2ª RFEF
El Zamora CF resuelve el compromiso ante el Marino en el último instante: (3-2)
Los rojiblancos cuajaron un gran primera mitad, con actuaciones extraordinarias de Charly (dos goles), Galas y Theo Chendri; en la segunda entrega, el equipo astur empató en tres minutos, y, en el 87, Viana marcaba el tercero, el de la victoria
El fútbol, en los últimos tiempos, parece baloncesto, porque se resuelven los partidos in extremis. En la jornada anterior, al Zamora CF se le esfumaron los tres puntos merced a un árbitro que prolongó en exceso el tiempo reglamentario y el añadido, porque le dio la gana, sin razón alguna; contra el Laredo también se solucionó el partido en el último instante, y esta tarde, en el Ruta de la Plata, idem, eaden, idem. Una gran jugada, individual, de Viana, cuando el choque se iba al reparto de puntos, dejó la victoria en el feudo rojiblanco.
No obstante, el equipo de Yago Iglesias había hecho méritos, en una excelente primera mitad, con buen fútbol, velocidad, goles y ocasiones, para definir el choque.
Todo empezó bien para un Zamora que mostraba a sus tres fichajes de invierno en el equipo titular. A Galas y a Charly ya los conocíamos, pero ignorábase cómo jugaba al fútbol Theo Chendri. Y tengo que escribir que, desde la pretemporada de Caballé, no había visto a un jugador con tanta clase, técnica y visión como el francés, que esta tarde ha hecho un trabajo inconmensurable, muy bien acompañado por un Juanan omnipresente.
Yago Iglesias, además de estas tres novedades iniciales, decidió que Pau Miguélez se ocupase el exterior diestro, y que Galas se encargarse de la labor de central zurdo.
El cuadro rojiblanco se adelantó muy pronto en el marcador, el minuto 5, en una acción de listo de Charly, que remachó un barullo en el área chica asturiana, jugada gestada en un saque de banda, efectuado por Hércules Galas. Los ataques del Zamora por la diestra casi siempre terminaba en saques de banda a cuatro o cinco metros del banderín de córner, desde donde Galas, como he comentado, con una potencia brutal, metía en el área balón tras balón, como si fuesen saques de esquina. Por aquí llegó el gran peligro para el Marino.
Tras el gol, el Zamora impuso su ritmo, con un juego bonito, rápido y combativo. No obstante, los asturianos buscaron presionan la salida del balón, lo que obligó a Iricíbar a sacar en largo en algunas ocasiones. Sin embargo, porque así le gusta al técnico gallego, se intentó jugar la pelota desde el área propia.
Hubo oportunidades de marcar para Nahuel y Viana, tras un saque de puerta rapidísimo que pilló a una defensa rival en estado de candidez, y excelentes combinaciones que gustaron a la parroquia.
Tres minutos antes del descanso, segundo gol del Zamora CF, de nuevo, obra de Charly, tras una excelente jugada por la izquierda, con centro de Chendri.
Tras el descanso, Menéndez, técnico astur, decidió que así no se iba a ningún sitio, sino camino de la derrota. Metió en el campo a Vanderson y Luis Nuño, que, como veremos, le dieron resultado.
El cuadro rojiblanco quiso marcar el tercero nada más salir del vestuario. Y así pudo ser, cuando Charly no llegaba a un magnífico centro de Viana. Minuto 48.
Poco después otra gran acción de Nahuel que tampoco halló recompensa. Pero el fútbol es así, casi como la vida. A veces, con escaso esfuerzo, recibes recompensas inmerecidas. Verbigracia: El Marino, en su primera ofensiva seria, aprovecha que la zaga zamorana se encontraba desmantelada, ensimismada en el juego del equipo, cuando un centro raso, desde la derecha, lo manda a las redes Vanderson. Minuto 53. Y ahí no quedaron los males rojiblancos, porque tres minutos después, penalti innecesario, cándido y tierno, sobre un jugador asturiano que se hallaba de espaldas a la portería. Claro penalti que transformaría el ex rojiblanco Nacho Matador.
