FUENTEOVEJUNA
Más Zamora y menos ideologías
Zamora, tanto la capital como la provincia, vive uno de los momentos más graves de su historia contemporánea: la pérdida de población, que ya acucia a la ciudad del Romancero; la inactividad económica, el envejecimiento y el olvido de los gobiernos central y autonómico de inversiones productivas, obligan a que, por encima de la ideologías de cada cual, rojos o azules, verdes o rosas, prima una filosofía: todo por Zamora, nada sin Zamora, nada contra Zamora. Bajar de los 60.000 habitantes en la capital debería ser un aldabonazo en las conciencias de todos nuestros políticos, más aún en los que se sientan en el Congreso de los Diputados, Senado y Cortes de Castilla y León.
Exijo, pues, la formación de un partido zamorano, que aglutine a gentes de sensibilidades distintas, pero que prioricen a nuestra tierra como principal capital ideológico. Zamora se muere. La única victoria que concibo es la de Zamora. Me importa un comino Izquierda Unida, el PSOE, Partido Popular, Vox o UPL. Solo quiero, porque es perentorio una formación interclasista que combate por Zamora aquí y allí, que mueve a los zamoranos que se encuentra en la diáspora laboral, que denuncien los agravios de los partidos nacionales hacia nuestra ciudad y provincia, que no pacten con los distintos gobiernos a cambio de dos promesas y tres infundios, que exijan y no se rinden jamás, porque nos jugamos el futuro de Zamora el 28 de mayo de este 2023 y en las próximas legislativas, que dispondrá Pedro Sánchez, el que ha indultado a los golpistas, enemigos de España; el que ha rebajado le escisión de Cataluña del Estado, dejando el delito de sedición en pecado venial político, y el que deja las manos libres a todos los partidos, a todos, a diestra y siniestra, para que roben para sus respectivas formaciones, para campañas electorales, para pagar periodistas y medios de comunicación, y colocar a militantes, amigos y amigas, al abaratar el delito de malversación.
Me olvido de lo nacional para regresar a la patria chica, lo que más me duele, lo que me rasga el alma. Auguro, y no soy la Pitia, que el PSOE, liderado por esa buena gente que es David Gago, mes y medio antes de los comicios locales, ofrecerá, con documentos firmados, un Monte la Reina con dotación militar importante, en calidad y cantidad; una N-122 transformada en autovía en los próximos tres años; la restauración global de la muralla; quizá la cesión al Ayuntamiento de Zamora de los terrenos de Adif en la estación del ferrocarril, y alguna inversión importante del Estado en la ciudad y su alfoz.
Los del PP, con Prada Saavedra a la cabeza, le pedirán a Mañueco que señale a Zamora como próximo Polígono Tecnológico Agro Pecuario, una especie de Boecillo en el sector primario, y alguna inversión generosa, productiva, para nuestra tierra. Y que permitan a las grandes multinacionales españolas, como Acciona, que construya la Biorrefinería en Barcial del Barco. ¡Ni una cortapisa más por parte de ciertos consejeros del gobierno autonómico.
Guarido, como no depende de nadie, como gobierna sin tutelas ni tutías, presumirá de gestión económica, de sobriedad en el gasto y de cambiar la epidermis de la ciudad. No le dará tiempo a inaugurar ni Centro Cívico, ni Conservatorio, ni Parque de Bomberos, ni Cuartel de la Policía Municipal.
Vox tampoco puede hacer de Genio de la Lámpara, porque no maneja grandes instituciones públicas, excepción de la Junta.
Ahora bien, los zamoranos conscientes, los zamoranos con un par, los zamoranos rebeldes e indómitos, hartos de estar hartos, cansados de tanto trilero de la política, de ese exceso de malandrines que domina las instituciones públicas, queremos un partido propio que cante las cuarenta a los mangantes que nos han esquilmado desde que existe esta democracia, casi medio siglo. Los zamoranos de verdad, con agallas y sin miedo al miedo, no se creen nada: ni a Pedro, ni a Juan, ni a Perico Los Palotes, ni Pekines Bortier. Hechos.
Los zamoranos que formen ese partido nuestro, que quizá lidere Requejo, tendrán que formar como si se tratase de templarios en la defensa de Zamora, nuestra tierra santa. Durante la campaña electoral y con anterioridad, denunciar las políticas de la Junta y de los distintos gobiernos de la nación que tanto han herido nuestra tierra hasta conducirla casi a la muerte social y económica.
Exigir a Iberdrola, a su presidente, el charro Sánchez Galán, un canon especial, inversiones importantes, que industrialicen Zamora, como realizará Endesa en Andorra, pueblo minero de Teruel.
Y ese nuevo partido zamorano, ante notario, tendrá que presentar su programa electoral, y si no lo cumple, dimisión del principal responsable, y que siga el siguiente de la lista. Y cada sábado, respuestas a los ciudadanos sobre sus gestiones durante la semana y recoger, como no podría ser de otra forma, propuestas de los zamoranos.
Y poco más que escribir. Reitero: ni izquierdas, ni derechas, ni mediopensionistas, sino el futuro de Zamora como ideología. Solo hay que votar por Zamora, por nuestra tierra, por nuestros pueblos, por el sector primario, por los pensionistas, por los jóvenes, por los parados y por los nonatos. Zamora merece un renacimiento económico, cultural y social. ¡Zamoranos: todos a una!
