PSOE: “No es no”

   ¡Que sí!, que sí es sí conforme al eslogan ñoño y bananero aireado para bochorno general por un grupúsculo, qué digo, grupito de ineptos con mentalidad parvularia, fruto del desmantelamiento de la educación “democrática” perpetrado por la izquierda durante cuatro décadas. Ello en sintonía con un sistema universitario devaluado por cálculo a gueto lumpen y activista, no menos que a aparato ideológico en la línea de un sectarismo radicalizado.

   Sí es sí, con arribistas de asamblea perroflauta dirigiendo igual que en el peor relato de ciencia ficción los complejos mecanismos del Estado. Pero la cuestión no está en el sí sino en el no, un NO  en lugar de al grupito de marras, al PSOE sanchista que, aun con sus tejemanejes, cambalaches, propaganda y maniobras, se halla en abierto proceso de descomposición. Lo parezca o no, el abuso de estrategias cortoplacistas y de oportunidad han conducido a la crisis larvada del otrora sólido aparato socialista, que estallará a raíz del anunciado descalabro en los próximos comicios. Pero el no es no a que el sanchismo condena al PSOE, siendo la mayor y mejor organizada estructura partidaria del país a lo largo de la transición, va más lejos de la improvisación, el vaivén, el digo diego donde dije digo a golpe de telediario, y resto de trucos de cubilete en que Sánchez ha convertido la política española, la cual, dadas sus funciones, se tendrá desgraciadamente por política de Estado.

   El PSOE tiene hoy asegurado el no es no rotundo de la ciudadanía, porque el sanchismo, facción en franco retroceso, a no tardar perderá su único asidero, no otro que manejar a su antojo el BOE y las instituciones. No es no, dentro de un pack que incluye el extremismo podemita y el separatismo, es decir, la alianza contranatura que sostuvo al PSOE zapaterista-sanchista en una coyuntura infausta para la sociedad española. CIS al margen o quizás incluido, visto lo visto con el sí ahora a medias y en un limbo. Mas, dentro de esa falta de alternativa, desde la crisis irreversible que el sanchismo conlleva para el PSOE, ¿alguien se imagina que experimentos sumaderos y yupi-guays como el esperpéntico de Yolanda Díaz, nada política elevada a la categoría de más, lo cual tiene su mérito, constituya una alternativa seria en un país miembro de la UE? Pero si esto es así, entonces el no es no al PSOE debido al experimento sanchista supone un grave problema para el propio partido, pero igualmente para la estabilidad de la política española. Y ella es la que de verdad importa, por encima de aventureros/as o advenedizos/as de tres al cuarto.