NUESTRA HISTORIA
Título de Merino
Era el MERINO un cargo existente en Castilla durante las Edades Media y Moderna. Se trataba de la figura encargada de resolver los conflictos en su territorio, cumpliendo funciones que en la actualidad son asignadas a los jueces. El Merino además administraba el patrimonio real y tenía algunas funciones de carácter militar. Se encargaba de las cosechas, arrendamiento del suelo público y de las "caloñas" (multas que se ponían por ciertos delitos o faltas).
Los Merinos podían ser nombrados directamente por el rey: Merino mayor con amplia jurisdicción en su territorio, también había el Merino menor, con jurisdicción limitada a territorios más pequeños.
El nombramiento de Merino mayor era habitual entre los reyes españoles a partir del siglo XIV. El merino menor lo nombraba el propio mayor.
En la Historia de Zamora vemos que el título de Merino era hereditario, como se comprueba en providencia expedida por el rey Carlos II, con fecha 21 enero 1687, en la que decía: "Por cuanto el rey (Felipe IV) mi padre y señor, que está en gloria, por despacho de 24 de agosto de 1648 hizo merced a Antonio Moreno de la Torre, de darle título de Merino de la ciudad de Zamora y su merindad por renuncia de don Manuel de los Arcos, perpetuo por juro de heredad...."
Después de una pormenorizada introducción detallando los herederos por los que había pasado el título de Merino mayor de Zamora, el rey expresaba su voluntad de que en adelante fuera Merino de la ciudad de Zamora y su merindad Leandro García de Grijalva y que tuviera este oficio como su antecesor, perpetuamente, pudiendo nombrar "Teniente" que le sirva, con las cualidades, condiciones y preeminencias contenidas en una cédula de 27 de julio de 1637 por donde se hizo esta merced a Jerónimo de Espinosa que entonces tenía tal título de Merino, mandando que atendieran al dicho Leandro García y demás personas que en adelante le sucedieran en el oficio, el Concejo, Justicia, Regidores, etc. de la dicha ciudad de Zamora y su merindad en cuanto fueran requeridos, y que el dicho Ayuntamiento recibiera del nuevo Merino el juramento con la solemnidad acostumbrada; hecho el cual se le diese posesión de dicho oficio y que se le guardasen e hicieran guardar todas las honras, franquezas, libertades, exacciones, preeminencias, prerrogativas e inmunidades y todas las demás cosas que por razón del cargo debía gozar, con todos los derechos, salarios y demás beneficios anejos. Por lo que le tocaba a perpetuidad este oficio y la calidad de nombra "teniente".
El Rey reconocía haber percibido, conforme a regla el importe de ochocientos cincuenta maravedíes correspondiente a "media annata".
Balbino Lozano
Era el MERINO un cargo existente en Castilla durante las Edades Media y Moderna. Se trataba de la figura encargada de resolver los conflictos en su territorio, cumpliendo funciones que en la actualidad son asignadas a los jueces. El Merino además administraba el patrimonio real y tenía algunas funciones de carácter militar. Se encargaba de las cosechas, arrendamiento del suelo público y de las "caloñas" (multas que se ponían por ciertos delitos o faltas).
Los Merinos podían ser nombrados directamente por el rey: Merino mayor con amplia jurisdicción en su territorio, también había el Merino menor, con jurisdicción limitada a territorios más pequeños.
El nombramiento de Merino mayor era habitual entre los reyes españoles a partir del siglo XIV. El merino menor lo nombraba el propio mayor.
En la Historia de Zamora vemos que el título de Merino era hereditario, como se comprueba en providencia expedida por el rey Carlos II, con fecha 21 enero 1687, en la que decía: "Por cuanto el rey (Felipe IV) mi padre y señor, que está en gloria, por despacho de 24 de agosto de 1648 hizo merced a Antonio Moreno de la Torre, de darle título de Merino de la ciudad de Zamora y su merindad por renuncia de don Manuel de los Arcos, perpetuo por juro de heredad...."
Después de una pormenorizada introducción detallando los herederos por los que había pasado el título de Merino mayor de Zamora, el rey expresaba su voluntad de que en adelante fuera Merino de la ciudad de Zamora y su merindad Leandro García de Grijalva y que tuviera este oficio como su antecesor, perpetuamente, pudiendo nombrar "Teniente" que le sirva, con las cualidades, condiciones y preeminencias contenidas en una cédula de 27 de julio de 1637 por donde se hizo esta merced a Jerónimo de Espinosa que entonces tenía tal título de Merino, mandando que atendieran al dicho Leandro García y demás personas que en adelante le sucedieran en el oficio, el Concejo, Justicia, Regidores, etc. de la dicha ciudad de Zamora y su merindad en cuanto fueran requeridos, y que el dicho Ayuntamiento recibiera del nuevo Merino el juramento con la solemnidad acostumbrada; hecho el cual se le diese posesión de dicho oficio y que se le guardasen e hicieran guardar todas las honras, franquezas, libertades, exacciones, preeminencias, prerrogativas e inmunidades y todas las demás cosas que por razón del cargo debía gozar, con todos los derechos, salarios y demás beneficios anejos. Por lo que le tocaba a perpetuidad este oficio y la calidad de nombra "teniente".
El Rey reconocía haber percibido, conforme a regla el importe de ochocientos cincuenta maravedíes correspondiente a "media annata".
Balbino Lozano
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