Sábado, 22 de Noviembre de 2025

Eugenio de Ávila
Martes, 24 de Enero de 2023
PROYECTOS

Zamora demanda políticos con ideas

Si todavía hay ciudadanos que piensan en la Semana Santa como solución a nuestras carencias económicas y sociales, Zamora seguirá precipitándose hacia el abismo de la nada

Al final, Zamora solo será una bonita fotografíaNo conozco periodista alguno de Zamora que se preocupe de transformar la estética de nuestra ciudad; tampoco aquíse escribe o habla de proyectos de desarrollo industrial. Solo se limitan a acudir a ruedas de prensa y poco más: información que cause daño al enemigo del que paga. Punto. Enfatizo: cuando el proyecto de Vicente Merino Febrero parecía diluirse, una gran mayoría de periodistas se alegró de que la Biorrefineria Multifuncional de  Barcial del Barco se quedase en un sueño, en un deseo que nunca se haría ya realidad.

 

Me manifesté sobre proponer un  concurso público para cambiar la actual Plaza Mayor, la más fea de España; hablé de un proyecto del primer mandato de Andrés Luis Calvo, que ahí quedó, y facilite croquis e imágenes del mismo, obra de un arquitecto. Confesé que no me gusta nada la plaza de Alemania y su fuente, necesaria, pero no tanto cemento y piedras, en vez de flores y césped, como jardines; he propuesto que los restos de la plaza de San Gil, todo su perímetro, altar y pila bautismal quedasen liberadas de losetas, para que el público disfrutase de lo que fue ese templo. En numerosas ocasiones, pedí que la plaza de la Constitución dejase de ser un secarral, un monumento a las piedras y a los cantos, con una fuente ornamental y jardines, tipo, verbigracia, al de la plaza de Zorrilla, el mejor de Zamora, junto al de Antonio del Águila. Y pedido a la autoridad competente que llegue a acuerdos con los dueños o herederos de los solares del casco antiguo, que tanto afean aquella zona noble de la vieja ciudad del Romancero. He sugerido que los jardines del Castillo adquieren un aspecto más moderno y se instale un sistema de fuentes, por qué como la del Patio de los Leones de la Alhambra. He ido proponiendo ideas para hacer de Zamora una ciudad más bonita, más bella.

 

Ayer mismo, escribí sobre el Cuartel de la Benemérita en la capital de la provincia, obsoleto, con medio siglo de vida. Pedí que el Gobierno, este o el próximo, construya un nuevo, con todos los adelantos arquitectónicos y técnicos, en los terrenos de Vista Alegre, donde hay mucho solar libre y cercano a una autovía y una carretera nacional y a la Estación del Ferrocarril, al Virgen de la Concha y al Hospital.

 

Pienso para que la ciudad del alma hermosee. Pensar no duele. Lo prometo. Lo que causa dañó es cruzarse de brazos, ver cómo Zamora mengua, se empobrece, se diluye y guardar silencio o, lo que es más grave, criticar a los zamoranos que proponen, a los zamoranos inconformistas, rebeldes y librepensadores.

 

Y he pedido también que nuestros políticos y asociaciones empresariales se muevan, que busquen inversiones para nuestra ciudad y alfoz y ciudades como la capital de España, Barcelona, Bilbao y las más habitadas y desarrolladas. Llévese un dossier que muestre nuestras infraestructuras, población, polígonos, sociología de nuestra tierra, para que los potenciales inversores conozcan qué les espera si eligen Zamora para sus proyectos.

 

E insisto que Zamora, por su deriva económica y social, clama por políticos con ideas, porque la honradez se les supone. No queremos burócratas, ni gente anodina para dirigir Ayuntamiento y Diputación. Y ruego que los proyectos se ofrezcan al pueblo, que también necesita ilusión, esperanza y fe para creer que su ciudad tiene futuro, que no volverá a perder habitantes, ni ver cómo sus jóvenes emigran buscándose el pan en otros lares.

 

Si la gente piensa que vivir en Zamora es morir, todo seguirá igual y un día se convertirá en una residencia enorme de la tercera edad.

 

Mientras los zamoranos tenga fe, a machamartillo,  en que la Semana Santa y el nuevo museo de pasos e imágenes nos sacarán del ostracismo político, reactivarán  nuestra economía y recuperarán población, se engañarán a sí mismos y condenarán a nuestra ciudad a depender de cuatro días, los que median de Jueves Santo a la mañana del Domingo de Resurrección.

 

Hay que inventarse proyectos culturales y turísticos, ofertas especiales para que encuentren demanda entre ciudadanos que viven en otras provincias y regiones. No quiero que  Zamora sea solo una hermosa fotografía del Castillo y la Catedral, tirada desde la margen izquierda del Duero.

 

Eugenio-Jesús de Ávila

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