Presupuestos decepcionantes

No presencié la rueda de prensa de Antidio Fagúndez, diputado nacional, y José Fernández Blanco, senador por Zamora, dando cuenta de lo que contempla el PGE 2023 para nuestra provincia. De haber estado presente, les habría preguntado por esa partida de 20 millones de euros del Ministerio de Defensa, destinada, supongo, Monte la Reina: ¿Ese montante económico es el mismo que el reflejado en el anterior PGE 2022 o se gastó ya, o los de este próximo 2023 se acumulan sobre los de 2022? Como ningún periodista de los presentes preguntó sobre este particular, vivo sin vivir en mí, porque ignoro si es más de lo mismo, si es la misma zanahoria de los 20 millones de euros o es otro juego de malabares.

Sea como fuere, nos conceden estas migajas en el año de más gasto público de la historia de España. Nos creen menesterosos que nos conformamos con un mendrugo de pan duro. Ignoran que por estos pagos ya nos sabemos todos los cuentos, porque León Felipe nació en Tábara, tierra zamorana.

Si fuera Antidio o Pepe lo pasaría muy mal defendiendo un imposible.  Fagúndez y Fernández me parecen dos tipos bizarros, dos héroes defendiendo unas cuentas del Estado para Zamora, para la provincia más humilde de España, infames. Ambos, no obstante, por lo que he leído, pusieron énfasis en la subida de las pensiones; pero los zamoranos son los jubilados con los salarios más bajos de toda España, y los que cobran mucho, por encima de los 2.000 euros, recibirán mejor sueldo que la gran mayoría, que percibe pensiones de miseria. Por lo tanto, como expliqué ayer: se abre una brecha aún más ancha entre los jubilados ricos y los pobres. Pura igualdad.

También se nos habla, de nuevo, de la inversión en la autovía entre Zamora y la frontera lusa. En tres años, Alcañices dejará de ser atravesada por grandes camiones y turismos; pero ignoro cuando un zamorano de la capital podrá ir a Braganza sin pasarlas putas, si no conduciendo por una autovía moderna. La N-122 es la carretera de la vergüenza de nuestra nación, calificativo con el que defino también el Puente de la Estrella y la N-631.  Esta provincia debería pedir su anexión a la nación portuguesa. A media que pasa el tiempo, maldigo la derrota de la Beltraneja ante las tropas de Fernando el Católico. Ahora seríamos una gran provincia lusa, no el ano o recto de España, de una nación en quiebra ética, intelectual y económica, gobernada por sus enemigos seculares.

Comprobamos, por enésima vez, que este PSOE sanchista es muy izquierdas, tanto que la autonomía que más inversiones recibirá en 2023, al decir del PGE, será Cataluña, la más rica. Mientras, Zamora, con la que este partido mantiene una deuda histórica desde que Felipe decidió desinvertir organismos e instituciones del Estado, se muere. Y aquí, al lado, Valladolid sigue siendo la ciudad preferida para instalar grandes factorías. La Junta de Castilla, que no de León, tendrá parte de culpa de estas inversiones que atraerán a miles de trabajadores, muchos, seguro, zamoranos.

La Biorrefinería de Barcial, por el contrario, jamás recibió un favor del PP de Valladolid, sino argumentos falaces para desinteresar a los potenciales constructores. Quizá a los populares que viven en Pucela les interese más que multinacionales construyan sus fábricas allí. Pudiera ser que los políticos vallisoletanos hayan adquirido locales y pisos en la capital, que podrían vender más fácilmente, al aumentar más y más su población.

Creo que fue Tierno Galván, otro pájaro de cuenta, un intelectual que nació en Madrid, pero al que le gustaba afirmar que vio la luz primera en Soria, el que dijo que los presupuestos se hacen para no cumplirse.

Hasta que Zamora no tenga su partido, ni la N-122 se convertirá en autovía entre la capital y la frontera lusa; ni Monte la Reina recibirá dos batallones del Ejército español. Y, convencido estoy de que el Puente de la Estrella y esa nacional del tercer mundo seguirán tal cual. Y, si Feijóo ganase al sanchismo en las urnas, tampoco Zamora iría mucho mejor. Estamos solos. O nos unimos contra estas lacras políticas o nuestra tierra solo será espacio para la fauna salvaje y el disfrute de los ricos. Eso sí, Pedro y sus cuates se subirán los sueldos un 4%. Perfecto. Nos dan tanto trabajo.

Eugenio-Jesús de Ávila