2ª RFEF
El árbitro evita la victoria del Zamora CF ante el Rayo Cantabria (1-1)
El mismo colegiado que "destrozó" al cuadro rojiblanco hace dos temporadas en los anexos del Nuevo Zorrilla, un tal López Vila, volvió a sancionar al Zamora con un penalti, una expulsión y más tiempo de prolongación del anunciado
El Zamora ha vuelto a ser “asaltado” por López Vila, un árbitro gallego, impresentable, que ya se mofó del equipo rojiblanco hace un par de temporadas, en el campo anexo del Nuevo Zorrilla. Hoy, en el feudo del Rayo Cantabria, concedió un penalti al equipo local, que malogró Irizíbar; expulsó a Pana, en el minuto 93, y prolongó los cuatro minutos decretados en principio, con dos más, momento (minuto 96) en que la escuadra cántabra igualó el tanto de Viana en la primera mitad. Otra vergüenza de este desahogado gallego. ¿Por qué se elige a un árbitro de esa comunidad, muy alejada de Cantabria y no se designa a un asturiano a vizcaíno, regiones fronterizas con Santander?
Desde el pitido inicial, se intuía que este personaje, seguro que futbolista frustrado, la prepararía, recordando que fue el que “machacó” al Zamora ante el Valladolid Promesas al final de la temporada del doble ascenso.
El resultado, no obstante, podría ser justo, porque el filial del Racing fue superior al cuadro rojiblanco, que no supo adaptarse al césped artificial y dimensiones del terreno de juego.
Yago Iglesias tuvo que prescindir esta tarde de Theo, un jugador esencial en el juego defensivo y de enlace, por una lesión muscular. En su lugar, colocó a Galas, central zurdo, recién llegado al club rojiblanco. El resto del once inicial, el mismo que ante el Laredo, con otra excepción, Charly, en la punta, en lugar de Panadero.
El Rayo Cantabria quiso jugar al fútbol, como si se tratase de un campo de césped natural. Ya, en el minuto 8, lanzó una pelota al larguero.
El Zamora, dos minutos después. También tuvo una clara ocasión en las botas de Ribeiro, tras gran jugada de Viana, el mejor de los rojiblancos, autor, en el minuto 11, de un gol olímpico, al marcar desde el córner.
El conjunto cántabro no se vino abajo y siguió dominando al Zamora. Charly, arriba, apenas tocó la pelota, ante la incapacidad rojiblanca para jugar el balón desde atrás. Solo Viana y, en algunas ocasiones, El Hadadi, por la derecha, incordiaron la paz del Rayo.
Y el colegiado López Vila empezó a “castigar” al Zamora. Minuto 28, penalti a favor del cuadro cántabro. Lanzó Dalison y desvió Iricíbar. Salvados por la campana.
Hasta el final de la primera mitad, mando del equipo local y buena defensa rojiblanca, pero sin hilvanar jugadas efectivas en ataque. Como escribí con anterioridad, Charly apenas entró en juego.
La segunda mitad se inició con los mismos síntomas con la que concluyó la primera: mejor juego del equipo local y un Zamora a la espera de coser algún contragolpe. Nada de nada. Además, Prada, que hizo de Theo, ya había visto una amarilla. Yago Iglesias se curó de espanto, porque temía que el central viera otra amarilla y el equipo se quedase con diez. Por lo tanto, doble sustitución en el minuto 58: entraron Vallejo y Pau Miguélez y se fueron a las duchas El Hadadi y Prada.
El entrenador cántabro entró al campo a un delantero de 1,94, Ayú, previendo que el partido se jugaría con balones a la olla hasta el final del choque.
El Rayo Cantabria acentuó su dominio, tanto que volvió a encontrarse con la madera en otro remate. Quedaban, en principio, 20 minutos para el finiquito, más la prolongación.
Yago realizó otros dos cambios en el minuto 72. Panadero entró por un inédito Charly, y Teo Chendri, recién fichado, por Ibán Ribeiro. Tocaba aguantar y ver la posibilidad de cerrar el partido.
A falta de cuatro minutos para finalizar el choque, el técnico local realizaba un triple cambio. Después, el colegiado manda prolongar el partido cuatro minutos. Justo. Antes Sancho entraba por Viana. Y después, llegaron las expulsiones del local Jorrín y de Pana, la del ariete rojiblanco, severísima. Se cumplieron los cuatro minutos, pero el desahogado trencilla gallego decidió que el partido no concluiría hasta que empatase el Rayo Cantabria. Y así fue. Un centro al área chica, con numerosos jugadores locales entrando en tromba, con Iricíbar rodeado, balón al travesaño y el rechace de la madera acabó en las mallas rojiblancas. Putada.
