DENUNCIAS
El Zamora CF, desde su fundación, jamás recibió ayudas arbitrales
No recuerdo un solo partido en el que el club rojiblanco se viese favorecido, pero sí numerosísimos en que sufrió injusticias del juez de la contienda
Apenas escribo de deportes, menos de fútbol. No me interesa. Soy socio del Zamora CF, porque lo siento muy adentro, por tradición familiar y porque me padre me hizo socio rojiblanco nada más crearse el club, en el año 1969. Desde entonces, bien como abonado, ya como periodista, el Zamora forma parte de mis pasiones más queridas.
Pero después de ver el partido de ayer tarde, en el Ruta de la Plata, y el anterior en el mismo escenario, frente a la Gimnástica de Torrelavega, un calco en su desarrollo y finiquito, me obligo a escribir sobre las cuitas del club rojiblanco. Voy a ello.
No recuerdo, desde su fundación, un solo árbitro que favoreciera con sus decisiones al Zamora CF. Pero mi memoria registra verdaderos atropellos, robos, persecuciones hacia la entidad rojiblanca por parte de trencillas, sobre todo de los del Colegio Gallego, como si se tratase de una venganza, quizá debida a que presidentes o directivos del Zamora CF, ha tiempo, descargaron toda su ira sobre algún colegiado de aquella autonomía. Porque los árbitros hablan entre ellos de sus problemas en los diferentes estadios de la geografía española. Me temo que en la reunión de esta noche de árbitro gallegos que dirijan partidos en esta malhadada categoría, una “tercerola” de antaño, Oreiro Hermida, apellidos del juez que impartió injustica ayer, domingo, 8 de enero de 2023, le contará que en Zamora lo trataron como a un delincuente, que le insultaron, que se acordaron de su madre y de toda su familia y que, por supuesto, hay que vengarse del club rojiblanco a la menor oportunidad.
El tal Oreiro debió expulsar a Isi Ros, tan buen jugador como pendenciero, pese a su frágil físico, debió ser expulsado en el minuto 2 de la segunda mitad, por agarrar y zancadillear, creo que a Viana, en el lateral izquierdo del área asturiana, a tres metros de distancia. El árbitro señaló la falta, clarísima, pero se guardo la tarjeta amarilla, de libro, porque cayó en la cuenta de que debería expulsarlo.
Poco después, cinco minutos, Pau Miguélez era agarrado en el centro del campo, falta clara. No la pita, y la pelota se le escapa al rojiblanco, que hace lo imposible por recoger el balón, pero su bota impacta con la tibia de un jugador asturiano. Amarilla clara. Segunda. El futbolista del Zamora CF a la caseta. Yago Iglesia, por segunda vez consecutiva en el Ruta de la Plata, debe ingeniárselas para que su equipo aguante 40 minutos con un hombre menos. De ahí, los distintos posicionamientos de sus hombres durante ese larguísimo periodo de tiempo.
Después, se produjeron números agarrones y entradas duras de los jugadores del Real Avilés, que no castigó con amarillas el desahogado árbitro gallego, propiciando que el partido pudiera haber acabado en una pelea callejera. Para compensar, expulsó, 45 minutos después a Isi.
Ahora, la junta directiva rojiblanca debería enviar vídeos del partido con esos momentos diferenciales, razón principal de que el Zamora no se apuntase la victoria, no sumase tres puntos. Ocurrió de idéntica manera ante la Gimnástica Torrelavega, cuando Rueda fue expulsado por doble amonestación, al que se castigó, para mayor escarnio, con tres partidos sin jugar. Piensa mal y acertarás. Sostengo que hay una estrategia dirigida contra los intereses del Zamora CF para impedir que ascienda de categoría.
La junta directiva que preside Víctor de Aldama debería ponerse en contacto ya con Alfredo Rodríguez Santa Cecilia, delegado provincial de Fútbol, para que Marcelino Maté, máxima autoridad futbolística de la Federación de Castilla y León, se enteré de lo que está sucediendo con el club rojiblanco, una historia de pésimos arbitrajes, con especial inquina esta temporada.
Por otra parte, como el Ruta de la Plata fue un estadio mal construido, imitación del de Soria, una chapuza, con unas viseras, fondos y preferencia más ubicadas, abiertas, que no amparan los frentes atlánticos, preponderantes en Zamora; además, muy alejadas del terreno de juego, los árbitros dirigen los partidos con excesiva calma, como si realizasen su trabajo en campo neutral. Horrible diseño arquitectónico, producto de una cacicada política, que debemos a Antonio Vázquez.
Concluyo: si no hubiera aparecido por nuestra ciudad el Grupo Vivir, la entidad rojiblanca habría desaparecido o jugaría en la misma categoría que el Villaralbo. Zamora carece de afición futbolística para mantener un equipo en 1ª y 2ª RFEF. Solo un club podría mantener en la División de Plata del fútbol nacional. Cuando Víctor de Aldama se canse de perder dinero, si el equipo no asciende esta temporada, acabaremos como la UDS o todavía peor. En casa o en cafeterías para ver los partidos que televisen de la Liga Santander. Esto pinta muy mal.
El deporte rey no deja de ser una manifestación de la economía de una ciudad y de su fuerza demográfica. Zamora se presenta como la provincia española con menos actividad económica y con una despoblación galopante. ¡Qué más podemos pedir!
El club rojiblanco no aprovechó la millonaria recaudación de la célebre Copa del Rey que nos enfrentó a grandes equipos de superior categoría que se cerró con la eliminación ante el Barça, para subir a Segunda A. La Deportiva Ponferradina y el Numancia, con directivas mucho más inteligentes, ascendieron a superiores categorías, el club soriano incluso a Primera División. ¡Qué les quiten lo "bailao"!
