EL CONSENSO
Chamanes y exploradores
Explicaba Víctor Lapuente en un fantástico libro titulado “El retorno de los chamanes” que los responsables políticos podían dividirse en dos tipos. El primero, el de los “chamanes”, en el que se incluye a todos aquellos que hablan de temas grandilocuentes pero poco prácticos y que proponen grandes cambios que no se pueden materializar en el corto plazo, siempre basándose en teorías completas y principios ideológicos férreos.
En el lado opuesto estarían los “exploradores”, aquellas personas que se ocupan de los pequeños cambios, desligados de una teoría política concreta y dando prioridad a la búsqueda de soluciones prácticas por encima de las teorías políticas.
Sin duda, en la política actual de los países occidentales abundan más los chamanes que los exploradores. Lo anterior es ciertamente esperable pues los discursos “chamánicos” son siempre más atractivos a nivel comunicativo y por lo tanto, con una mayor probabilidad de atraer la atención de los espectadores. Sin embargo, suelen tener más éxito aquellas políticas públicas que se basan más en la intención de dar solución a un problema palpable que aquellas que desean materializar grandes aspiraciones ideológicas.
Ambos perfiles políticos deben complementarse. No debe renunciarse a los grandes proyectos de largo plazo ni a las ideologías, pero es más necesario que nunca una política basada en soluciones concretas y prácticas que respondan a los problemas que nos plantea el mundo actual.
Pedro Calzada
Explicaba Víctor Lapuente en un fantástico libro titulado “El retorno de los chamanes” que los responsables políticos podían dividirse en dos tipos. El primero, el de los “chamanes”, en el que se incluye a todos aquellos que hablan de temas grandilocuentes pero poco prácticos y que proponen grandes cambios que no se pueden materializar en el corto plazo, siempre basándose en teorías completas y principios ideológicos férreos.
En el lado opuesto estarían los “exploradores”, aquellas personas que se ocupan de los pequeños cambios, desligados de una teoría política concreta y dando prioridad a la búsqueda de soluciones prácticas por encima de las teorías políticas.
Sin duda, en la política actual de los países occidentales abundan más los chamanes que los exploradores. Lo anterior es ciertamente esperable pues los discursos “chamánicos” son siempre más atractivos a nivel comunicativo y por lo tanto, con una mayor probabilidad de atraer la atención de los espectadores. Sin embargo, suelen tener más éxito aquellas políticas públicas que se basan más en la intención de dar solución a un problema palpable que aquellas que desean materializar grandes aspiraciones ideológicas.
Ambos perfiles políticos deben complementarse. No debe renunciarse a los grandes proyectos de largo plazo ni a las ideologías, pero es más necesario que nunca una política basada en soluciones concretas y prácticas que respondan a los problemas que nos plantea el mundo actual.
Pedro Calzada




















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