El Museo desparramado

Con este nombre tan solemne ha bautizado mi vecina Marisol a las vicisitudes,  acontecidas en los pasados días,  referentes a la construcción del nuevo Museo de Semana Santa y a todo lo que le ha rodeado y lo que “te rondaré morena”.

A ver, me explico, como todos sabréis se ha vaciado ya el antiguo Museo de Semana Santa para proceder a su derribo. Y en ese mismo solar, mas otro adyacente, se construirá un nuevo edificio nuevo provisto de sótano y dos alturas más, que constituirá el nuevo y flamante Museo de Semana Santa que Zamora estaba pidiendo a gritos desde hace muchos años. Aproximadamente serán unos 5.400 metros cuadrados, repartidos en dos alturas más sótano y que tendrá un coste de casi ocho millones de euros, que financiarán entre la Junta de Castilla y León, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Zamora en distintas cantidades. Hay que añadir y destacar que el Ayuntamiento también colaborará rebajando al máximo el impuesto de Construcción, Instalaciones y Obras, así como con subvenciones de 50.000 euros para la digitalización del museo, otras de 25.000 para el traslado de los pasos a los emplazamientos provisionales y una asignación anual de 55.000 euros.  

Para el proyecto de obras ya se tiene licencia desde el pasado mes de Septiembre y se espera el comienzo de las mismas en el plazo más breve posible. Eso sí, ya nos avisan de que la obra tiene un plazo de ¡TRES AÑOS!. Vamos a ver, ¿no son muchos años para éste museo?. Porque el anteproyecto está hecho desde Agosto del 2018, han pasado cuatro años y no me vale que ha habido una pandemia por el medio porque la construcción, precisamente la construcción, ha sido una de las pocas cosas que no paró en ese tiempo; mejor dicho, paró dos semanas al principio del todo y se reanudó enseguida. Luego ha habido tiempo de sobra para proyectar, derribar y construir dos museos en todo este tiempo.

Pero sigamos con la exposición sin pararnos, de momento, en averiguar quién se va a hacer cargo de los gastos de gestión y mantenimiento del nuevo museo cuando éste esté en marcha. Doña Isabel, la presidenta de la Junta Pro Semana Santa, dijo recientemente de forma muy velada y ambigua, más bien entre dientes, como si no quisiese decirlo, que la Junta de Castilla y León estaba muy interesada en éste museo y habló, repito, como mordiéndose la lengua, de la red museística de la JCYL. ¿Qué quiso decir Doña Isabel?. Porque claro, no sería de recibo que después de la millonada que se va a invertir en un museo moderno, digno para el patrimonio imaginero que tenemos en Zamora, éste siguiera ¿gestionado? como “La casa de Tócame Roque”, que lo que se venía haciendo hasta ahora. Allí entraba y salía cualquiera, a cualquier hora de cualquier día, siempre y cuando tuviera a su disposición la llave del edificio. ¡Cuántas veces hemos visto a algún preboste enseñando a sus “amiguetes” las maravillas allí almacenadas!

-Bueno, Kebedo, estás hoy dejándome sin espacio para opinar de éste asunto. Y el desparrame es cosa mía-, me recrimina mi vecina Marisol, que hoy viene ya, acompañada de su amiga Concepción, de tomarse un café con una bamba de nata.

-Pues tienes razón Marisol; ¿a qué viene eso del desparrame?.

-Pues a que, como ya sabrás, todos los pasos se han repartido en distintas ubicaciones de la ciudad. Se han llevado a paneras, iglesias e incluso a la Catedral y están allí expuestos o encerrados, según el caso. Y digo yo, ¿no se podría habilitar un ticket múltiple, a un precio módico, con el que se pueda acceder a todo los edificios e iglesias donde están ubicados los pasos y así se sacarían unos buenos dineros , de paso, se “obligaría” a los visitantes a recorrer la ciudad y visitar distintos rincones de la misma?. Porque ahora mismo, algunos pasos pueden visitarse gratuitamente, otros pagando, como la Catedral, y otros es imposible-.

-No es mala idea, Marisol-, le dice Concepción, ya sabéis, la funcionaria eficiente que nunca dice palabrotas, -es más, me parece genial el que los visitantes tengan un motivo más para recorrer las calles de Zamora y vean todo lo bonito que tenemos que enseñar-.

-Pues, aún se me olvida algo-, salta mi vecina con mucho ímpetu, -¿Sabéis que ya ha habido un percance en la panera de la Junta de Cofradías?. Ha habido una gran filtración de agua, procedente de la planta superior, que ha dañado tres mesas de la Congregación?. Esperemos que exista un seguro que pueda cubrir la restauración de esas mesas. Los seguros están para estos casos imprevistos, incluso para los previstos, porque hay que prever cualquier tipo de inconveniente, máxime cuando se tiene un grandísimo patrimonio como tenemos en ésta ciudad, que debemos cuidar con el mayor de los esmeros. Sería muy triste y grave que perdiéramos alguna imagen por la falta de previsión en la contratación de una póliza de seguros en una situación tan previsible como ésta. Sacar los pasos del museo, desparramarlos, trasladarlos y depositarlos en otras ubicaciones, necesita una cobertura especial de seguro que, suponemos, estará hecha. ¿O no?-.

Kebedo.