Y los nervios surgieron en las gradas, cuando un sector de la afición exigía jugar a toda máquina, con balones “palante”. El Zamora acusó, de momento, el golpe, pero fue recuperándose, como en un tiro cruzado de Pau, en buena acción por la diestra.
Yago realizó el primer cambio en el minuto 66, al darla a Álex la alternativa y retirando a Miguélez, que hizo una muy buena primera entrega como exterior diestro.
Menéndez, mimetizado por el técnico gallego, realizó su tercer cambio. Entraba Diego Díaz por Pinín, que ya había visto una amarilla.
El choque entró en una fase nerviosa, de poco juego y mucha batalla en la medular. Ninguno de los dos equipos se imponía. Iglesias buscó, de nuevo, reactivas a los suyos, entrando El Hadadi y Sancho por Ribeiro y Nahuel. Ares, por tanto, cambiaría de banda; Viana se colocó de lateral zurdo, y Sancho, como extremo derecho.
También el técnico astur buscó la victoria con un nuevo cambio, a falta de 14 minutos para el finiquito.
El tiempo se consumía. Las tablas, en principio, parecía el resultado final, pero, visto lo visto en las últimas jornadas, los más optimistas confiaba en ese tanto in extremis. Y así fue. Viana recogía un balón en la medular asturiana, se iba por velocidad, fuerza y regates de sus marcadores para ya, dentro del área, romperla y batir a Buru. La locura en el Ruta de la Plata.
Los cuatro minutos de prolongación los supo jugar el Zamora. Por ejemplo: Silva entró por Ámez, lesionado al disparar a puerta, y Vallejo hizo lo propio por Theo Chendri. Y, sin más sustos, salvo un saque de esquina favorable al Marino, concluía un partido extraño, en el que el gran juego rojiblanco de la primera mitad había merecido sumar tres puntos.
El próximo sábado, otro encuentro clave para la remontada rojiblanca: Compostela-Zamora, a las cinco de la tarde, hora torera lorquiana. Ojalá los “toreros” zamoranos salgan a hombros del Vero Boquete de San Lázaro, en la ciudad donde se halla el Campo de la Estrella.
El fútbol, en los últimos tiempos, parece baloncesto, porque se resuelven los partidos in extremis. En la jornada anterior, al Zamora CF se le esfumaron los tres puntos merced a un árbitro que prolongó en exceso el tiempo reglamentario y el añadido, porque le dio la gana, sin razón alguna; contra el Laredo también se solucionó el partido en el último instante, y esta tarde, en el Ruta de la Plata, idem, eaden, idem. Una gran jugada, individual, de Viana, cuando el choque se iba al reparto de puntos, dejó la victoria en el feudo rojiblanco.
No obstante, el equipo de Yago Iglesias había hecho méritos, en una excelente primera mitad, con buen fútbol, velocidad, goles y ocasiones, para definir el choque.
Todo empezó bien para un Zamora que mostraba a sus tres fichajes de invierno en el equipo titular. A Galas y a Charly ya los conocíamos, pero ignorábase cómo jugaba al fútbol Theo Chendri. Y tengo que escribir que, desde la pretemporada de Caballé, no había visto a un jugador con tanta clase, técnica y visión como el francés, que esta tarde ha hecho un trabajo inconmensurable, muy bien acompañado por un Juanan omnipresente.
Yago Iglesias, además de estas tres novedades iniciales, decidió que Pau Miguélez se ocupase el exterior diestro, y que Galas se encargarse de la labor de central zurdo.
El cuadro rojiblanco se adelantó muy pronto en el marcador, el minuto 5, en una acción de listo de Charly, que remachó un barullo en el área chica asturiana, jugada gestada en un saque de banda, efectuado por Hércules Galas. Los ataques del Zamora por la diestra casi siempre terminaba en saques de banda a cuatro o cinco metros del banderín de córner, desde donde Galas, como he comentado, con una potencia brutal, metía en el área balón tras balón, como si fuesen saques de esquina. Por aquí llegó el gran peligro para el Marino.
