NOCTURNOS
Ella me enseñó
![[Img #72693]](https://eldiadezamora.es/upload/images/12_2022/672_bellezon.jpg)
Ella y yo ya no somos más que recuerdo; argumento para el murmullo y el comentario, propios de la tediosa vida provinciana. Ella se quedó esperando a que la luna le enseñase su cara oculta. Yo me fui a vender mi pasado a Cronos, que me lo compró con unas cuantas monedas de futuro. Ahora intentaré amar en libertad.
Aprendí. Ella me enseñó. No quiero amores morbosos, pasiones prohibidas, aquellas que te parten el alma y te envenenan la sangre, te astillan el corazón y avejentan el espíritu. Porque, cuando amar es pecado, te preguntas, cada vez que regresas de la cópula censurada, qué quiere tu amante de ti: ¿Tu sexo, tu cerebro, tu corazón, y con qué parte se queda de su pareja oficial, legal, bendecida?
Ahora, me negaré a hacer feliz a la mujer que no supo elegir, a la señora que convirtió su boda en el entierro de su libertad. Que cada cual pague su error con tedio y hastío. Hay que saber amar y reconocer cuando feneció la pasión. Después entierras la carne seca del cariño y los huesos rotos de la ternura en el féretro de la memoria. Y volverás a querer a otra persona que sea tan libérrima como tú, que desee tanto amarte como ser amada. Cada nuevo día sin ella, acude a ese amigo del desamor que es el olvido.
Nada pasa, pero siempre queda algo en la memoria. Prefiero el camino a la posada. Elige la soledad, si quien te acompañaba se olvidó de que tú también sentías, de que tú también necesitabas que te quisieran.
Eugenio-Jesús de Ávila
![[Img #72693]](https://eldiadezamora.es/upload/images/12_2022/672_bellezon.jpg)
Ella y yo ya no somos más que recuerdo; argumento para el murmullo y el comentario, propios de la tediosa vida provinciana. Ella se quedó esperando a que la luna le enseñase su cara oculta. Yo me fui a vender mi pasado a Cronos, que me lo compró con unas cuantas monedas de futuro. Ahora intentaré amar en libertad.
Aprendí. Ella me enseñó. No quiero amores morbosos, pasiones prohibidas, aquellas que te parten el alma y te envenenan la sangre, te astillan el corazón y avejentan el espíritu. Porque, cuando amar es pecado, te preguntas, cada vez que regresas de la cópula censurada, qué quiere tu amante de ti: ¿Tu sexo, tu cerebro, tu corazón, y con qué parte se queda de su pareja oficial, legal, bendecida?
Ahora, me negaré a hacer feliz a la mujer que no supo elegir, a la señora que convirtió su boda en el entierro de su libertad. Que cada cual pague su error con tedio y hastío. Hay que saber amar y reconocer cuando feneció la pasión. Después entierras la carne seca del cariño y los huesos rotos de la ternura en el féretro de la memoria. Y volverás a querer a otra persona que sea tan libérrima como tú, que desee tanto amarte como ser amada. Cada nuevo día sin ella, acude a ese amigo del desamor que es el olvido.
Nada pasa, pero siempre queda algo en la memoria. Prefiero el camino a la posada. Elige la soledad, si quien te acompañaba se olvidó de que tú también sentías, de que tú también necesitabas que te quisieran.
Eugenio-Jesús de Ávila




















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