DENUNCIAS
El derecho de derroche
Pistas iluminadas hasta las tantas o toda la noche sin que nadie haga uso de ellas.
Una monedita ponía en marcha el mecanismo, la luz se encendía durante una hora. Fue la primera pista deportiva de la ciudad, al resto de los barrios tardaron en llegar. El mecanismo funcionaba, pero parecía muy golosa una caja con monedas en un parque alejado de las viviendas. En efecto, poco duró. Hubo que suprimir el invento y para no perjudicar a los deportistas, que poca culpa tenían, facilitarles luz de forma continua, hubiera o no alguien haciendo uso de las instalaciones, hasta una hora prudencial. Aumentaba el gasto y con nula recogida de dinero. Tampoco antes se conseguía recaudar, siquiera se intentaba obtener beneficios, resultaba algo simbólico que pretendia que la luz funcionara solo cuando se necesitaba, en el parque de Olivares.
En los momentos, donde se cuestiona el gasto prescindible de luz, como la temperatura a mantener en los locales, con independencia de la actividad de estos, cabe preguntarse si la administración, también pone de su parte. Pregunta absurda tratándose de Zamora. No, no lo hace.
Así, aun con perjuicio para sus intereses, los negocios apagan sus escaparates a las diez de la noche, independientemente de que su consumo sea mínimo, incluso aunque proceda de placas solares, mientras los tres focos de las pistas de petanca en la orilla del rio, se mantienen encendidos toda la santa noche. No, no hay nadie a altas horas de la madrugada que le dé por ir a lanzar la bola, no es por falta de contrincante.
El resto de pistas deportivas, con más o menos usuarios durante el día, mantiene su iluminación hasta medianoche. No siendo mala hora para quedar a oscuras, eso sí, mucho antes pueden estar vacías y con todos los focos encendidos. No disponen, descartemos el de la monedita, ningún mecanismo para que el alumbrado de las pistas esté en funcionamiento solo y cuando se necesite, que se corresponde con el tiempo que los deportistas estén haciendo uso de la instalación. La tecnología, sí que permite un encendido inteligente y planificado, mediante la incorporación de dispositivos adecuados, con una amortización de la inversión a corto plazo, que supondría un ahorro real de energía.

Manuel Herrero Alonso
Una monedita ponía en marcha el mecanismo, la luz se encendía durante una hora. Fue la primera pista deportiva de la ciudad, al resto de los barrios tardaron en llegar. El mecanismo funcionaba, pero parecía muy golosa una caja con monedas en un parque alejado de las viviendas. En efecto, poco duró. Hubo que suprimir el invento y para no perjudicar a los deportistas, que poca culpa tenían, facilitarles luz de forma continua, hubiera o no alguien haciendo uso de las instalaciones, hasta una hora prudencial. Aumentaba el gasto y con nula recogida de dinero. Tampoco antes se conseguía recaudar, siquiera se intentaba obtener beneficios, resultaba algo simbólico que pretendia que la luz funcionara solo cuando se necesitaba, en el parque de Olivares.
En los momentos, donde se cuestiona el gasto prescindible de luz, como la temperatura a mantener en los locales, con independencia de la actividad de estos, cabe preguntarse si la administración, también pone de su parte. Pregunta absurda tratándose de Zamora. No, no lo hace.
Así, aun con perjuicio para sus intereses, los negocios apagan sus escaparates a las diez de la noche, independientemente de que su consumo sea mínimo, incluso aunque proceda de placas solares, mientras los tres focos de las pistas de petanca en la orilla del rio, se mantienen encendidos toda la santa noche. No, no hay nadie a altas horas de la madrugada que le dé por ir a lanzar la bola, no es por falta de contrincante.
El resto de pistas deportivas, con más o menos usuarios durante el día, mantiene su iluminación hasta medianoche. No siendo mala hora para quedar a oscuras, eso sí, mucho antes pueden estar vacías y con todos los focos encendidos. No disponen, descartemos el de la monedita, ningún mecanismo para que el alumbrado de las pistas esté en funcionamiento solo y cuando se necesite, que se corresponde con el tiempo que los deportistas estén haciendo uso de la instalación. La tecnología, sí que permite un encendido inteligente y planificado, mediante la incorporación de dispositivos adecuados, con una amortización de la inversión a corto plazo, que supondría un ahorro real de energía.

Manuel Herrero Alonso





























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