, delinquieron, robaron dinero público, que es suyo y mío.  Un político, el Jordi Pujol, oxímoron, un honorable ladrón, que nunca ha entrado en prisión, se convirtió en uno de los plutócratas más destacados de España, merced a su estancia como máximo mandatario de la Generalidad.

 

En este estío de 2022, 45 años después, los ciudadanos, salvo los hooligans de los partidos, personajes que tienen mucho que agradecer -colocaciones, labores y trabajos- desprecian a los políticos, no se fían, nunca se le ocurriría darles la espalda, ni invitarles a comer.

 

La gente, que sufre el proselitismo del poder a través de los medios de comunicación, con énfasis en las televisiones, todas en manos de Pedro Sánchez, anda enojada, perdida, sin rumbo; solo sabe que sus salarios han perdido poder adquisitivo, que no llega a final de mes y que no se puede permitir lujo alguno.

 

 La gente sabe que los políticos se creen ya sus propias mentiras. La gente culta, poca, recuerda que Lenin, después copiado por Goebbels, afirmó que la mentira es un arma revolucionaria. La gente ha perdido la fe en la política, en los que la practican, porque contempla que hay una casta que vive por encima de sus posibilidades, cobrando sueldos extraordinarios y que recibirá las pensiones más elevadas del Estado, mientras que la gran mayoría las pasa putas con jubilaciones miserables.

 

En verdad, Jardiel Poncela, puro talento, un genio del humor, lo sabía: “El que no se atreve a ser inteligente, se hace político”. Sobre el particular, ironizaba: “Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian el programa”.

 

Los verdaderos enemigos del pueblo no son las grandes compañías energéticas, en las que ocupan cargos importantes ex ministros del PSOE; ni la Banca, accionistas esenciales de medios de comunicación al servicio del Gobierno. Los que se mofan del pueblo, de la gente, son los políticos.

 

Francisco Guarido, alcalde de la ciudad de Zamora, y su tocayo, Requejo, presidente de la Diputación, son políticos a lo Pericles. Los Maíllo, Barrios, Martín Pozo, Antidio Fagúndez, por poner ejemplos de tirios y troyanos, sí son políticos, porque aspiran a jubilarse en el cargo que ahora ocupan.

Eugenio-Jesús de Ávila

 

 

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