Balbino Lozano
Lunes, 28 de Noviembre de 2022
NUESTRA HISTORIA

Zamora la "Vieja"

[Img #72449]Tal vez porque importantes nobles residieron  allí algún tiempo,  tal vez por ser el centro de intereses territoriales, acaso porque allí se debatieron cuestiones transcendentales para la defensa de la región, lo que hoy son las ruinas de CASTROTORAFE  se ha venido conociendo como “Zamora la Vieja”.


A veintidós kilómetros de la actual capital de Zamora, a poco más de dos kilómetros de San Cebrián de Castro existen las ruinas de aquella antigua población que, en la actual soledad y abandono se presta  muy a propósito para la leyenda.


En la parte noroeste de lo que fue el poblado, sobre la escarpada margen del Esla se elevan las ruinas de lo que fue el castillo,  del que se observa un fuerte murallón almenado con cuatro torreones circulares  en los ángulos, y el cuerpo interior  con grandes torres que se unían a la muralla; debió tener  como  objeto de defensa un puente  que miraba hacia la ribera del río.


Mucho más antiguo que la fortaleza es el origen del pueblo, como lo demuestran algunos restos de  estructuras  que manifiestan su procedencia romana.  Según se describe en el itinerario de Antonino Augusto, la villa de Castrotorafe sería la “Vicum aquarium” situada a LXXII millas de “Astúrica” y LVII de Salmántica.


 Castrotorafe llegó a adquirir bastante importancia y prosperidad en el siglo XII, cuando en 1129 Alfonso VI y su esposa la reina Berenguela concedieron al concejo de Castrotorafe el Fuero de Zamora, señalándole términos de jurisdicción tan extensos, que entre otros,  tenían por límites a Otardáguila, la carretera de Toro, Valderas, Bretó, Escober y el río Aliste. 

 

  Hasta el siglo XIV, no se conoce  otro testimonio que aparece repoblada y perteneciente a la orden militar de Santiago.  Pocos años después,  el rey don Pedro cedió la villa de Castrotorafe en premio de su lealtad al caballero Men Rodríguez de Sanabria, que fue quien trató la boda  de aquel rey con doña Juana de Castro.  Men Rodríguez de Sanabria conservó en su poder la fortaleza, hasta que el bastardo y fratricida  Enrique de Tratámara, mandó destruir sus fortificaciones.


Castrotorafe se volvió a modificar y fue sitiada,  combatida y tomada por los portugueses el 13 de noviembre de 1475, quienes la ocuparon hasta que, recobrada por los Reyes Católicos y vuelta nuevamente a la Orden de Santiago, mandaron los caballeros reparar sus fortificaciones, siendo comendador el mariscal Alfonso de Valencia según  consta en un pergamino que se conserva en el  Archivo municipal de la villa de Pajares.


Según don Tomás M. Garnacho, de los datos que él pudo recoger resulta que la última reparación del castillo  de  Castrotorafe data del reinado de los Reyes Católicos.  También consta que, a principios del siglo XVIII, existía todavía población, aunque muy decadente y se sabe que hasta 1750 se celebró misa y se administraban los sacramentos a sus escasos habitantes en su iglesia parroquial que se conservó hasta el siglo XIX  con la advocación  “Virgen de Realengo”.


Balbino Lozano

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