Tras el gol, el Zamora impuso su ritmo, con un juego bonito, rápido y combativo. No obstante, los asturianos buscaron presionan la salida del balón, lo que obligó a Iricíbar a sacar en largo en algunas ocasiones. Sin embargo, porque así le gusta al técnico gallego, se intentó jugar la pelota desde el área propia.
Hubo oportunidades de marcar para Nahuel y Viana, tras un saque de puerta rapidísimo que pilló a una defensa rival en estado de candidez, y excelentes combinaciones que gustaron a la parroquia.
Tres minutos antes del descanso, segundo gol del Zamora CF, de nuevo, obra de Charly, tras una excelente jugada por la izquierda, con centro de Chendri.
Tras el descanso, Menéndez, técnico astur, decidió que así no se iba a ningún sitio, sino camino de la derrota. Metió en el campo a Vanderson y Luis Nuño, que, como veremos, le dieron resultado.
El cuadro rojiblanco quiso marcar el tercero nada más salir del vestuario. Y así pudo ser, cuando Charly no llegaba a un magnífico centro de Viana. Minuto 48.
Poco después otra gran acción de Nahuel que tampoco halló recompensa. Pero el fútbol es así, casi como la vida. A veces, con escaso esfuerzo, recibes recompensas inmerecidas. Verbigracia: El Marino, en su primera ofensiva seria, aprovecha que la zaga zamorana se encontraba desmantelada, ensimismada en el juego del equipo, cuando un centro raso, desde la derecha, lo manda a las redes Vanderson. Minuto 53. Y ahí no quedaron los males rojiblancos, porque tres minutos después, penalti innecesario, cándido y tierno, sobre un jugador asturiano que se hallaba de espaldas a la portería. Claro penalti que transformaría el ex rojiblanco Nacho Matador.
Y los nervios surgieron en las gradas, cuando un sector de la afición exigía jugar a toda máquina, con balones “palante”. El Zamora acusó, de momento, el golpe, pero fue recuperándose, como en un tiro cruzado de Pau, en buena acción por la diestra.
Yago realizó el primer cambio en el minuto 66, al darla a Álex la alternativa y retirando a Miguélez, que hizo una muy buena primera entrega como exterior diestro.
Menéndez, mimetizado por el técnico gallego, realizó su tercer cambio. Entraba Diego Díaz por Pinín, que ya había visto una amarilla.
El choque entró en una fase nerviosa, de poco juego y mucha batalla en la medular. Ninguno de los dos equipos se imponía. Iglesias buscó, de nuevo, reactivas a los suyos, entrando El Hadadi y Sancho por Ribeiro y Nahuel. Ares, por tanto, cambiaría de banda; Viana se colocó de lateral zurdo, y Sancho, como extremo derecho.
También el técnico astur buscó la victoria con un nuevo cambio, a falta de 14 minutos para el finiquito.
El tiempo se consumía. Las tablas, en principio, parecía el resultado final, pero, visto lo visto en las últimas jornadas, los más optimistas confiaba en ese tanto in extremis. Y así fue. Viana recogía un balón en la medular asturiana, se iba por velocidad, fuerza y regates de sus marcadores para ya, dentro del área, romperla y batir a Buru. La locura en el Ruta de la Plata.
Los cuatro minutos de prolongación los supo jugar el Zamora. Por ejemplo: Silva entró por Ámez, lesionado al disparar a puerta, y Vallejo hizo lo propio por Theo Chendri. Y, sin más sustos, salvo un saque de esquina favorable al Marino, concluía un partido extraño, en el que el gran juego rojiblanco de la primera mitad había merecido sumar tres puntos.
El próximo sábado, otro encuentro clave para la remontada rojiblanca: Compostela-Zamora, a las cinco de la tarde, hora torera lorquiana. Ojalá los “toreros” zamoranos salgan a hombros del Vero Boquete de San Lázaro, en la ciudad donde se halla el Campo de la Estrella.






























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