NUESTRA HISTORIA
Pedro Lasso de la Vega, comunero de Toledo, en Zamora
Pedro Lasso, el líder de los agitadores comuneros, vino a Zamora en 1521, y sin entrar en la ciudad, se alojó en el Convento de San Francisco, extramuros, adonde fue una gran multitud para verle y escucharle. Allí hablo contra el servicio a la Corona y propuso que siguieran la voluntad de los comuneros de Toledo para poner remedio a los agravios que se le hacían a la Comunidad.
Había entre los asistentes algunos caballeros zamoranos, el regidor Juan de Mena y Luis de Mella, y el primero quiso contestar al discurso de Pedro Lasso exponiendo que Zamora no había consentido en lo del servicio que el rey pedía en Cortes y que creía que debía hacerse todo lo que fuera menester en bien del Estado; palabras que fueron interrumpidas por las gentes que gritaban: ¡Comunidad!
Pedro Lasso de la Vega, natural de Toledo, fue uno de los jefes comuneros en la Guerra de las Comunidades de Castilla, acaecida hace quinientos años para oponerse a monarquía de Carlos I, al que consideraban un rey extranjero, que ni siquiera hablaba español, a pesar de ser hijo de Juana I de Castilla (Juana la Loca).
Pedro Lasso tuvo seis hermanos, entre ellos el célebre poeta Garcilaso de la Vega. Pedro se negó a acudir a las Cortes convocadas por orden de Carlos I en Galicia, lo que supuso el levantamiento de Toledo como ciudad rebelde y luego continuó por todas las ciudades de Castilla exhortando a la revolución de las Comunidades. A comienzos de 1521 se enfrentaron las posturas de Juan Padilla y Pedro Lasso, aquél partidario de la lucha armada y éste de llegar a un acuerdo con la Corona.
Tras la derrota de los Comuneros en otoño de 1522, Carlos I, de acuerdo con su Consejo Real, promulga un perdón general del que serán exceptuados 293 rebeldes entre los que estaba Pedro Lasso de la Vega que hubo de huir a Portugal, donde viviría varios años, hasta el 13 de mayo de 1526 que le fue levantado el destierro. Otro de los rebeldes que no obtuvo el perdón real fue el Obispo Acuña que fue ajusticiado a garrote vil en el Castillo de Simancas el 24 de mayo de 1526.
Zamora, en principio, quiso mantenerse fiel al Emperador, aún cuando las Cortes que residían en nuestras ciudad fueron trasladadas , por decisión de Carlos I, a Galicia, porque entendía el soberano que desde Galicia le sería más fácil conseguir sus pretensiones de allegar más fondos y ausentarse del reino cuando le apeteciera.
Así, los procuradores de Zamora, por mayoría dieron el voto para otorgar el servicio extraordinario de trescientos cuentos de maravedíes pagaderos en tres años, conseguido lo cual, se embarcó el Rey en La Coruña, confiando al Cardenal Adriano la Regencia de Castilla.
Y así fue como se fomentó la Guerra de las Comunidades, que duró hasta el otoño de 1522 en que los Comuneros fueron derrotados.
Balbino Lozano
Pedro Lasso, el líder de los agitadores comuneros, vino a Zamora en 1521, y sin entrar en la ciudad, se alojó en el Convento de San Francisco, extramuros, adonde fue una gran multitud para verle y escucharle. Allí hablo contra el servicio a la Corona y propuso que siguieran la voluntad de los comuneros de Toledo para poner remedio a los agravios que se le hacían a la Comunidad.
Había entre los asistentes algunos caballeros zamoranos, el regidor Juan de Mena y Luis de Mella, y el primero quiso contestar al discurso de Pedro Lasso exponiendo que Zamora no había consentido en lo del servicio que el rey pedía en Cortes y que creía que debía hacerse todo lo que fuera menester en bien del Estado; palabras que fueron interrumpidas por las gentes que gritaban: ¡Comunidad!
Pedro Lasso de la Vega, natural de Toledo, fue uno de los jefes comuneros en la Guerra de las Comunidades de Castilla, acaecida hace quinientos años para oponerse a monarquía de Carlos I, al que consideraban un rey extranjero, que ni siquiera hablaba español, a pesar de ser hijo de Juana I de Castilla (Juana la Loca).
Pedro Lasso tuvo seis hermanos, entre ellos el célebre poeta Garcilaso de la Vega. Pedro se negó a acudir a las Cortes convocadas por orden de Carlos I en Galicia, lo que supuso el levantamiento de Toledo como ciudad rebelde y luego continuó por todas las ciudades de Castilla exhortando a la revolución de las Comunidades. A comienzos de 1521 se enfrentaron las posturas de Juan Padilla y Pedro Lasso, aquél partidario de la lucha armada y éste de llegar a un acuerdo con la Corona.
Tras la derrota de los Comuneros en otoño de 1522, Carlos I, de acuerdo con su Consejo Real, promulga un perdón general del que serán exceptuados 293 rebeldes entre los que estaba Pedro Lasso de la Vega que hubo de huir a Portugal, donde viviría varios años, hasta el 13 de mayo de 1526 que le fue levantado el destierro. Otro de los rebeldes que no obtuvo el perdón real fue el Obispo Acuña que fue ajusticiado a garrote vil en el Castillo de Simancas el 24 de mayo de 1526.
Zamora, en principio, quiso mantenerse fiel al Emperador, aún cuando las Cortes que residían en nuestras ciudad fueron trasladadas , por decisión de Carlos I, a Galicia, porque entendía el soberano que desde Galicia le sería más fácil conseguir sus pretensiones de allegar más fondos y ausentarse del reino cuando le apeteciera.
Así, los procuradores de Zamora, por mayoría dieron el voto para otorgar el servicio extraordinario de trescientos cuentos de maravedíes pagaderos en tres años, conseguido lo cual, se embarcó el Rey en La Coruña, confiando al Cardenal Adriano la Regencia de Castilla.
Y así fue como se fomentó la Guerra de las Comunidades, que duró hasta el otoño de 1522 en que los Comuneros fueron derrotados.
Balbino Lozano
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