Eugenio-Jesús de Ávila
Zamora, tanto la capital como la provincia, vive uno de los momentos más graves de su historia contemporánea: la pérdida de población, que ya acucia a la ciudad del Romancero; la inactividad económica, el envejecimiento y el olvido de los gobiernos central y autonómico de inversiones productivas, obligan a que, por encima de la ideologías de cada cual, rojos o azules, verdes o rosas, prima una filosofía: todo por Zamora, nada sin Zamora, nada contra Zamora. Bajar de los 60.000 habitantes en la capital debería ser un aldabonazo en las conciencias de todos nuestros políticos, más aún en los que se sientan en el Congreso de los Diputados, Senado y Cortes de Castilla y León.
Exijo, pues, la formación de un partido zamorano, que aglutine a gentes de sensibilidades distintas, pero que prioricen a nuestra tierra como principal capital ideológico. Zamora se muere. La única victoria que concibo es la de Zamora. Me importa un comino Izquierda Unida, el PSOE, Partido Popular, Vox o UPL. Solo quiero, porque es perentorio una formación interclasista que combate por Zamora aquí y allí, que mueve a los zamoranos que se encuentra en la diáspora laboral, que denuncien los agravios de los partidos nacionales hacia nuestra ciudad y provincia, que no pacten con los distintos gobiernos a cambio de dos promesas y tres infundios, que exijan y no se rinden jamás, porque nos jugamos el futuro de Zamora el 28 de mayo de este 2023 y en las próximas legislativas, que dispondrá Pedro Sánchez, el que ha indultado a los golpistas, enemigos de España; el que ha rebajado le escisión de Cataluña del Estado, dejando el delito de sedición en pecado venial político, y el que deja las manos libres a todos los partidos, a todos, a diestra y siniestra, para que roben para sus respectivas formaciones, para campañas electorales, para pagar periodistas y medios de comunicación, y colocar a militantes, amigos y amigas, al abaratar el delito de malversación.
Me olvido de lo nacional para regresar a la patria chica, lo que más me duele, lo que me rasga el alma. Auguro, y no soy la Pitia, que el PSOE, liderado por esa buena gente que es David Gago, mes y medio antes de los comicios locales, ofrecerá, con documentos firmados, un Monte la Reina con dotación militar importante, en calidad y cantidad; una N-122 transformada en autovía en los próximos tres años; la restauración global de la muralla; quizá la cesión al Ayuntamiento de Zamora de los terrenos de Adif en la estación del ferrocarril, y alguna inversión importante del Estado en la ciudad y su alfoz.
Los del PP, con Prada Saavedra a la cabeza, le pedirán a Mañueco que señale a Zamora como próximo Polígono Tecnológico Agro Pecuario, una especie de Boecillo en el sector primario, y alguna inversión generosa, productiva, para nuestra tierra. Y que permitan a las grandes multinacionales españolas, como Acciona, que construya la Biorrefinería en Barcial del Barco. ¡Ni una cortapisa más por parte de ciertos consejeros del gobierno autonómico.
Guarido, como no depende de nadie, como gobierna sin tutelas ni tutías, presumirá de gestión económica, de sobriedad en el gasto y de cambiar la epidermis de la ciudad. No le dará tiempo a inaugurar ni Centro Cívico, ni Conservatorio, ni Parque de Bomberos, ni Cuartel de la Policía Municipal.
Vox tampoco puede hacer de Genio de la Lámpara, porque no maneja grandes instituciones públicas, excepción de la Junta.
Ahora bien, los zamoranos conscientes, los zamoranos con un par, los zamoranos rebeldes e indómitos, hartos de estar hartos, cansados de tanto trilero de la política, de ese exceso de malandrines que domina las instituciones públicas, queremos un partido propio que cante las cuarenta a los mangantes que nos han esquilmado desde que existe esta democracia, casi medio siglo. Los zamoranos de verdad, con agallas y sin miedo al miedo, no se creen nada: ni a Pedro, ni a Juan, ni a Perico Los Palotes, ni Pekines Bortier. Hechos.
Los zamoranos que formen ese partido nuestro, que quizá lidere Requejo, tendrán que formar como si se tratase de templarios en la defensa de Zamora, nuestra tierra santa. Durante la campaña electoral y con anterioridad, denunciar las políticas de la Junta y de los distintos gobiernos de la nación que tanto han herido nuestra tierra hasta conducirla casi a la muerte social y económica.
Exigir a Iberdrola, a su presidente, el charro Sánchez Galán, un canon especial, inversiones importantes, que industrialicen Zamora, como realizará Endesa en Andorra, pueblo minero de Teruel.
Y ese nuevo partido zamorano, ante notario, tendrá que presentar su programa electoral, y si no lo cumple, dimisión del principal responsable, y que siga el siguiente de la lista. Y cada sábado, respuestas a los ciudadanos sobre sus gestiones durante la semana y recoger, como no podría ser de otra forma, propuestas de los zamoranos.
Y poco más que escribir. Reitero: ni izquierdas, ni derechas, ni mediopensionistas, sino el futuro de Zamora como ideología. Solo hay que votar por Zamora, por nuestra tierra, por nuestros pueblos, por el sector primario, por los pensionistas, por los jóvenes, por los parados y por los nonatos. Zamora merece un renacimiento económico, cultural y social. ¡Zamoranos: todos a una!
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