Redacción
Domingo, 22 de Enero de 2023
HABLEMOS

La derecha ante una difícil encrucijada (y II)

Carlos Domínguez

[Img #74189]    En realidad, actualmente es ilusorio apostar por una convergencia entre las dos grandes fuerzas de la derecha. No lo sería si, habiendo mínima disposición al margen de rencillas de tres al cuarto y absurdos personalismos, se alcanzasen pactos rentables en votos y escaños, de cara a próximas citas con las urnas que se tendrán por cruciales, fuera del recambio en cuanto a presencia y mayorías en las instituciones. Más allá de esa posible y deseable alianza, respecto a programa y principios el entendimiento de PP y Vox es puro desiderátum. Por consiguiente, las actuales coaliciones en gobiernos autonómicos atravesarán a no tardar dificultades insalvables, según anuncian los conflictos soterrados en Andalucía, Madrid y Castilla y León, a los que se sumarán otros de mayor calado. Por eso Vox debería abordar un trabajo serio en orden a definir un ideario conservador, desechando generalidades y voluntarismos bienintencionados, para hacer llegar sus propuestas con claridad a la opinión pública. Porque ese programa e ideario, aun desde la descalificación tanto de la izquierda como de la partitocracia popular, significaría independencia y capacidad de maniobra frente a políticas cuyo único rédito, pobre donde los haya, es el criterio del mal menor, como si los de Abascal estuviesen eternamente obligados a hacer de muletilla en beneficio del hermano mayor monopolizando centros de poder y decisión, al único fin de que no gobierne la izquierda.

 

   Vox está presente en la Junta de Castilla y León, por tanto con capacidad para sacar adelante políticas de partido. Aun así, la percepción en lo que respecta a su electorado es la de fracaso y desilusión, pues con Vox o sin él, y dejando de lado unos cuantos gestos, poco o nada ha cambiado en la política popular de toda la vida, dado que sus responsables, partitocracia autonómica enquistada no menos que aferrada a cargos y prebendas, jamás instrumentarán políticas conservadoras que supongan la revisión efectiva de aquellas que, por un falso consenso “democrático”, se inspiran en los hoy universalmente aceptados dogmas de la corrección política. Bajo esa óptica y siempre desde la prudencia, parece oportuno plantear tanto de cara al presente como al futuro inmediato la viabilidad de coaliciones artificiosas, que condenan a Vox al seguidismo y una forzada pasividad, minando gratuitamente su imagen y expectativas.

 

   La clave sería el cuándo, por el antes o el después. De existir concreción en cuanto a ideario y programa, Vox probablemente tendría en su mano optar por la solución que sin duda favorece sus intereses, rompiendo ya coaliciones de gobierno que claramente lo perjudican, al asumir una posición subordinada y ayuna de iniciativa. El PP es lo que siempre fue, partitocracia instalada y acomodaticia. De aspirar a algo más, Vox debe definir programa e ideario, asumiendo sin ambages y con nitidez los valores del conservadurismo, llevados aquí y ahora al campo de la política práctica.

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.149

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.