CRIOSANABRIA
Descubren, en caminos de Sanabria, peligrosas "trampas" con cuerdas y clavos

En las últimas semanas, varias personas integrantes de CRIOSANABRIA, han descubierto en Sanabria cuerdas y clavos en caminos próximos a pueblos, advirtiendo del evidente peligro que conllevan.
Estas “trampas” son un peligro para senderistas, pero también para ciclistas y motociclistas. En otras zonas de España, son precisamente los motociclistas que transitan por caminos el motivo de que muchos vecinos y vecinas usen estas trampas ilegales para intentar disuadirlos y evitar la contaminación acústica que emiten y la destrucción de caminos, principalmente en zonas de pendiente donde se hacen roderas y, con la lluvia, el agua entra por ellas haciendo profundos surcos.
La colocación de dichos cables fuera de caminos, entre árboles, es una técnica muy antigua para delimitar terrenos, para indicar que se trata de una zona privada o simplemente para obstaculizar el paso de animales salvajes a través de accesos de servidumbre, pero, en este caso, aparecen en el centro de los caminos, con un objetivo claro de hacer daño.
Cuando el que se tope con la trampa (cuerda, cable, clavos…) vaya a pie tiene poco peligro, pero si el que la encuentra va montado en una motocicleta o bicicleta, las consecuencias pueden ser muy distintas, llegando a ocasionar lesiones realmente graves e incluso la muerte.

En las últimas semanas, varias personas integrantes de CRIOSANABRIA, han descubierto en Sanabria cuerdas y clavos en caminos próximos a pueblos, advirtiendo del evidente peligro que conllevan.
Estas “trampas” son un peligro para senderistas, pero también para ciclistas y motociclistas. En otras zonas de España, son precisamente los motociclistas que transitan por caminos el motivo de que muchos vecinos y vecinas usen estas trampas ilegales para intentar disuadirlos y evitar la contaminación acústica que emiten y la destrucción de caminos, principalmente en zonas de pendiente donde se hacen roderas y, con la lluvia, el agua entra por ellas haciendo profundos surcos.
La colocación de dichos cables fuera de caminos, entre árboles, es una técnica muy antigua para delimitar terrenos, para indicar que se trata de una zona privada o simplemente para obstaculizar el paso de animales salvajes a través de accesos de servidumbre, pero, en este caso, aparecen en el centro de los caminos, con un objetivo claro de hacer daño.
Cuando el que se tope con la trampa (cuerda, cable, clavos…) vaya a pie tiene poco peligro, pero si el que la encuentra va montado en una motocicleta o bicicleta, las consecuencias pueden ser muy distintas, llegando a ocasionar lesiones realmente graves e incluso la muerte.






















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