NUESTRA HISTORIA
Hospital de la Maternidad
Comenzaba la década de los años cincuenta, tenía yo veinte años recién cumplidos y mi función era la de regular el tráfico en los cruces urbanos, que por entonces era más bien escaso: vehículos de motor, abundantes bicicletas, carros, triciclos y los más diversos artilugios con ruedas.
En intersecciones como la conocida por "el Bazar Jota", transcurrían mis jornadas de servicio organizando la circulación de las calles San Torcuato, Santiago y El Riego. Una de las imágenes que tenía permanentemente ante mí era la portada del hospital de Sotelo. Aquel edificio ya desaparecido fue hospital desde el siglo XVI y dedicado a Casa de Maternidad a partir de 1768.
Allí nacieron muchos niños en la más absoluta reserva; pocas personas, incluso dentro del establecimiento, conocían el secreto de aquellas madres solteras que acudían a dar a luz y luego dejaban al recién nacido para que fuera criado en el hospicio.
Diariamente, asomaba al portalón alguna de las monjitas (recuerdo a Sor Asunción, Sor Dolores y Sor Ángela) , siempre daban los buenos días al guardia de la circulación que estaba en el cruce. En aquella fachada podía leerse esculpido en la piedra: " Este Hospital mandó hacer y fundó Don Alonso de Sotelo, Comendador y Caballero de la Orden de Santiago. Año 1526." Para aquellos tiempos, se trataba de una institución muy notable, que se autofinanciaba con los rendimientos de las tierras que la familia Sotelo poseían el Tierra de Campos y otras poblaciones de la provincia.
Aunque en un principio el hospital era para pobres de ambos sexos, a partir de 1769 se dedicó a Casa de Maternidad por disposición del Obispo Antonio Jorge y Galván, que fundó unas salas destinadas a garantizar el anonimato de las parturientas y salvar la vida de las criaturas que eran trasladadas al Hospital de Expósitos de Salamanca, hasta que en 1796 Zamora tuvo su propia Inclusa.
En consecuencia, aquellos partos secretos dieron lugar a que muchos de aquellos huérfanos fueran adoptados por familias de otras provincias y que todavía hoy existan personas que buscan su origen biológico.
El año 1995, cuando ya estaba jubilado, una vecina de Valencia me pidió ayuda para localizar a su madre biológica. Sabía que había nacido en la Casa de Maternidad de Zamora el 19 de julio de 1940, pero carecía de más datos. Conseguimos averiguar que la institución la había enviado a Sarracín de Aliste para que fuera amamantada y que allí vivían aún dos "hermanos de leche", quienes la acogieron con mucho cariño. De su madre biológica no se pudo saber nada concreto.
Más suerte hubo con las gestiones de otras dos zamoranas , avecindadas en la provincia de Valencia, también nacidas en la Casa de Maternidad de Zamora, de las que conseguimos localizar a varios hermanos y parientes en la provincia de Zamora. Fui testigo del emocionado encuentro de aquellas familias que hasta aquel momento no se conocían ni sabían de su existencia.
Balbino Lozano
Comenzaba la década de los años cincuenta, tenía yo veinte años recién cumplidos y mi función era la de regular el tráfico en los cruces urbanos, que por entonces era más bien escaso: vehículos de motor, abundantes bicicletas, carros, triciclos y los más diversos artilugios con ruedas.
En intersecciones como la conocida por "el Bazar Jota", transcurrían mis jornadas de servicio organizando la circulación de las calles San Torcuato, Santiago y El Riego. Una de las imágenes que tenía permanentemente ante mí era la portada del hospital de Sotelo. Aquel edificio ya desaparecido fue hospital desde el siglo XVI y dedicado a Casa de Maternidad a partir de 1768.
Allí nacieron muchos niños en la más absoluta reserva; pocas personas, incluso dentro del establecimiento, conocían el secreto de aquellas madres solteras que acudían a dar a luz y luego dejaban al recién nacido para que fuera criado en el hospicio.
Diariamente, asomaba al portalón alguna de las monjitas (recuerdo a Sor Asunción, Sor Dolores y Sor Ángela) , siempre daban los buenos días al guardia de la circulación que estaba en el cruce. En aquella fachada podía leerse esculpido en la piedra: " Este Hospital mandó hacer y fundó Don Alonso de Sotelo, Comendador y Caballero de la Orden de Santiago. Año 1526." Para aquellos tiempos, se trataba de una institución muy notable, que se autofinanciaba con los rendimientos de las tierras que la familia Sotelo poseían el Tierra de Campos y otras poblaciones de la provincia.
Aunque en un principio el hospital era para pobres de ambos sexos, a partir de 1769 se dedicó a Casa de Maternidad por disposición del Obispo Antonio Jorge y Galván, que fundó unas salas destinadas a garantizar el anonimato de las parturientas y salvar la vida de las criaturas que eran trasladadas al Hospital de Expósitos de Salamanca, hasta que en 1796 Zamora tuvo su propia Inclusa.
En consecuencia, aquellos partos secretos dieron lugar a que muchos de aquellos huérfanos fueran adoptados por familias de otras provincias y que todavía hoy existan personas que buscan su origen biológico.
El año 1995, cuando ya estaba jubilado, una vecina de Valencia me pidió ayuda para localizar a su madre biológica. Sabía que había nacido en la Casa de Maternidad de Zamora el 19 de julio de 1940, pero carecía de más datos. Conseguimos averiguar que la institución la había enviado a Sarracín de Aliste para que fuera amamantada y que allí vivían aún dos "hermanos de leche", quienes la acogieron con mucho cariño. De su madre biológica no se pudo saber nada concreto.
Más suerte hubo con las gestiones de otras dos zamoranas , avecindadas en la provincia de Valencia, también nacidas en la Casa de Maternidad de Zamora, de las que conseguimos localizar a varios hermanos y parientes en la provincia de Zamora. Fui testigo del emocionado encuentro de aquellas familias que hasta aquel momento no se conocían ni sabían de su existencia.
Balbino Lozano
Santi D. Fidalgo | Viernes, 27 de Junio de 2025 a las 17:09:01 horas
Buenas, podría encontrar algo de un tío mío nacido en 1930 aprox. mi abuela lo dejó allí por trabajo de amantar a otro y perdió la documentación cruzando la frontera y nunca se lo entregaron, fue su peor desdicha, y sus ultimas palabras
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