Exigua cultura en Zamora

En estos días lluviosos que deberíamos celebrar, porque contribuyen a llenar pantanos y a que el campo no se cuartee, presiento, sin embargo, un ánimo melancólico, apático y algo triste en los habitantes de esa Zamora del alma que muchos amamos con fidelidad y apasionamiento.

Insertos como estamos en un otoño cultural, vivo y presente tras el periodo veraniego, ignoro si es porque no se publicitan debidamente los diversos actos que se dan cita en museos, bibliotecas y centros culturales, pero a la gente de a pie no le llegan las actividades que promueve la ciudad del Duero; como mucho aparecen en la prensa local, en un recuadrito donde brevemente se reseñan, como si se tratara de un simple anuncio o una esquela. 
La consecuencia es que auditorios, bibliotecas y museos aparecen menos concurridos de lo que sería deseable y mucha gente no acude por falta de publicidad, ya que he podido constatar que sienten interés por conferencias, exposiciones, presentaciones o charlas, que no llegan al público.

Siempre he dicho que lo que no se ve, no existe; y que es vital dar a conocer trabajos, investigación e iniciativas que redunden en beneficio de Zamora, para difundirla en el interior y extramuros. No basta que aparezcan en un catálogo y luzcan como eventos de cara a una estadística local o autonómica; creo que debe hacerse un esfuerzo importante y mantenido para que obras realizadas con ilusión y entrega, máxime si son de autores zamoranos o tratan de la provincia, se mimen y divulguen para que el público acuda a conocerlas.