YO CONFIESO
El libro de mi vida
No soy más que un libro que escribe el tiempo con la tinta del destino. Cronos ya concluyó demasiadas páginas de esta novela que es mi vida. Yo desearía que, como protagonista principal de mi historia, concluyese. No lo desea. Me cuenta que todavía le quedan páginas que escribir.
Sin duda, el libro de mi vida se convertiría en un best seller. La novela se inicia con un nacimiento que yo no deseaba. Vine al mundo sin quererlo. Una infancia feliz. Una juventud rizada, un matrimonio anacrónico, historias de amor turbulentas, apasionadas, prohibidas, con sexo y seso, con sexo sin arte, con palabras como besos, con verbos sin conjugar, con cópulas celestiales, con rupturas propiciadas por el tedio…
Conocí la corrupción política, la felonía, la prensa vendida, al periodista comprado, medios públicos, controlados por partidos políticos; medios privados al servicio de malandrines, persecuciones de caciques de la cosa pública, calumnias: homosexual en mi adolescencia, seductor de damas en mi plenitud física y mi madurez psíquica. Debates, escritos, amistades, amores, traiciones, familia, muerte. La novela de mi vida tiene acción, pasión, sorpresas, metafísica, estética, ética, ansiedad, depresiones, euforia, lágrimas secas, lágrimas dulces, lágrimas, glóbulos rojos del alma; alma, vaho de Dios.
El tiempo quiere escribir más capítulos sobre este libro que soy yo. No lo deseo. No quiero sufrir más. Me he enamorado. Deseo que esta parte final de mi vida la protagonicen el amor, el sosiego, la reflexión, la bondad. Si es posible, escribir una novela incluida en mi libro, una obra sobre la palabra y la filosofía, la pasión y el desamor, el deseo y la realidad, el sexo y la sensibilidad, el seso y el placer. Moriré amándola. Viviré mimándola, acariciándola, seduciéndola, haciéndola feliz.
Eugenio-Jesús de Ávila
No soy más que un libro que escribe el tiempo con la tinta del destino. Cronos ya concluyó demasiadas páginas de esta novela que es mi vida. Yo desearía que, como protagonista principal de mi historia, concluyese. No lo desea. Me cuenta que todavía le quedan páginas que escribir.
Sin duda, el libro de mi vida se convertiría en un best seller. La novela se inicia con un nacimiento que yo no deseaba. Vine al mundo sin quererlo. Una infancia feliz. Una juventud rizada, un matrimonio anacrónico, historias de amor turbulentas, apasionadas, prohibidas, con sexo y seso, con sexo sin arte, con palabras como besos, con verbos sin conjugar, con cópulas celestiales, con rupturas propiciadas por el tedio…
Conocí la corrupción política, la felonía, la prensa vendida, al periodista comprado, medios públicos, controlados por partidos políticos; medios privados al servicio de malandrines, persecuciones de caciques de la cosa pública, calumnias: homosexual en mi adolescencia, seductor de damas en mi plenitud física y mi madurez psíquica. Debates, escritos, amistades, amores, traiciones, familia, muerte. La novela de mi vida tiene acción, pasión, sorpresas, metafísica, estética, ética, ansiedad, depresiones, euforia, lágrimas secas, lágrimas dulces, lágrimas, glóbulos rojos del alma; alma, vaho de Dios.
El tiempo quiere escribir más capítulos sobre este libro que soy yo. No lo deseo. No quiero sufrir más. Me he enamorado. Deseo que esta parte final de mi vida la protagonicen el amor, el sosiego, la reflexión, la bondad. Si es posible, escribir una novela incluida en mi libro, una obra sobre la palabra y la filosofía, la pasión y el desamor, el deseo y la realidad, el sexo y la sensibilidad, el seso y el placer. Moriré amándola. Viviré mimándola, acariciándola, seduciéndola, haciéndola feliz.
Eugenio-Jesús de Ávila


















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