Si este sujeto vuelve a arbitra al Zamora, no dudo que volverá a flagelar al cuadro rojiblanco con penas máximas, expulsiones injustas y excesivas prolongaciones del tiempo reglamentario. Así está el fútbol en estas categorías infames.
El Zamora ha vuelto a ser “asaltado” por López Vila, un árbitro gallego, impresentable, que ya se mofó del equipo rojiblanco hace un par de temporadas, en el campo anexo del Nuevo Zorrilla. Hoy, en el feudo del Rayo Cantabria, concedió un penalti al equipo local, que malogró Irizíbar; expulsó a Pana, en el minuto 93, y prolongó los cuatro minutos decretados en principio, con dos más, momento (minuto 96) en que la escuadra cántabra igualó el tanto de Viana en la primera mitad. Otra vergüenza de este desahogado gallego. ¿Por qué se elige a un árbitro de esa comunidad, muy alejada de Cantabria y no se designa a un asturiano a vizcaíno, regiones fronterizas con Santander?
Desde el pitido inicial, se intuía que este personaje, seguro que futbolista frustrado, la prepararía, recordando que fue el que “machacó” al Zamora ante el Valladolid Promesas al final de la temporada del doble ascenso.
El resultado, no obstante, podría ser justo, porque el filial del Racing fue superior al cuadro rojiblanco, que no supo adaptarse al césped artificial y dimensiones del terreno de juego.
Yago Iglesias tuvo que prescindir esta tarde de Theo, un jugador esencial en el juego defensivo y de enlace, por una lesión muscular. En su lugar, colocó a Galas, central zurdo, recién llegado al club rojiblanco. El resto del once inicial, el mismo que ante el Laredo, con otra excepción, Charly, en la punta, en lugar de Panadero.
El Rayo Cantabria quiso jugar al fútbol, como si se tratase de un campo de césped natural. Ya, en el minuto 8, lanzó una pelota al larguero.
El Zamora, dos minutos después. También tuvo una clara ocasión en las botas de Ribeiro, tras gran jugada de Viana, el mejor de los rojiblancos, autor, en el minuto 11, de un gol olímpico, al marcar desde el córner.
El conjunto cántabro no se vino abajo y siguió dominando al Zamora. Charly, arriba, apenas tocó la pelota, ante la incapacidad rojiblanca para jugar el balón desde atrás. Solo Viana y, en algunas ocasiones, El Hadadi, por la derecha, incordiaron la paz del Rayo.
Y el colegiado López Vila empezó a “castigar” al Zamora. Minuto 28, penalti a favor del cuadro cántabro. Lanzó Dalison y desvió Iricíbar. Salvados por la campana.
Hasta el final de la primera mitad, mando del equipo local y buena defensa rojiblanca, pero sin hilvanar jugadas efectivas en ataque. Como escribí con anterioridad, Charly apenas entró en juego.
La segunda mitad se inició con los mismos síntomas con la que concluyó la primera: mejor juego del equipo local y un Zamora a la espera de coser algún contragolpe. Nada de nada. Además, Prada, que hizo de Theo, ya había visto una amarilla. Yago Iglesias se curó de espanto, porque temía que el central viera otra amarilla y el equipo se quedase con diez. Por lo tanto, doble sustitución en el minuto 58: entraron Vallejo y Pau Miguélez y se fueron a las duchas El Hadadi y Prada.
El entrenador cántabro entró al campo a un delantero de 1,94, Ayú, previendo que el partido se jugaría con balones a la olla hasta el final del choque.
El Rayo Cantabria acentuó su dominio, tanto que volvió a encontrarse con la madera en otro remate. Quedaban, en principio, 20 minutos para el finiquito, más la prolongación.
Yago realizó otros dos cambios en el minuto 72. Panadero entró por un inédito Charly, y Teo Chendri, recién fichado, por Ibán Ribeiro. Tocaba aguantar y ver la posibilidad de cerrar el partido.
A falta de cuatro minutos para finalizar el choque, el técnico local realizaba un triple cambio. Después, el colegiado manda prolongar el partido cuatro minutos. Justo. Antes Sancho entraba por Viana. Y después, llegaron las expulsiones del local Jorrín y de Pana, la del ariete rojiblanco, severísima. Se cumplieron los cuatro minutos, pero el desahogado trencilla gallego decidió que el partido no concluiría hasta que empatase el Rayo Cantabria. Y así fue. Un centro al área chica, con numerosos jugadores locales entrando en tromba, con Iricíbar rodeado, balón al travesaño y el rechace de la madera acabó en las mallas rojiblancas. Putada.
Si este sujeto vuelve a arbitra al Zamora, no dudo que volverá a flagelar al cuadro rojiblanco con penas máximas, expulsiones injustas y excesivas prolongaciones del tiempo reglamentario. Así está el fútbol en estas categorías infames.






















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.34