Adversarios, rivales y enemigos, en los comicios locales del 28 de mayo

De aquí hasta el día D -28 de mayo- y hora H -desde las ocho de la mañana a las ocho de la noche- auguro batallas políticas incruentas, basadas, en general, en la descalificación del rival, más un enemigo; en promesas vanas y programas confeccionados para no cumplirse.

Supongo que David Gago, animoso candidato del PSOE, y hombre con apego al patrimonio monumental de la ciudad, criticará a Guarido e Izquierda Unida, en la creencia, que debe de ser cierta, que los dos éxitos consecutivos del actual alcalde y su partido, el de 2019, increíble, se debió a que miles de votantes socialistas castigaron la labor de Fagúndez cuando gobernó la Casa de las Panaderas junto a IU. Pero algo sucedió cuando el regidor y su formación siguieron sumando más y más votos, la mayoría proveniente del PSOE, si bien otros llegaron de gente conservadora, cansada de la soberbia del PP zamorano y de las luchas intestinas en el partido conservador, y, por supuesto, de la ultraizquierda de Podemos, de escasísimo predicamento en nuestra ciudad. 

El cabeza de partido socialista debería olvidarse del PP, porque Prada Saavedra y sus huestes no le robarán un solo voto al PSOE, ni mucho menos Vox. Gago tendrá que pensar en otra formación mucho más peligrosa para sus intereses, un partido zamorano que, más allá de ser de izquierdas o derechas, solo tiene una ideología: detener la despoblación, reactivar la economía y representar a nuestra tierra en los parlamentos regional y nacionales.

En efecto, Francisco J. Requejo y su Zamora Sí, sí al futuro, sí al desarrollo, si a los zamoranos jóvenes, adultos y mayores, se ha convertido, máxime después de inusitado éxito de su presentación, en la mayor amenaza para los intereses del PSOE más centrado y del PP, siglas ambas que tanto daño han causado a nuestra ciudad y provincia.

Al actual presidente de la Diputación le valdría, para desfacer entuertos, mostrar cómo los distintos gobiernos socialistas y populares, también en Castilla y León, maltrataron a nuestra tierra, cómo la engañaron desde 1982, cómo incumplieron promesas, cómo desnudaron de Estado, como la colocaron a la cola de todo progreso.

Y después, por supuesto, presentar proyectos e ideas para embellecer la ciudad y hacerla más atractiva para el turista, e intentar traer empresas que se establezcan en algún polígono propio que se debería crear, porque los actuales los administran el Gobierno central y el de la Junta, con todas las rémoras que constituyen esas dependencias.

Si PSOE, sobre todo, y el PP se hubieran preocupado de la decadencia de Zamora, de sacarla del ostracismo, de potenciarla, nuestra ciudad y su provincia no necesitarían una formación política local, liderada por una persona honrada, seria y que no gusta menospreciar al resto de partidos políticos, aunque lo mereciese.

Mientras se preparan los propagandistas y prosélitos políticos, Guarido disfrutará de las naumaquias de sus rivales, y Requejo se dedicará a lo suyo, sin responder a las afrentas de sus adversarios, rivales y enemigos.

Eugenio-Jesús de Ávila