El entorno del clínico, enfermo de abandono

Hay visitas obligadas a la ciudad, para los que residen en la provincia. Seguramente no es lo que más preocupa a quien pisa el clínico, pero la imagen que recibe, bajando la rampa o la alternativa de escaleras acoplada, no es la más grata. Hay lo que hay, pero está totalmente abandonado, como el resto de la ciudad.

Ya que no es solo una de las empresas concesionarias  municipales la que no cumple debidamente su cometido, con dependencia de su correspondiente concejalía, sino que son varias las implicadas, la responsabilidad obviamente es de la cabeza, por tanto de la alcaldía. El repertorio de desatenciones es variado. Que las aceras estén cubiertas por una alfombra de hojas, parece de  lo más normal en la época otoñal pero no lo resulta tanto cuando, ese manto pasa varios días sin retirarse, como puede comprobar quien transite por el lugar con frecuencia. Hojas, y lo que nos son hojas, porque las acumulaciones de otras suciedades también pueden verse por las aceras y los recovecos de esta, en aquella discrepancia entre si es el servicio de limpieza quien debe hacerse cargo de su retirada, o es el servicio de jardines, por estar entre aquí y allí. Unos por otros la casa por barrer.            

Tras la conclusión del aparcamiento se urbanizó, guste más o menos, la zona, con sus jardines, de lo que nada queda, no es que no permanezca nada vegetal, ni siquiera los conductos de riego están útiles repartidos malamente por el suelo. Ocurriendo lo mimo en las jardineras, que sin riego difícilmente puede sobrevivir lo plantado.

No nos quejemos los peatones que los vehículos, y sus conductores también sufren las consecuencias de la falta de atención de la zona, rodando sobre los adoquines sueltos y los correspondientes baches formados por ello, en esta ciudad sufrimos todos. Queda añadir que tuvieron mucho interés en cambiar el nombre, conforme correspondía por ley a la calle, pero no lo han tenido tanto en mantenerla en buen estado. Parece que lo que más le interesa no es la mejora de la ciudad.

Manuel Herrero Alonso