Eugenio-Jesús de Ávila
Apenas escribo de deportes, menos de fútbol. No me interesa. Soy socio del Zamora CF, porque lo siento muy adentro, por tradición familiar y porque me padre me hizo socio rojiblanco nada más crearse el club, en el año 1969. Desde entonces, bien como abonado, ya como periodista, el Zamora forma parte de mis pasiones más queridas.
Pero después de ver el partido de ayer tarde, en el Ruta de la Plata, y el anterior en el mismo escenario, frente a la Gimnástica de Torrelavega, un calco en su desarrollo y finiquito, me obligo a escribir sobre las cuitas del club rojiblanco. Voy a ello.
No recuerdo, desde su fundación, un solo árbitro que favoreciera con sus decisiones al Zamora CF. Pero mi memoria registra verdaderos atropellos, robos, persecuciones hacia la entidad rojiblanca por parte de trencillas, sobre todo de los del Colegio Gallego, como si se tratase de una venganza, quizá debida a que presidentes o directivos del Zamora CF, ha tiempo, descargaron toda su ira sobre algún colegiado de aquella autonomía. Porque los árbitros hablan entre ellos de sus problemas en los diferentes estadios de la geografía española. Me temo que en la reunión de esta noche de árbitro gallegos que dirijan partidos en esta malhadada categoría, una “tercerola” de antaño, Oreiro Hermida, apellidos del juez que impartió injustica ayer, domingo, 8 de enero de 2023, le contará que en Zamora lo trataron como a un delincuente, que le insultaron, que se acordaron de su madre y de toda su familia y que, por supuesto, hay que vengarse del club rojiblanco a la menor oportunidad.
El tal Oreiro debió expulsar a Isi Ros, tan buen jugador como pendenciero, pese a su frágil físico, debió ser expulsado en el minuto 2 de la segunda mitad, por agarrar y zancadillear, creo que a Viana, en el lateral izquierdo del área asturiana, a tres metros de distancia. El árbitro señaló la falta, clarísima, pero se guardo la tarjeta amarilla, de libro, porque cayó en la cuenta de que debería expulsarlo.
Poco después, cinco minutos, Pau Miguélez era agarrado en el centro del campo, falta clara. No la pita, y la pelota se le escapa al rojiblanco, que hace lo imposible por recoger el balón, pero su bota impacta con la tibia de un jugador asturiano. Amarilla clara. Segunda. El futbolista del Zamora CF a la caseta. Yago Iglesia, por segunda vez consecutiva en el Ruta de la Plata, debe ingeniárselas para que su equipo aguante 40 minutos con un hombre menos. De ahí, los distintos posicionamientos de sus hombres durante ese larguísimo periodo de tiempo.
Después, se produjeron números agarrones y entradas duras de los jugadores del Real Avilés, que no castigó con amarillas el desahogado árbitro gallego, propiciando que el partido pudiera haber acabado en una pelea callejera. Para compensar, expulsó, 45 minutos después a Isi.
Ahora, la junta directiva rojiblanca debería enviar vídeos del partido con esos momentos diferenciales, razón principal de que el Zamora no se apuntase la victoria, no sumase tres puntos. Ocurrió de idéntica manera ante la Gimnástica Torrelavega, cuando Rueda fue expulsado por doble amonestación, al que se castigó, para mayor escarnio, con tres partidos sin jugar. Piensa mal y acertarás. Sostengo que hay una estrategia dirigida contra los intereses del Zamora CF para impedir que ascienda de categoría.
La junta directiva que preside Víctor de Aldama debería ponerse en contacto ya con Alfredo Rodríguez Santa Cecilia, delegado provincial de Fútbol, para que Marcelino Maté, máxima autoridad futbolística de la Federación de Castilla y León, se enteré de lo que está sucediendo con el club rojiblanco, una historia de pésimos arbitrajes, con especial inquina esta temporada.
Por otra parte, como el Ruta de la Plata fue un estadio mal construido, imitación del de Soria, una chapuza, con unas viseras, fondos y preferencia más ubicadas, abiertas, que no amparan los frentes atlánticos, preponderantes en Zamora; además, muy alejadas del terreno de juego, los árbitros dirigen los partidos con excesiva calma, como si realizasen su trabajo en campo neutral. Horrible diseño arquitectónico, producto de una cacicada política, que debemos a Antonio Vázquez.
Concluyo: si no hubiera aparecido por nuestra ciudad el Grupo Vivir, la entidad rojiblanca habría desaparecido o jugaría en la misma categoría que el Villaralbo. Zamora carece de afición futbolística para mantener un equipo en 1ª y 2ª RFEF. Solo un club podría mantener en la División de Plata del fútbol nacional. Cuando Víctor de Aldama se canse de perder dinero, si el equipo no asciende esta temporada, acabaremos como la UDS o todavía peor. En casa o en cafeterías para ver los partidos que televisen de la Liga Santander. Esto pinta muy mal.
El deporte rey no deja de ser una manifestación de la economía de una ciudad y de su fuerza demográfica. Zamora se presenta como la provincia española con menos actividad económica y con una despoblación galopante. ¡Qué más podemos pedir!
El club rojiblanco no aprovechó la millonaria recaudación de la célebre Copa del Rey que nos enfrentó a grandes equipos de superior categoría que se cerró con la eliminación ante el Barça, para subir a Segunda A. La Deportiva Ponferradina y el Numancia, con directivas mucho más inteligentes, ascendieron a superiores categorías, el club soriano incluso a Primera División. ¡Qué les quiten lo "bailao"!
Eugenio-Jesús de Ávila






























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