Concha Pelayo
Sábado, 31 de Diciembre de 2022
ÓPERA

La sonámbula, de Vincenzo Bellini

Nueva ópera del TEATRO REAL DE MADRID

[Img #73474]El sonambulismo es un tema que nos atrae desde la infancia. Siempre se oían historias de alguien que se levantaba mientras dormía y se dedicaba a hacer cosas terribles, incluso matar. Sigmund Freud trató estos comportamientos en la Interpretación de los Sueños con gran criterio pese al escepticismo de muchos.

 

Lo cierto es que La Sonámbula, la ópera de Vincenzo Bellini, que estos días se representa en el Teatro Real tiene todos los ingredientes para complacer a un público, cada vez más exigente y entendido.

 

La ópera fue compuesta específicamente para soprano ligera debido a las dificultosas notas sobreagudas y los trinos. Se estrenó en marzo de 1831 en el Teatro Carcano de Milán, siendo Giuditta Pasta y Giovanni Battista Rubini los cantantes. El rol de la sonámbula Amina, presenta gran dificultad y se requiere un dominio completo de trinos y de técnica. Pero pese a ello, La Sonámbula obtuvo un gran éxito. El mismo que está obteniendo en estos días en el coliseo madrileño con Nadine Sierra o Xavier Anduaga. En general hay un elenco de cantantes extraordinarios y el público interrumpe constantemente a los actores, completamente entregado.

La Sonámbula está dirigida por Bárbara Lluch, nieta de Nuria Espert e hija de Alicia Moreno, dos grandes de la escena española. Por ese motivo, Bárbara se alejó durante un largo tiempo a Inglaterra para aprender y desarrollar su profesión sin que sus apellidos intercedieran en su oficio. Querer ser uno mismo por mérito propio es un plus. La vida de Bárbara, nada fácil, la han hecho especialmente cómplice con el drama de la propia Amina, quien tiene que sufrir el oprobio y la maledicencia de sus propios paisanos, porque siendo sonámbula, una noche apareció en las dependencias de Rodolfo, pero éste, ante la inocencia de la joven se comportó como un caballero.

 

[Img #73475]La historia se desarrolla en una aldea de los Alpes en época indeterminada. El escenario tiene un ambiente festivo donde se muestra un gigantesco árbol en el que aparece en lo alto una pareja, unos muñecos, como en las tartas nupciales, que representan a los protagonistas, Elvino y Amina. A un lado se muestra la posada de Lisa, mujer intrigante y coqueta, que pretende recuperar el amor de Elvino, el que fuera un antiguo pretendiente. No soporta que el pueblo alabe la belleza y cualidades de su rival. Sin embargo, Amina se encuentra turbada ante tantos halagos y agradece a todos y especialmente a su madrasta Teresa que la ha adoptado.

Toda gira en torno al enlace de Elvino y Amina. Todo está preparado y el notario procede preguntando a los novios cual va a ser su dote; Amina aportará sus tierras y Elvino sólo su corazón; lo que para Amina lo es todo.

En escena hay ruido de caballos. Se detiene un carruaje del que desciende un caballero, Rodolfo, que se interesa por saber dónde está el castillo. Lisa, haciéndose dueña de la situación le ofrece su posada para pasar la noche, pues el castillo todavía está lejos. Rodolfo acepta encantado mientras se interesa por la boda y por los contrayentes. Alaba la belleza de Amina, que le recuerda a un amor de juventud. Elvino se siente celoso, pero calla ante caballero de tanta alcurnia. Rodolfo es, en realidad, el conde, que viene a hacerse cargo del castillo, pero no quiere revelar su identidad.

Todos se retiran a descansar y Teresa advierte que a esas horas suele vagar un fantasma por los alrededores. Rodolfo se ríe ante tal superstición. Mientras, la posadera Lisa aprovecha para visitar la habitación de Rodolfo, pero se oyen extraños ruidos y sale corriendo. En la huida pierde un pañuelo que recoge el conde y lo deja caer en la cama. Rodolfo sale de la habitación.

Amina camina dormida imaginando como será su boda con Elvino y entra en la habitación de Rodolfo. Cuando Lisa se entera de este hecho se alegra porque es la prueba que necesita para que Elvino la repudie.

Rodolfo, sin embargo, se da cuenta de que estos paseos de Amina son producto del sonambulismo que padece y lo que han suscitado la tremenda historia del fantasma. Aunque desearía haber tomado a la joven, al darse cuenta de su inocencia y de la situación de injusticia abandona la idea. Amina sigue dormida y él sale de la estancia.

En el exterior se oyen voces de los campesinos que van a presentar sus respetos al conde. Mientras, Lisa ya ha dado cuenta del comportamiento de Amina y disfruta ante lo que va a acontecer, pues va a ver su reputación comprometida, lo que, de momento, consigue.

Al final, y ante la vista de todos, Amina se ha introducido en el interior de la casa y ha llegado hasta el tejado. Camina sobre el alero sin rumbo, tambaleándose, mientras su voz llena el teatro. Todos se dan cuenta de su error al juzgar equivocadamente a la joven dudando de su virtud. Se descubre el sonambulismo de la joven. Triunfa el amor.

 

Ficha técnica:

La ópera consta de dos actos, con una duración de dos horas cincuenta minutos.

Dirección musical: Maurizio Benini

Dirección de escena: Barbara Lluch

Dirección del coro: Andrés Máspero

Amina: Nadine Sierra

Elvino: Xavier Anduaga

Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real

Se ofrecen trece representaciones del 15 de diciembre hasta el día 6 de enero.

 

Concha Pelayo

 

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